CUATRO.

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[ Madrid. 26 de Mayo. ]

Namjoon hacía señales a través del cristal para que Taehyung le viera, cosa que no estaba pasando. Dos clientes habituales sentados en la mesa de la esquina le miraban mientras reían.

- Tae - le llamó uno de ellos -. Creo que te buscan.

El aludido levantó la cabeza y soltó una carcajada al ver a su amigo levantarle los dos dedos corazón mientras le hacía una mueca horrenda. Rodeó la barra y salió a la calle.

- ¿Y a ti qué te pica ahora? - se rió -. ¿No podrías simplemente haber pasado a llamarme?

- ¿Crees que si hubiese podido no lo habría hecho? - le respondió el contrario con otra pregunta, sabiendo que eso le molestaba un poco -. Llevo cinco minutos sujetando esta mierda para que no se caiga y no puedo soltarlo, por eso llamaba tu atención. Me ha dejado aquí fuera con él el chico del camión, que tenía mucha prisa.

Taehyung miró el gran bulto que sujetaba su amigo con la pierna. Era cuadrado y un poco más alto que él, por lo que supuso que sería la pizarra enorme que había pedido serigrafiar para el evento del Miércoles.

- ¿Estás seguro de que cabe por la puerta? - preguntó Namjoon con verdadera preocupación.

- Que sí, está medido para que sea cinco centímetros más bajo - respondió el menor -. Coge de ahí y vamos.

Se colocaron uno a cada lado y lo alzaron un poco. Pesaba más de lo que parecía y era realmente grande, pero sí, entró por la puerta.

Una vez apoyada sobre una de las paredes, Taehyung retiró ligeramente el papel para poder comprobar su estado. Era justo como la había pedido y con eso ya tenía el día hecho. Sonrió feliz devolviendo el papel a su sitio y se llevó a su amigo tras la barra para colocarse de nuevo el mandil y prepararle algo en agradecimiento por la ayuda.

×××××

Ya había pasado el tirón de clientes de entre las 15:00 y las 18:00 y Hobi limpiaba tranquilamente varios utensilios en la pila bajo la barra mientras tarareaba alguna canción aleatoria. De repente, sonó el teléfono.

- Utopía, ¿dígame? - dijo con voz amable -. Sí, está por aquí. Dame un segundo y te lo paso.

Dejó el auricular a un lado y se movió rápidamente a la puerta del almacén.

- Tae, te llama Ulises.

- ¡Voy! - escuchó desde el fondo.

Y el de pelo azul salió casi detrás de él para atender a su proveedor y colega.

- Dime, tío - dijo apoyándose en la barra.

"Hola, Tae. ¿Cómo vas? Oye, te llamaba porque hay un problema con tu encargo".

- ¿Con cuál de todas las partes? - se preocupó.

"Con la Clover*".

- Dime cualquier cosa menos que no estará para el Miércoles - pidió agarrándose el puente de la nariz.

"Entonces no te digo nada".

- No me jodas, Uli - maldijo mientras golpeaba el mármol con frustración -. Llevamos dos semanas detrás de esto, tío.

bouqué - tαekook/kooktαe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora