Era cerca de media noche, el joven hyliano se adentró en el famoso y abandonado castillo de Hyrule, desde la distancia este imponía cierto miedo al estar rodeado de esas gigantescas columnas y de la niebla perteneciente a Ganon, pero de cerca asustaría hasta al hombre más valiente del mundo. Cuando abrió las grandes puertas de hierro que daban acceso al camino que conducían al castillo lo primero que se encontró fue a un guardián, valla suerte, le fue sencillo derrotarlo; solo le devolvió su propio ataque con el escudo, eso fue suficiente para destruirlo. El lugar estaba completamente en ruinas, casi nada podía ser rescatado de ahí. Pasó por la biblioteca, la sala de adiestramiento, la cocina, incluso la recámara de la princesa, pero no reconocía ningún lugar, aunque era consiente de que había estado allí antes.
Si, Link había sido sumido en un letargo de 100 años en el Santuario de la Vida para sanar las heridas que había sufrido en su batalla para proteger a la princesa, en la cual casi pierde la vida, por eso había perdido su memoria, solo recordaba lo relacionado con las imágenes que se encontraban en la tableta sheikah. El nerviosismo se estaba apoderando de él, pero eso no le impedía seguir adelante. Para su sorpresa no se topó con muchos monstruos en su camino, el lugar estaba casi desolado, cosa que le pareció muy rara. En algunas habitaciones y pasillos podía escuchar algo así como una canción, parecía como si alguien estuviera tarareando esa dulce melodía, no recordaba haberla escuchado antes, pero le trasmitía mucha nostalgia...
Llegó al bastión central del castillo, este era una habitación amplia y redonda, en la parte superior de esta había una especie de capullo, el cual emitía uno débiles latidos, en cuanto el chico se acercó el capullo se rompió dejando libre lo que ocultaba en su interior y haciendo que callera en el centro de la sala, cuando el polvo se dispersó y Link pudo ver con claridad otra vez notó que lo que había caído tenía el aspecto de una araña alargada, era dos veces el tamaño del héroe pero... había algo raro, el extraño ''animal'' se veía muy débil, como si su energía vital hubiese sido absorbida; ¿acaso ese era Ganon? Link miró a todos lados para ver si veía a su princesa, la razón por la que había comenzado su viaje y se había adentrado en el castillo, pero no podía encontrarla, hacía un tiempo que no escuchaba la voz de la chica y eso lo tenía preocupado.
Desenfundó la espada y se preparó para luchar, la extraña criatura se lanzó hacia él, pero era muy lenta, por lo que Link pudo esquivarlo sin problema a la vez que le propinó un golpe en la espalda, Ganon chilló ante el contacto y se preparó para volver a atacar. El combate continuó por cerca de una hora hasta Link logró derrotarle con una facilidad que terminó asustándolo. Ganon se retorció un poco más en el suelo a medida que iba desapareciendo, durante su pelea pudo volver a escuchar como alguien tarareaba la misma melodía de antes. Según le habían dicho al rubio, en cuanto las bestias divinas sintieran la presencia de Ganon atacarían para debilitarlo, pero no ocurrió nada, tal vez su energía vital estaba tan débil que no lo notaron. El chico avanzó hasta el centro del bastión aun con la espada en su mano.
- ¡Zelda! ¡Zelda! ¿¡puedes escucharme!? - gritó buscando a la chica.
- ¿Link? - una voz extremadamente familiar para él se escuchó en la estancia
El chico reaccionó al escucharla, estaba viva, solo saber eso era suficiente por el momento, se dio la vuelta siguiendo su voz, pero cuando se enderezó por completo frente a sus ojos se encontraba la punta de una espada, se quedó inmóvil, siguió observando la hoja de color negro hasta encontrar a quien la empuñaba, abrió los ojos en sorpresa al ver que quien sostenía la espada era la princesa Zelda.
- ¿Te acuerdas de mi? - dijo ella mientras sonreía.
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Do you remember me? (Zelink)
Fiksi PenggemarDesde hacía milenios esta historia se repetía, como una maldición que perseguía eternamente a los tres elegidos por la Trifuerza, el héroe siempre llegaba para salvar a la princesa derrotando al maligno... pero... ¿qué pasaría si el héroe no hubiese...