Capitulo VI ... Welcome To The Madness Bienvenido a la locura

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Al decir que "Lo iba a recompensar" jamás se cruzo por su mente, el tener que hacer una maratinica por cada tienda del centro comercial donde se le ocurría al Ruso. Aunque no le molestaba si era por acompañarlo y que de cierta manera lo perdonara por no apoyarlo en las redes sociales, no le veía nada de malo que le gustará esa fotografía donde se veía tan frágil. Aunque las piernas ya le comenzaban a flaquear pero a Yuri ni una gota de sudor le corría, tras pasar la noche abrazado de él, no pudo evitar el no querer levantarse ni soltarlo de su agarre.

Audífonos, collares, camisetas y pantalones. El Kazajo no se podía explicar como era posible recorrer tantas tiendas, y lo peor de todo era que Yuri aún no escogía una prenda para que el moreno le comprara como modo de "recompensarlo" por el daño moral que le causó.
Sus ojos se iluminaron al ver una camiseta sin mangas negra, que llevaba una X en su pecho como detalle y varias aventuras por la espada y algunas alrededor del estómago y cadera.

- ¡Otabek! Con esta puedes recompensarme. - Dijo el Ruso mostrando la prenda entre sus manos.
Una mueca se formó en el rostro del mayor, ya que la prenda dejaba ver mucho de su cuerpo y eso no le gustaba en absoluto. Si sabía que al momento de salir con Yuri ya atraía todas las miradas, ¿Como sería y usará esa camiseta tan provocadora?...
- ¿Enserio te gusta esa cosa?... Solo parecen un montón de trapos rotos.
- A mi me encanta, así que esto escoger.
- Pero Yuri...
- Nada de peros, dijiste que me comprarías lo que quisiera, además si no la compras tu, lo haré yo.

El Kazajo de verdad se sentía en un verdadero aprieto, no quería de ilusionar a Yuri, pero tampoco quería verlo dando vueltas por hay, con esa prenda y su cuerpo tan bisexual que no dejaba a nadie indiferente. Aunque era más por los celos que le causaba el que los demás lo miraran. El suspiro de derrota salió de sus labios siendo esta la señal que necesitaba el rubio para saber que había cumplido su objetivo, no obstante, jamás el joven Ruso espero que viniera una condición para usar esa prenda.

- De acuerdo, si eso es con lo que quieres que te recompence lo compro. Pero con una condición.
- ¿Una condición? - Pregunto estrañado ante el comentario del Kazajo.
- Si. Sólo la usaras cuando este contigo.

Las mejillas de ambos comenzaron a arder, aún que el Kazajo fue el que puso la condición, se sentía egoísta al pedirle eso a Yuri, pero más mal se sentiría si lo viera aferrados a otros brazos que no fueran los de él.
Por su parte el rubio sentía como aumentaban sus palpitaciones, aunque la prenda la iba escogido por que le encantaba y además era un "regalo de Otabek", no se imaginaba usándola para salir con otra persona que no fuera su amigo. Aunque le sorprendía la petición del Kazajo, su mente no dejaba de hacerse preguntas por lo que estaba ocurriendo entre ellos, ¿acaso será que me esta interesando Otabek más que como un amigo?

- Eso me parece injusto. - Contexto el rubio para disimur su sonrojo, pero sin mentir una parte de él le gustaba el modo que tenía Otabek de protegerlo.
- No es injusto. ¿O te gusta acaso que la gente te acose?... Tu decides, si te obsequio esto solo podrás usarlo cuando yo esté hay para protegerte. - Los ojos de Yuri se iluminaron ante las palabras que le decían, que el Kazajo lo apresiaba más de lo que el esperaba, asiendo se presente ese hormigueo en su vientre que lo paralizaba por completo cada vez que veía sus oscuros ojos. - Entonces. ¿Aceptas o no?.

Bufo despectivo, para no llamar la atención del moreno, pero tampoco se iba a negar, ya que con la única persona que se sentía seguro de usar algo así estaba enfrente suyo.

Tras pagar y al fin cumpliendo su objetivo, al rubio ya se le podía notar el cansancio, busco por todas las tiendas algo especial que el Kazajo pudiera comprarle y ahora que lo había conseguido el cansancio asoto su cuerpo. Otabek se percató de inmediato, por lo que lo invitó a tomar un café, en las terrazas.
A pesar de que era invierno, los rayos del sol se sentían agradables y la charla era amena, aunque las palabras del Kazajo seguían en la mente del más joven decidió no prestarles importancia por el momento.

Otayuri Eres Mi Nuevo AnheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora