EL REGRESO DE BAKURA

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Atem caminaba solo por los pasillos de la escuela, habían pasado tres meses desde que la puerta del Umbral se había cerrado y aún no descubría el porqué de aquel suceso. Su vida en Domino City se reducía a levantarse, desayunar con su ahora abuelo y su hermano Yugi Muto, ir al colegio, estudiar, estar con sus amigos, hacer tarea, salir del colegio, trabajar medio tiempo, tener al menos un duelo, cenar y dormir para repetir la rutina al día siguiente.
Se podría decir que ahora que tenía un cuerpo propio su vida se reducía a la de un chico común y corriente, nadie creería que ser un chico corriente no era la definición correcta para describir a Atem. Probablemente sería vergonzoso que de ser un importante faraón famoso y poderoso ahora no fuera más que un simple chico normal; pero realmente a Atem no le importaba es más le encantaba el nuevo giro que había tomado su vida. Ya no tenía aquella presión de gobernar un país, de aparentar ser un faraón fuerte, poderoso e invencible y es que todos incluidos sus amigos pensaban que por el simple hecho de ser un faraón tenía que tener una respuesta a todo como si fuera un robot programado para eso, pero no lo era era un ser humano que se equivocaba claro con menos frecuencia debido a los peligros que ocasionaría aquello; extrañaba mucho a sus mejores amigos Mahad y Mana ellos siempre lo escuchaban y lo aconsejaban no lo juzgaban y los apreciaba mucho incluso cuándo tuvo su enamoramiento con Mana y no fue correspondido ya que a Mana le gustaba Mahad y viceversa se los confesó ya que no le gustaba tener secretos con sus amigos estos lo entendieron platicaron y pues tiempo después al gustarle su sacerdote Seth se dió cuenta que Mana solo había sido un enamoramiento pasajero. También a veces ( por no decir siempre) pensaba en su rival Seto Kaiba, aunque no lo admitiera en voz alta lo extrañaba quería verlo y si, sabia que estaba ocupado por su empresa pero no podía evitar ser egoísta y desear que Kaiba viniera por el todos los días al finalizar sus clase, se sonrojo ante aquel pensamiento.
Iba tan metido en sus pensamientos que no se percató de la persona que venía en sentido contrario y como no estaba acostumbrado a tener un cuerpo propio cuando se dió cuenta aquella persona trato de no chocar con ella pero su cuerpo no se lo permitió, así que chocó dándose un fuerte golpe que lo hizo caer junto a sus libros.

- ¡Oh Dios mío! ¿Estás bien?.- preguntó el chico extendiendo su mano, Atem iba a tomar su mano hasta que se dió cuenta de quién era, era Bakura aquel chico que en su tiempo había llevado la sortija del milenio; aquella sortija donde habitaba el culpable de que hubiera tenido que encerrarse junto a Zorc para vencerlo tiempo después y es que puede que aquel chico no fuera el culpable de aquello pero se parecía mucho al antiguo ladrón y eso lo molestaba ya que por culpa del Bakura malo su mejor amigo y maestro Mahad también había sido encerrado en una piedra o como en la actualidad una carta de duelo dejando sola y destrozada a su amiga Mana, pero esta vez Atem no pudo estar para consolarla pues también tuvo que encerrarse en el rompecabezas del milenio para evitar que Zarc destruyera todo lo que amaba. Bakura al ver que Atem no tomaba su mano la retiro con una mirada triste y le dió una reverencia junto a una disculpa.
- Lo lamento Yugi, debes estar molesto conmigo por todo lo que hice, perdóname nunca podré pagarte por todo lo que te hice a tí y a tus amigos.- Atem se sintió la peor persona del mundo al ver a Bakura tan arrepentido así que solo suspiró y contestó.

- No te preocupes Bakura, solamente que no puedo evitar que me recuerdes a el Bakura Malvado y pues me estoy desquitando tú no lo sabías así que no tienes la culpa.

- Aún así, lo lamento muchísimo Faraón yo soy algo así como su reencarnación y no puedo evitar sentirme mal.

- Bueno....no creo que sea correcto llamarme así, después de todo ya no soy un Faraón.......a-ahora s-solo soy.....yo.

- Es cierto que en esta época ya no eres un Faraón pero lo fuiste y uno muy bueno no cualquiera se sacrificaría por un montón de desconocidos no eres egoísta eso ya dice mucho de tí.

- Yo si soy egoísta Bakura.- respondió Atem.

- Tal vez, pero no como Kaiba.- en el momento que el nombre de Kaiba salió de la boca de Bakura, Atem enrojeció, cosa que no pasó desapercibida por Bakura.

-¿ Faraón?, De casualidad........ ¿No te gusta Kaiba?.- Atem enrojeció mucho más y nego frenéticamente saliendo mientras corria a toda velocidad dejando a un peliblanco sonriendo de manera macabra y con una voz escalofriante dijo.

- Ya sé cómo vengarme de tí, Faraón.- río de forma malvada y se fue.

Atem llegó al salón con las mejillas rojas y la respiración agitada donde un Yugi completamente preocupado le hacía preguntas que fueron interrumpidas por el profesor de matemáticas. Atem pensó en la pregunta que le hizo Bakura, ¿En verdad le gustaba Kaiba? Y si era así ¿Por qué? Es decir Kaiba no era mala persona pero si era muy frío y a veces indiferente entonces ¿Qué era lo que gustaba de Kaiba? ¿A caso era su parecido con Seth? No, no era eso, Seth le había roto el corazón al dejarle muy en claro que nunca se enamoraría de él, el Faraón de Egipto y además un hombre ya que eso era antinatural y que no se preocupara que no le iba a decir nada a nadie pero que tenía que curarse aquella enfermedad de inmediato, pues podía contagiar a todo Egipto con aquello y que si se atrevía a decirle aquellas mounstruosidades de nuevo se lo diría a toda la corte para que fuera juzgado por los artículos y desterrado de reino; en ese momento algo dentro de Atem se rompió mientras veía a Seth alejarse corrió a su habitación y lloró como nunca mientras las duras palabras de la persona que amaba se repetían una y otra vez como cuchillos atravesando su corazón y en ese momento Atem tomo una decisión, nunca más volvería a sufrir por algo tan tonto como el amor el viviría por y para su pueblo sin preocuparse por cosas banales como el amor de pareja. Y así fue como Atem cambio su actitud alegre e inocente por una más fría y serena donde siempre buscaba lo mejor para su pueblo poniéndolos a ellos antes que así mismo provocando que todo el pueblo de Egipto lo amara y respetará creando una imagen de un Faraón perfecto con respuestas a todo, el faraón más fuerte, inteligente y poderoso que Egipto pudo conocer y Seth bueno a Seth le alegraba que su Faraón se curara de aquella atroz enfermedad como lo era la homosexualidad mientras él se encontraba de nuevo con aquella hermosa mujer de cabello y ojos Azules y piel blanca enamorándose profundamente de ella mientras, él pequeño y frágil Faraón que todos creían perfecto e invencible se desmoraba de dolor al ver a su amor con otra sin que sus amigos pudieran ayudarlo.
Por eso Atem estaba aterrado por los sentimientos que crecían dentro de él y trato de negarlos no quería volver a sentir aquel sentimiento negativo no quería sentir nada hacía Kaiba y nadie en general.
- ¡SEÑOR YAMI MUTO!,¡¿ NOS DARÍA EL HONOR DE PASAR AL PIZARRÓN PARA RESOLVER EL EJERCICIO?!.- Atem salió de sus pensamientos y se dió cuenta que el profesor llevaba mucho tiempo tratando de devolverlo a la realidad, demasiado apenado paso al pizarrón y resolvió el ejercicio con rapidez cosa que sorprendió a todos incluído el profesor ya que ese ejercicio fue puesto para que no pudiera ser contestado con facilidad pero Atem lo resolvió como si nada, la clase dió su fin y Yami salió del aula para evitar que su hermano Yugi le hiciera preguntas.
Llegó a su casillero para guardar sus libros pero al abrir su casillero una carta cayó al suelo, iba a tirarla a la basura hasta que vio la letra..........era de Kaiba y su corazón latío como loco.



Capitulo nuevo en verdad espero que les haya gustado esta parte fue escrita por mí, así que recuerden confiar en el corazón de las tramp....... Perdón de las cartas

Los ama





Joeri.A.Sook

El rey que perdió su corona (Hiatus temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora