LA RULETA DEL CREADOR.

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Pegasus se dirigía al restaurante del hotel para cenar, al llegar ahí un camarero de cabello negro y ojos verdes lo reconoció de inmediato.

-¿Es el señor Pegasus? - en su tono había incredulidad y a la vez sorpresa.

- A sí es.- dijo en un tono cantarin.

- ¿Le doy una mesa señor Pegasus? En verdad es un gusto tenerlo.- dijo en un tono emocionado.

- Lo sé, lo sé soy una figura inolvidable.- comento con su típica pose diva.- Si, me encantaría una mesa en el balcón al aire libre por favor.

- ¡Por supuesto señor Pegasus, lo qué usted desee!.- dijo apresurado y nervioso el camarero, por tener a su ídolo en frente camino rápidamente hacia a las mesas del balcón dándose cuenta que todas estaban ocupadas, excepto una que estaba reservada y tenía sin saber que eso traería varios inconvenientes hacia los que reservaron aquella mesa quitó la reservación y le dió la mesa a su ídolo.

- Siéntese aquí, señor por favor.- le pidió el chico a Pegasus dándole una carta y tomando su orden apresurando se en irse para que la orden le fuera entregada con rapidez y al voltear se debido a fuerzas desconocidas del destino lo vió......... A ÉL.

A Kaiba junto al desaparecido Yami.

Después de ese beso tan inesperado Kaiba llevó al balcón a Atem, donde ya había reservado una vista magnífica hacia la torre Eiffel, quería ver esos lindos ojos amatistas brillar.

Un camarero de cabello café y ojos grises se acercó hacia el huésped más difícil de aquél hotel.

- Buenas noches, ¿Quiere una mesa para cenar?.- preguntó en un tono amable el camarero.

-¿Yo una mesa para cenar? Claro que no, solo vine a ver cómo haces tú trabajo inepto.- dijo con sarcasmo Kaiba.- es obvio, que si baje de mi mi habitación hacia este lugar es para cenar en una mesa que reserve con anterioridad, deficiente.- dijo apática mente.

- Kaiba... .- dijo casi como un susurro.- Queremos nuestra reserva en el balcón, por favor .- dijo con amabilidad recuperando su tono normal.

- Discúlpenme, de inmediato los llevo a su reservación.- se alejó para alistar la mesa.

.- Kaiba solo rodeó los ojos.- No tienes porque molestarte.- le dedicó una sonrisa al ojiazul.

.- Cómo sea.- dijo Kaiba con aparente desinterés aunque sin querer se le escapó una sonrisa traviesa que no pasó de largo para Atem cosa que lo hizo reír, pero la sonrisa de Kaiba desapareció cuándo vio a alguien conocido era Pegasus.


Bakura río cuándo vio cómo se encontraba Kaiba con Pegasus junto al Faraón, una risa maniática que no pudo controlar hasta que llegó a aquel callejón oscuro donde se encontraba su víctima favorita aquel chico tan parecido y a la vez distinto a él.

Lo encontró justo cómo lo había dejado con aquella ropa desgarrada y con pequeños puntos sangrantes, estaba desmayado después de tanto agotamiento físico y mental; Bakura se acercó al pequeño peliblanco mientras tomaba una cubeta que contenía agua helada lanzándose la para que despertará, cosa que hizo tenía unas grandes ojeras adornando su rostro junto a su cuerpo calaverico debido a la falta de alimento.

- ¡Al fin despertaste eres un flojo, niño!.- se burló Bakura, como si aquel pequeño peliblanco deseara estar en aquel lugar sufriendo las torturas que le causaba aquel malvado homólogo suyo.- ¿Sabes? Es hora de tu dosis diaria de juegos.- susurro en el oído del pequeño peliblanco, provocando un escalofrío en este que lo hizo temblar cual hoja en otoño.

- Ya no no me lastime, por favor.- susurro el pequeño peliblanco.- N-no le diré a nadie que volviste pero por favor y-yo......ya no lo soporto más.....d-dejame ir.- y sin más se soltó a llorar.

Sin embargo aquel hombre solo se limitó a observarlo, deleitándose con el llanto desgarrador que el pequeño soltaba y de nuevo decidió jugar con él, volverlo loco y llevarlo a un lugar lleno de dolor y placer y sin más lo tomo de nuevo como cada día desde que lo secuestro




Los aman JoeriASooK y Fuiji_lovers








El rey que perdió su corona (Hiatus temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora