El rey que perdió su corona (Hiatus temporal)

EL INICIO

Cuando Ryo (disfrazado de mujer) y Bakura llegaron al hotel donde esté se estaba hospedando, Ryo no pudo evitar sentirse inseguro a pesar de querer gritar para que todos se dieran cuenta de que había sido secuestrado pues antes de salir de aquel lugar maloliente, Bakura le había inyectado una extraña sustancia de color morado que lo impocibilitaba del habla por lo que cuando llegó frente a la recepcionista Ryo parecía una bella dama a punto de caer inconsciente debido al cansancio.

- ¡Buenas noches señor Rivver! .- saludo la recepcionista con voz amable.- ¿Desea una habitación para usted y la dama?.- preguntó con cortesía, Ryo quiso gritar que no era una chica pero no podía emitir ruido alguno y tampoco podía pensar con claridad.

- Si, por favor.- contesto Bakura con amabilidad fingida que pasó desapercibida por la recepcionista.- Una con cama matrimonial para mí esposa y para mí.- le sonrió a Ryo pero detrás de aquellas sonrisa se encontraba una mirada malvada; la recepcionista le dió la tarjeta para poder abrir su habitación.

Bakura caminaba cargando a Ryo que cada vez se sentía más mareado y confundido ¿Por qué aquel chico lindo lo cargaba?
¿Lindo? ¿Por qué creía que era lindo? No lo sabía, una extraña sensación le decía que aquel hombre era malvado y peligroso, pero no podía recordar porque.
Cuando los dos llegaron y entraron a la habitación, Bakura lo acostó delicadamente en la cama mientras que con mucha delicadeza le quitaba todas las prendas que traía encima dejándolo completamente desnudo, luego con una toallita húmeda le quitaba el maquillaje.

- Eres tan hermoso.- susurro más para si mismo que para que lo supiera Ryo.- Mi hermana, también era muy hermosa y le encantaba jugar ¿Sabes a qué?.- preguntó, sin esperar alguna respuesta.- me ataba de manos, y metía sus manos entre mi entrepierna.........era muy divertido.- rió con auténtica diversión como si lo que hubiera dicho no fuera nada importante; Ryo al estar tan confundido por la droga no le dió la importancia que requería.

Bakura se recostó a lado de Ryo y girandose lo abrazó mientras lo arrullaba para que esté se durmiera, Ryo se sintió más perdido por lo que inconscientemente pegó su cabeza a su pecho y cerro los ojos; Bakura metió dos dedos a la boca de de esté para que los humedeciera con la saliva del menor.

Ryo se encontraba bastante perdido debido a la droga, por lo que al sentir dos dedos dentro de su cavidad vocal no pudo evitar lamerlos y lo peor es que no sabía porque.

Bakura al sentir como Ryo lamía sus dedos no pudo evitar sentirse excitado, saco los dedos de la boca del menor e introdujo un dedo con saliva en la estrecha entrada de Ryo.

Un gemido salió de Ryo al sentir tal intrusión en su trasero, iba a protestar, pero de repente Bakura movió su dedo acariciando sus adentros con delicadeza buscando su punto dulce.

Bakura continúo acariciando la profunda entrada del menor, solo escuchaba los suspiros y gemiditos de Ryo, para después agregar un segundo dedo, mientras que con su otra mano tocaba la hombría del chico, haciendo que suspiros y gemidos más fuertes salieran de la boca de Ryo.

Así permaneció un rato más, dándole más y más placer al chico, cuantas ganas tenía de meter su miembro en aquella estrecha entrada, pero no lo haría pues necesitaba la confianza de Ryo para que su plan funcionara. Cuando menos se dieron cuenta, Bakura ya tenía cuatro dedos en la entrada de Ryo.

Seguía masajeando y golpeando la próstata del menor, cada vez más rápido, Ryo gritaba y se retorcía por el placer tan profundo que recibía, no era nada a comparación del horrible trato que recibió antes ¿ Bakura se había arrepentido?.

Unas cuantas estocadas más faltaron para que Ryo se corriera con fuerza en su estómago y en el de Bakura.

Ryo respiraba con dificultad gracias al reciente orgasmo y poco después se quedó dormido. Mientras tanto, Bakura tenía un fuerte problema en su entrepierna pues al ver al menor no pudo evitar excitarse.
Pero ahora finalmente comenzaría su plan y ese consistía en desaparecer a Pegasus y a Yugi Muto.

Kaiba y Atem pagarían muy caro su insolencia.