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Eran 10 minutos de camino a la escuela y durante ese tiempo ninguno hablo.

Al llegar tuvieron que esperar afuera, en la entrada de la escuela, ya qué no se les permitía la entrada hasta las nueve en punto y como Paul manejo lo más rápido que pudo, llegaron cinco minutos antes.

Dawn: no vuelvas a ir así de rápido Paul, casi matas a un perro—le reclamo molesta

Paul: oh vamos, no es para tanto, aparte el tuvo la culpa por estar a media calle—trato de defenderse.

Dawn: aún así no quiero que manejes tan rápido—le dijo aún molesta.

Paul: está bien, te prometo no volver a manejar así.

Dawn: bien—le dijo y luego volteó a ver a Serena que se veía desanimada—todo bien Serena.

Serena: eh??...oh sí todo bien.

Dawn: segura—pregunto no tan convencida.

Serena: si segura... y por qué se les hizo tarde—dijo tratando de cambiar el tema.

Ash: es qué después de pasar por Dawn se pinchó un neumático.

Dawn: pero no, nos tardamos por eso sí no por qué cuando Paul bajo a cambiarlo, Ash y yo también bajamos del auto y cerramos las puertas pero no nos dimos cuenta que tenían seguro y que Paul había dejado las llaves adentro.

Ash: después de un rato de tratar de abrirlo Paul recordó que no habia cerrado la cajuela, se metió por hay y abrió una puerta.

May: por qué no llamaron a alguien que los ayudará??—pregunto con un tono de voz bastante audible.

Paul: los celulares se habían quedado adentro...oigan que es eso—pregunto señalando una bicicleta o motocicleta de color dorado que se acercaba demaciado rápido hacia ellos.

Ash: no lo sé, pero si no se detiene va a chocar.

¿?: ¡Cuidado, no puedo parar!—gritaba el que iba manejando.

Al escuchar eso los cinco se quitaron de donde estaban, justo a tiempo para ver cómo por enfrente paso una bicicleta dorada con un chico rubio de traje negro que se estrelló en una pared.

Serena: !Clermont¡—exclamó preocupada y corrio para ver cómo estaba, lo primero que hizo fue incarse y recargar la cabeza de Clermont en sus muslos, luego de que Serena acomodara a Clermont los demás se acercaron.

Clemont: eres un ángel??—pregunto después de unos segundos al abrir sus ojos.

Serena: no, tonto soy yo Serena—contesto sonrojada.

Clemont: ¡Oh! Cierto eres tú, te vez hermosa—decia desorientado.

Serena: gra-gracias—le dijo sonrojada.

Paul: está confundido por el golpe, hay que sentarlo—dijo y ayudo a Serena a sentarlo.

Después de unos minutos Clermont se sintió mejor y se pudo poner de pie.

Serena: estás seguro que ya te sientes bien—pregunto preocupada.

Clemont: si, me siento exelente—contesto como si nada hubiera pasado.

Serena: en ese caso...¡podrías explicarnos por que venías tan rápido, te pudiste haber hecho daño!—dijo molesta.

Clemont: es que estaba tan emocionado por salir a probar la electrocicleta, que olvidé que aún no le he instalado los frenos, lo siento—contestó apenado, he hizo una una reverencia.

Serena: está bien, no tienes que disculparte, pero para la próxima ten más cuidado.

Ash: wow entonces tú inventaste la bicicleta en que llegaste—pregunto sorprendido.

"EL NUEVO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora