ーKɪꜱꜱ Mᴇ...

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cOF CofF, CanMEx.


ー¡Oh vamos, México! Una vez más.ーHabló aquel canadiense con una sonrisa aún formada en su rostro, una bastante amplia y llena de energía. Él mexicano soltó una carcajada baja, sonriendo luego de ésta, y haciendo otra cara boba y tonta para Canadá, él cual reía por las acciones del contrario. ーYa pues, ya lo hice, ¿feliz?ーDijo, aún con esa sonrisa en su rostro, para luego acercarse lo más como para poder acariciar la espalda del contrario con ternura y delicadeza. De pronto, unas pequeñas gotitas comenzaron a caer sobre sus cabezas. Siendo niños, lo único que pudieron reaccionar fue comenzar a jugar debajo de aquella lluvia que era, no tanta, pero aún así lo disfrutaban. Él mexicano tomó la  mano del contrario, haciendo que él mismo se sonrojará, pero no pudo evitar sonreír y tomar su mano igualmente solamente que apretando ésta, con sentimiento, emoción. ーMira, ¡ven! Te mostraré algo.ーLo tomó más fuerte para que no se soltará, y comenzó a correr hacía un pequeño jardín tapado, lleno de flores, pequeños arbustos y árboles hermosos, de colores rojos, como amarillos y verdes. Canadá lo llevo hasta un banco adornado con flores rosas, y algún que otro detalle hecho en este.

ーTú y yo... estaremos... siempre juntos, ¿verdad?ーDijo aquel canadiense con entusiasmo, alegría y esperanza. Tantas emociones mezcladas en ese momento. ー¡Claro que sí, tonto!ーLo abrazó, Canadá sonrió. Le encantaba sentir la calidez del mexicano, sentirlo a su lado y tocarlo, o con tan solo mirarlo ya era feliz. Se sentía especial. ーE-entonces... ¿nosotros nos casaremos?ーLo miró con intriga, y su sonrisa desapareció de sus labios, pero sus esperanzas no. Él mexicano quedó pensándolo y analizándolo algunos segundos, hasta que dirigió la mirada al contrario, y contestó; ーCanadá... ¿qué significa eso?ーRespondió también, con notable intriga, y sin despegar la mirada del opuesto, quien sonrió ante esa pregunta. ー¡Pues! Mi papi me enseño que eso pasa cuando dos personas se quieren mucho, al punto de amarse y querer estar juntas para toda la vidaーHizo una pausa, mientras miraba sus piernas las cuales movía de adelante hacía atrás, intentando distraerse con eso. ーEntonces, quería saber si tú querías, sería una gran idea, ¿No?ーTerminó de hablar, para luego mirar al mexicano con una sonrisa, el cual también se presentaba con una en su rostro, entusiasmo y alegría. ー¡Claro que sí! ¡Nos casaremos de grandes!ーDijo con un notable tono de felicidad en su hablar, hasta que Canadá le interrumpió, sacando dos pequeños anillos hechos de plástico, y miró al mexicano nuevamente.

ーConserva este anillo como prueba de que te seré fiel toda la vida. Y tú también lo serás, y... ¡De grandes seremos felices!ーPegó un pequeño saltito, aún mirando a México, este le regaló una sonrisa tierna y le acarició la cabeza con delicadeza. Tomó uno de los anillos, y se lo colocó en uno de sus dedos, con un ligero sonrojó en sus mejillas, y luego le dio un pequeño beso al canadiense en su cachete derecho. ーTe quiero mucho, Canadá, eres muy tiernoーDijo para luego abrazar el brazo de éste, con una sonrisa amplia y apegándose al mismo. 

ーMéxico, nos vamos.ーInterrumpió aquella escena él español, quien miro con asombro a estos dos, asombro y asco. ーP-papá, solo unos minutos más, y... ya--ーLo tomó del brazo, con una mueca de fastidio, tirando aquel anillo que tenía en su dedo a un lado, y jalándolo hacía este. ーHe dicho, que nos vamos. No quiero que estés con esté tipo de tonterías, ¿anillos? No sirve, ni lo pienses. Nos iremos ahora, despídete de tú amiguito.ーDijo con un tono de molestia notable,  y soltando al mexicano, quien fue con el canadiense y lo abrazo, susurrando un bajo "Adiós". Luego de esto, se marcharon, México con notable tristeza, y España con desagrado.

Canadá quedó solo. 


...


ー"Seguramente ese viejo idiota le comió la cabeza para mi, pero para él no."ーDebatía aquel canadiense en su mente, acordando aquella promesa, aquella escena que se repetía varias veces en su mente, rebotaba y rebotaba. Lágrimas comenzaron a caer de los ojos de esté, pensando qué había hecho mal, y por qué no fue él al quien eligió. ¿Paso mucho tiempo como para olvidar ese momento? Quizás sí, eran niños, que tonto de su parte creer que si iban a casarse, o al menos tener una relación decente en la cual se quieran mutuamente, pero él mexicano ya ni le dirige la palabra, ni siquiera la mirada aún. Se comió, se comía y se comerá la cabeza pensando en aquel español, quien interrumpió ese momento que para él en ese tiempo fue maravilloso; pensar en él, sus mensajes y sus palabras, cuando estaban juntos y charlaban de cualquier cosa. Comenzó a distanciarse, alejarse, se fue. ¿Tan difícil es?

Alguien más, debía ocupar su "puesto".

¿Algo... forzado?


...


Tomó una servilleta, se limpió la cara, suspiró y miro a la ventana. Pequeño, pero notable en su mente, a aquel vecino lo veía desde ahí, regando sus plantas, con aquella sonrisa que algún día le ofreció al canadiense, sonrisa tan pura y hermosa, que lamentablemente hoy en día era dueña de otro, de sus carcajadas y sus miradas, esas pequeñas cosas ya no iban a Canadá, solo... Lo ignoraba. Quería, pero no podía. Podía, pero no quería hacerlo, no ahora, no ahí, nunca. No sí él no quería. Pero... en su fondo, sabía que, siempre lo iba a amar, intentando o no con alguien más. Ese pequeño hueco quedó ahí, pero, como dicen, nunca está mal probar nuevas cosas, ¿no?



Besame, aunque no quieras.

ー¿Intentarlo?⚘CH⚘RusGerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora