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Al despertarme por la mañana, salté de la cama después de mirar el reloj.

"Maldición, maldición. Siempre voy tarde".

Me cambié el pijama por la ropa de diario en cero coma y fui corriendo hasta el comedor.

"Seguro que ya han empezado sin mí".

En el comedor, todos mis hermanos estaban ya desayunando.

—¡Buenos días! —saludé. —Perdón por el retraso. —Me rasqué la cabeza en señal de vergüenza.

Me senté al lado de Gilda y Ray. Casi habían terminado su desayuno cuando yo aún no había ni empezado.

—¿Qué vas a hacer después del examen? —le pregunté a Ray.

—Ir a la biblioteca. Me faltan algunos libros por leerme aún.

—No entiendo tu deseo de leer y saber tanto —comenté mientras mordisqueaba mi tostada.

—Deberías. Una vez leí que los gemelos son capaces de saber lo que piensa el otro.

—No es nuestro caso. —Me reí. Él hizo lo mismo. Pocas veces nuestras conversaciones acababan así.

Busqué con la mirada a Norman, sentado unos asientos más a mi derecha.

—Que no te gusta dices —murmuró Ray, después de acabarse su vaso de leche con chocolate.

Lo miré con los mofletes inflados y le di con el puño en el hombro. No le di fuerte porque sabía que llevaba razón, pero no se la daba porque sabía lo insoportable que sería si lo hiciera.

Después del examen, salimos fuera. Pensé en jugar al pilla-pilla con los pequeños, pero, la verdad, no tenía muchas ganas de correr.

En su lugar paseé por el bosque. Para mi sorpresa, me encontré con Emma, que parecía estar hablando con alguien.

—¡Emma! —la llamé.

Me sonrió y le dirigió algunas palabras a su acompañante, que se levantó del suelo y me saludó. Era Norman.

De pronto, noté como mi expresión se volvía seria y me ruboricé. Agaché la cabeza para que no se dieran cuenta.

—¿Q-qué hacéis aquí? —logré decir.

—Estábamos hablando —respondió Norman con una sonrisa.

"¿Será buena idea preguntar de qué?", pensé. Me lancé.

—¿Sobre qué?

Sus expresiones cambiaron por completo, pasando a ser de sorpresa.

—¿Crees que...? —le preguntó Emma a Norman en voz baja.

Tal vez no era igual de astuta que mi hermano, pero compartíamos el ingenio. De pronto me di cuenta de lo que sabían Norman y Emma.

—¿Lo sabéis? —Sonreí. La verdad, me alegraba que lo hubieran descubierto, puesto que solo podía hablar de aquello con Ray y Madre, y ya me conocía de pe a pa sus opiniones sobre el tema.

—Conny... —susurró Emma.

Aquello me lo confirmó por completo.

—¿Conocéis el secreto de la casa? —La sonrisa en mi cara era de una alegría enfermiza.

Asintieron con la cabeza.

—Queremos escaparnos —aseguró Norman.

Lo miré unos instantes, ensimismada. De pronto, Ray apareció detrás mía, poniéndome una mano en el hombro.

—¿Qué pasa, chicos? —saludó.

Emma y Norman parecían igual de sorprendidos que yo con su llegada.

—Así que queréis escaparos, ¿no? —Esperó a que Norman y Emma le contestaran. —Bien, me uno.

Me quedé impactada con su respuesta. ¿A qué estaba jugando? ¿No era el espía de Madre? Entonces, ¿le iba a traicionar? ¿O es a Emma y a Norman a quien traicionaría?

—Yo también me apunto —dije finalmente. Aparte de vigilar a Ray, también quería pasar tiempo con Norman, y aquello se me presentaba como una oportunidad. Emma reaccionó con una sonrisa al oír mi respuesta.

—Bien —comentó mi hermano. —Quedemos en la biblioteca después de la cena, ¿vale?

—Sí —respondimos Emma, Norman y yo al unísono.



Acabé rápido mi cena y antes de ir a la biblioteca me duché.

Para tratarse de mí, llegué realmente temprano. No vi a nadie en el pasillo, así que entré dentro y los busqué ahí.

Nadie al parecer. Seguí caminando entre las estanterías, con el silencio de aquella sala envolviéndome. Llegué hasta la zona donde se encontraban las sillas y mesas para los aficionados a la lectura. Me llevé una gran sorpresa al ver allí sentado a Norman, con la cabeza apoyada en el puño. Se percató de mi presencia y me saludó.

—¡Hola, ____! Ya creía que no iba a venir nadie. —Sonrió.

—Hola, Norman —devolví el saludo. Luego me quedé embobada con su sonrisa.

Noté como el corazón me latía más rápido. "¿Sola con Norman?". Aunque la idea no me desagradaba en absoluto, no sabía si iba a ser capaz de estar con él y controlar los nervios al mismo tiempo.

《 Norman x Tú 》「Yakusoku no Neverland/The Promised Neverland」  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora