Remus revisó la lista de pendientes una vez más, mientras Harry jugaba descuidadamente sobre la alfombra con el campo de quidditch de juguete que Sirius le había regalado durante su cumpleaños anterior y que aparentemente era su favorito. No era demasiado espectacular, los jugadores miniatura ni si quiera volaban por sí solos, pero al pequeño Potter le fascinaba.
—Dime, Harry —dijo llamando la atención del pequeño que con sus regordetas manos sujetaba al buscador y a uno de los bateadores del equipo rojo—. ¿Prefieres el pastel de vainilla o de chocolate?
Harry frunció el ceño, pensativo. Parecía que estaba tomando una de las decisiones más difíciles de su vida. Esa expresión de esfuerzo fue suficiente para que el lobo sonriera con ternura y aguardara paciente por la respuesta del pequeño. No por nada, pero Harry era, sinceramente, uno de los niños más bonitos que había visto nunca y nada tenía que ver con el hecho de que fuera su hijo.
—¿Cuál te gusta a ti? —le respondió con otra pregunta. Su voz infantil pero su tono serio—. ¿Tú cuál prefieres Moomy?
Remus ladeó la cabeza, preguntándose a qué venía aquello. Tal vez era el niño simplemente estaba indeciso y quería una opinión más que el castaño no dudó en darle.
—De chocolate, por supuesto.
Harry sonrió ampliamente.
—A mí también me gusta.
—¿Entonces está bien que el pastel de tu fiesta de cumpleaños sea de chocolate?
El infante volvió a fruncir el ceño, aparentemente no muy seguro de su respuesta. Remus se puso de pie, abandonando el sofá frente a la chimenea y se sentó a su lado antes de preguntar:
—¿Qué ocurre? ¿No sabes cuál elegir?
Harry negó con la cabeza agitando su desordenado cabello negro.
—Me gusta el chocolate —respondió—, pero no a todos les gusta el chocolate, ¿verdad, Moomy?
El corazón del mayor se agitó ante tal confesión. Harry estaba considerando los gustos todos, además de los suyos y eso le llenó de orgullo. Era un niño considerado y amable, un poco revoltoso, pero suponía que los genes de James Potter debían estar en alguna parte. Realmente estaba feliz de poder ayudar en la crianza de un niño tan maravilloso.
—¿Eso te preocupa? —preguntó y Harry asintió severamente.
—Quiero que todos coman cosas que les gusta.
—Bueno, estoy seguro de que ellos estarán bien con cualquier cosa que elijas, es tu cumpleaños después de todo. Es un día especial.
Harry lo pensó por un instante antes de asentir lentamente y responder:
—¿Entonces puedo elegir chocolate?
—Por supuesto, cachorro.
—¿Y puedo tener helado también?
Remus soltó una carcajada. Estaba bien si Harry era mimado de vez en cuando, ¿verdad?
—Por supuesto, pero no demasiado y sólo después de la comida.
—¡Sí!
El lobo se puso de pie y caminó de vuelta al sillón mientras Harry volvía a su juego. Faltaban sólo tres días para la fiesta de cumpleaños número tres de Harry y todo iba viento en popa. En la lista sólo quedaba pendiente el pastel del que se encargarían en una pastelería del callejón Diagon y el banquete del que se encargaría Molly Weasley. Las invitaciones ya habían sido repartidas personalmente y los adornos habían sido comprados la semana anterior. Kreacher se encargaría de la limpieza y Alice junto con Frank, organizarían las actividades para los niños durante la fiesta.
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The greatest adventures of Dadfoot & Moomy
FanfictionWolfstar/Drarry James y Lily están muertos. Harry ha vencido a Voldemort y como es lógico, no existe mejor persona para cuidar de él que Sirius Black, excepto, muy probablemente, su novio Remus Lupin. Estas son las grandes aventuras de Padfoot y Mo...