Capitulo 30

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Lauren.

-Lauren... idiota...- escuchaba suavemente en mi oído.

¿Que día es?

¿Ya es la final?

¿Gane el mundial?

¿Me casé con Camila y estamos teniendo hijos?

¡Eso no! Aunque no era tan mala idea si luego podría refregarle en la cara que yo siempre tuve la razón. Pero no la amaba, ni siquiera la quería un poco, nada solo éramos amigas que follaban.

Y si esto es lo primero que pienso cuando estoy despertando. Soy muy tonta a veces, de verdad creo que me golpeé en la cabeza o mi mamá no se tomó la placenta porque a veces hasta yo me sorprendo de las tonteras que pienso o hablo todo el día, no solo en la mañana.

Soy rara, pero me amo de esta manera.

-Sapito feo.- Escucho, comencé a abrir los ojos mirando la cara de la princesa fiona frente a mi.

¡Un momento!

¡No era fiona!

¡Era Camila!

Que soy chistosa.

-¿Que pasó?.- logró decir mirándola.

-Me estoy yendo al trabajo.- me anuncio y yo bufé tomándola del brazo.

-Quédate aquí que hace frío.- le digo, media adormilada aún acostándola sobre mi cuerpo, y estaba vestida porque sentía la tela fina en mis manos.

-No puedo Jáuregui.- me dice firme intentando escapar, la acomode a un lado, alzándola para taparla y abrazarla dejándola frente a mi.

Pase una pierna por las de ella apegándola a mi cuerpo mientras me reía ante sus intentos de querer marcharse a su trabajo. De seguro que la princesita tampoco le gustaba llegar tarde a pesar de ser la jefa, era una maniática del orden y la autoridad, pero me encantaba de esa forma. Por ende hoy a la noche no podía llegar ni un minuto tarde a buscarla sino era capaz de dejarme esperándola en la calle por lo fastidiosa que se pondría.

No me iba arriesgar a eso, así que llegaría diez para la ocho aunque tenga que esperar diez minutos aburrida afuera de su casa. Pero valía la pena y lo sabía esa mañana recién despertando, intentando que se quedara más tiempo conmigo en la cama, no iba a suceder de todas manera pero no costaba nada intentarlo y eso hacía en esos momentos, retenerla a mi lado hasta que se fuera gritándome cuanto me odiaba.

Me causaba tanta gracia hacerla enojar.

¿Se enojaría así de siempre con todo el mundo o era solo su odio hacia a mi?

Bueno... ayer a Matthew casi lo asesinó. Pero eso lo hablaremos más tarde ahora quiero que se quede conmigo un ratito más, solo un ratito más.

-Lauren necesito irme, ya voy tarde porque me quede dormida.- protesta seria, intentando alejarse.

-No te vayas.- le digo besándola, ella hizo una mueca de asco.

-Tienes el aliento mañanero.- dice asqueada.

-Es el olor de tu coño, tanto lamértelo.- le digo riéndome.

Me pego fuerte en el brazo que me tuvo que sobar de inmediato porque supo que se sobrepasó, pero tenía razón para hacerlo.

Si les hacen alguna vez eso un chico o chica no lo normalicen, pero está vez Camila tenía razón.

-¡Maldita asquerosa!.- me grita intentando alejarse pero sobándome el brazo.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora