4.1

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El cuarto beso es uno que nunca creí que sucedería, pensando que ya no volvería a probar esos labios o no durante mucho tiempo. Es uno de mis favoritos y empieza donde creía que ya había acabado.

Los años pasaron, mi madre no lo soporto y a los meses paso a una mejor vida. Por lo tanto debí quedarme en China todos estos años, cinco años en los que termine mis estudios, conseguí mi propio departamento y un puesto de trabajo en una revista como fotógrafo junto a las mejores personas que podría conocer, uno de ellos, mi asistente; Liu Yang Yang.

Un chico súper extrovertido, carismático e inquieto. Siempre con ganas de reír más, caminando por todo el salón y haciendo que cada persona gane su corazón. En resumen, un buen chico y entendía cada una de mis preocupaciones, siempre atento a cada uno de mis pasos.

—Ahora mira hacia arriba— Le indique a la modelo en ese momento, para que girara un poco su rostro. Era bastante bueno con la cámara, pero no hacía milagros.

—¿Así?— Le asentí con la cabeza y seguí con mi trabajo. Escuché la risa de YangYang desde la computadora y me gire para verlo, el solo hizo señas extrañas y yo no entendía.

La sesión termino y la muchacha rápidamente cogió sus pertenencias, pero antes de retirarse se acercó hasta donde estábamos revisando las fotos. Tocó mi hombro y su rostro se enrojeció cuando me miro a los ojos, yo simplemente la espere a que hablara de una vez.

—Tu nombre es ¿Renjun?— Sabía que la mujer era extranjera, así que su chino era muy básico y sonaba extraño. Me enfadaba que me  mandaran a trabajar con personas que no se tomaban el tiempo para aprender el idioma, yo debí aprender dos idiomas cuando estudie en la universidad. Me crucé de brazos y la mire.

—Si—

—Queria invitar a salir— Mi rostro no cambio de semblante y con mi cabeza negué firme.

—Lo lamento, no salgo con personas del trabajo y si lo hiciera. No lo haría contigo— Pude ver el momento exacto en el que el traductor en su oído le decía las palabras en su idioma, su rostro cambio rápidamente a uno furioso y sin decir otra palabra, salió directo de ahí

—Eres único— Me gire para ver a YangYang riéndose, no era la primera vez que algo así sucedía. Yo no era como él que aceptaba a cada invitación que le hacían, aún si en realidad no le interesaba la persona.

Además

—Sabes que tengo novio— En Corea estaba el amor de mi vida, latiendo en mi pecho como en el momento en que nos separamos. Anhelando el reencuentro.

—Tan romántico— contesto soñador. Conociendo la historia, era obvio que la sabría. Sería capaz de quitarle información hasta a un espía.

—Cinco años no se mantienen solos— Dije juguetón. Empezando a apagar los equipos, mientras lo escuchaba hablar.

—Algun día escribiré tu historia—

—Lo lamento, está reservada a un escritor novato— El chico me miro con una mirada confusa y yo reí. Termine todo y le indique que guarde sus cosas.

—¿Irás al correo?— tome mi cosas con una sonrisa, claro que iría, se había convertido en el lugar donde nace la esperanza.

—Si. Debo ver si me llegó un paquete— y con un guiño salí del salón, dirigiéndome hasta el ascensor. Mi asistente me siguió de cerca.

—¿Puedo ir contigo?—

—Quieres ver al chico ¿Verdad?— su rostro avergonzado respondió por el. Desde el día en que me acompaño por primera vez estaba perdido.

7 Besos |Renhyuck|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora