5.2

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Los momentos especiales llegaban sin ser buscados, una mañana cualquiera podría transformarse en la mejor de la semana con solo ver su sonrisa al despertar. Esos días era feliz y no conocía alguna manera de incrementar esa felicidad, si es que era posible de hacerlo.

Quería llevar a Donghyuck al cielo y verlo feliz todo el tiempo, mostrarle lo más bello del mundo y los más bellos de mi mundo era él. Sería mi sueño más profundo.

Pero Donghyuck tenía tormentas en su interior y existían días donde sus peores miedos aparecían y le hacían perder los estribos. Días donde se encerraba en su habitación, nuestra habitación, sin querer salir por horas. Llorando y rogando que eso dentro suyo que le gritaba que cometiera las peores locuras fuera silenciado. Duras noches donde lo esperaba yo, con la espalda apoyada en la puerta, esperando a que saliera. Con sus ojos rojos de mantener sus sentimientos dentro, abriendo la puerta y susurrando.

—Perdón— Mientras mostraba las marcas en su muñeca. Su eterna batalla con el mismo, yo estaba para él y el único que podía contra todo eso, era el mismo.

Ese día lo abracé, lo besé y le susurré todas las palabras bonitas que merecía escuchar. Todo eso que a él le gustaba escuchar, que deseaba y anhelaba. No importa cuántas veces tendría que repetirlo, yo lo hacía cada vez.

El día del quinto beso empezó diferente a los demás. Temprano me reuní con Jeno, tenía noticias que darme y como buenos amigos que siempre fuimos, nos juntamos a beber café en la favorita del pelinegro. Por alguna razón estaba apurado en vernos a los dos juntos, pero sin Mark y eso era algo extraño, normalmente íbamos a cenar los cuatro juntos.

Los ojos de Jeno brillaban mientras nos contaba la historia.

—Entonces se arrodilló frente a mi— Pude escuchar un pequeño chillido venir desde donde estaba Donghyuck. Yo sonreí —Saco una caja de su bolsillo y mientras la abría me dijo “¿Jeno, quieres— De repente freno el relato y lo miré con incredulidad. Jeno me observó unos momentos.

—¿Por qué frenas la historia?— Me exasperaba. Quería saber más sobre la propuesta de matrimonio.

—¿Me estabas escuchando?— Abrí mi boca con indignación. Y ambos chicos a mi alrededor comenzaron a reír por algún tipo de broma interna entre ambos.

—Claro que si— Le asegure

—Es extraño— Escuché decir a Haechan y gire mi rostro para verlo. Sonriente y vibrante, lleno de vida. Le sonreí de regreso, con una pregunta silenciosa. Jeno respondió en su lugar.

—No sueles prestar mucha atención cuando te hablan— Mi rostro iba de un lado a otro, cambiando la vista entre Jeno y Haechan quienes parecían convencidos de sus palabras.

—Al menos que sean teorías conspirativas— Y los tres comenzamos a reír. Sí, debí admitirlo, hacía mucho de eso durante la universidad.

Estás palabras son pruebas de ello.

—Eso fue antes. Soy más maduro ahora— Jeno sonrió, haciendo que sus ojos se volvieran dos lunas. Nos miró por unos momentos antes de decir las palabras que tanto tiempo todos pensaron.

—Ahora estás enamorado— Negué

—Siempre lo estuve. Pero lo descubrí y lo demuestro— Acerqué mi rostro hasta el de mi novio, quien con una de las más hermosas sonrisas compartió un beso. No muy largo, los sonidos extraños de Jeno no tardaron en llegar.

—Son tan hermosos juntos. No sé qué hubiera hecho si no terminaban juntos— dramatizó con una mano en su pecho. Ya había olvidado su historia de compromiso, como siempre hablando de nosotros dos. Éramos su historia favorita.

7 Besos |Renhyuck|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora