-KARA, VEN AQUÍ AHORA MISMO- Gritó la mujer de avanzada edad buscando a una pequeña niña.
- ¡Yo no he hecho nada, por favor no me encierre! - decía la niña mientras sollozaba saliendo de su escondite bajo la mesa del comedor.
- Esta noche no vas a cenar, y dormirás en el hueco- mencionó la señora iracunda mientras agarraba a Kara del brazo arrastrándola hasta aquel sitio llamado "el hueco"
-Pero tengo mucha hambre, y el hueco no me gusta, es oscuro y frío... por favor, no me meta allí, prometo ser una buena niña, pero favor no me castigue- suplicaba mientras su llanto se intensificaba.
-Eres una desgracia mocosa infeliz, con razón tus padres te abandonaron, quien querría a una niña débil y llorona, debiste morir en aquella carretera- la mujer terminó su camino y encerró a la pequeña en aquel estrecho y tétrico cuarto. –al menos aquí nos libras de tu presencia- grito antes de alejarse rumbo a la cocina para preparar los alimentos.
-POR FAVOR SÁQUEME, TENGO MUCHO MIEDO, POR FAVOR- decía mientras golpeaba la puerta con sus pequeñas manitas –LO SIENTO, LO SIENTO MUCHO, POR FAVOR SÁQUEME DE AQUÍ, PROMETO SER UNA NIÑA BUENA-
Su llanto siguió resonando hasta altas horas de la noche, la pequeña sentía hambre, frío y miedo, mientras miraba las ratas corriendo por el estrecho sitio se preguntaba que se sentiría tener una familia como los niños de su escuela, una mamá que la abrazara cuando tuviera miedo, un papá que la llevara a la escuela, un hermano mayor que la defendiera de los matones, pero todo eso eran simplemente sueños, se preguntaba si su mamá se había enojado con ella por llorar cuando era bebé y por eso la había dejado en la carretera, si se arrepentía por haberla abandonado. Y con todo ello perturbando su mente, al fin cedió al sueño.
Al día siguiente
Kara despertó por el bullicio que hacían los otros niños en la casa, se levantó rápidamente del suelo al escuchar la cerradura de la puerta ser abierta.
-Sales o te saco- Dijo la mujer malhumorada como siempre.
La pequeña salió a pasos presurosos de aquel sitio y se dirigió al comedor –por fin, un poco de comida- pensó, pero antes de llegar al sitio cayó estrepitosamente al suelo, tenía sus reflejos tan adormilados que no alcanzó a poner sus manos en frente para cubrir su rostro, el frío suelo recibió y un grito de dolor retumbo de su garganta, al ver esto una de las cuidadoras corrió a su encuentro levantándola del brazo sin ninguna delicadeza.
-Mira que eres torpe mocosa del demonio- dijo quitando las manos de la pequeña que luchaba por cubrir su rostro y ahogar los sollozos que pujaban por salir de sus maltrechas cuerdas, al hacerlo vio un reguero de sangre que salía por la nariz de la niña.
-Lo siento- se disculpó entre hipidos, -lo siento, por favor no me encierre de nuevo- gruesas lagrimas caían de sus delgadas y rojas mejillas.
-No te voy a castigar, ven conmigo para parar el sangrado, luego limpiaras el desastre que has hecho- dijo la mayor mientras tomaba a la pequeña del brazo para tirar de ella hacia la enfermería.
-Bien hecho Jasón- dijo un niño riéndose mientras chocaba el puño con el de su compañero de travesuras.
-Ese es su castigo por ser tan escandalosa durante la noche, no he podido dormir nada- dijo el joven Jasón.
Los niños del sitio alzaron a su héroe con virotes y alabanzas, puesto que la caída de la pequeña Kara no había sido accidental, el travieso y joven Jasón interpuso su pie para que ella tropezara, y el que su rostro se estrellara contra el suelo y el posterior "crack" producto del impacto le hizo saber que su trabajo estaba bien hecho, alguien tenía que enseñarle a esa niña escandalosa que la noche se hizo para dormir, no para berrear ni golpear las puertas.
En la enfermería
-Necesitas ser más atenta niña, has tenido más accidentes que cualquier otro niño aquí, y eso supone perdida de dinero, ¿has entendido? - fue la enfermera del lugar quien dijo eso.
-Si señora, lo siento mucho- dejo salir un gemido de dolor, pues la enfermera acomodó su tabique nasal de un rápido y certero movimiento.
La enfermera puso un par de compresas bajo las fosas nasales de la niña para mitigar el sangrado y la envió fuera del consultorio.
La pequeña llegó a la resolución de que no debe quitar su mirada del suelo, pues no quiere volver a tropezar, con pasos lentos se acercó al comedor a ver si había quedado algo de comida, al ver que estaba completamente vacío exhalo decepción, no había cenado y ahora se quedaba sin desayunar.
-Esto te lo ha dejado la señorita Rachel, para que limpies la sangre- dijo una de las cocineras, aproximándose a ella y tendiéndole un balde con una esponjilla y jabón.
-disculpe, no tendrá un pedazo de pan o algo para comer?, es que tengo mucha hambre- le preguntó Kara.
-lo siento niñata pero tus compañeros acabaron con todo-
-está bien, muchas gracias- agarró el balde y se encamino al sitio donde había dejado el charco de sangre, se arrodilló y empezó a limpiar de manera lenta.
Minutos después contemplo su trabajo, ya no quedaba mancha carmín decorando el suelo, organizó los implementos de aseo y los dejo en una esquina, quiso salir al jardín a jugar un rato, o al menos a recibir un poco de sol, pero existían dos impedimentos, el primero es que si salía los niños más grandes iban a molestarla, y el segundo es que no había sol –y aún son vacaciones de verano- pensó decepcionada.
Al final opto por ir a su habitación, se recostó en su vieja cama con un libro para colorear en sus manos, no habían muchas hojas libres pero era eso o nada, las horas pasaron y llegó la hora del almuerzo, Kara se levantó con energía, quería llegar al comedor de primeras para pedir una buena ración de comida, su estómago se lo exigía , al llegar al comedor, se sentó en una de las desastilladas mesas, la comida ya estaba servida y ella quería devorarla toda, pero antes debían dar gracias por los alimentos recibidos. Cerro sus ojos, pero no tenía nada que decirle a ese ser que supuestamente la observaba desde el cielo, ella solo podía pensar en que ese señor, al que la gente llamaba Dios no era muy bueno con sus hijos, si él los amaba entonces como es que ignoraba su sufrimiento... fue sacada de sus pensamientos cuando fue empujada por su compañero de al lado.
-Será mejor que comas algo, escuché decir a los más grandes que planea quitarte el almuerzo- dijo un muchachito con rostro inocente.
-Muchas gracias por avisarme Winn- dijo Kara con una pequeña sonrisa, procedió a comer con rapidez, debía llenar su estómago de comida antes de que Jasón viniera a hacerle quien sabe que cosas.
Terminado el almuerzo todos salieron del comedor, pero Kara fue emboscada por el grupo del travieso Jasón, la empujaron hacia una pared haciendo que chocara bruscamente con la misma.
-Entonces pequeña rata, donde has dejado mi almuerzo- dijo el bravucón de manera salvaje.
-Ese era mi almuerzo, tu tenías el tuyo- se defendió la niña de manera firme, aunque por dentro se moría de miedo.
-Da la casualidad de que estoy en crecimiento, y necesito más comida, así que, como eres una rata miserable tendrás que darme el tuyo- dos chicos la agarraron de los brazos, y Kara se esforzaba por librarse de su agarre, pero ella era pequeña y frágil, el chico sonrió con malicia antes de estrellar su puño en el estómago de la niña a la altura del epigastrio, su golpe fue tan fuerte que la pequeña Kara no tuvo de otra de devolver a la naturaleza lo que había consumido minutos antes.
- ¡qué asco! - exclamaron los chicos soltándola, ella cayó sobre su propio vomito sollozando de dolor y agarrando su abdomen.
-Si yo no como, tu tampoco lo harás- y una vez dicho eso todos se fueron siguiendo a su líder, dejando a la niña sola e indefensa.
Hola a quien sea que me esté leyendo, espero sea de su agrado la lectura, ya se que puede ser horrible la infancia que le estoy dando a esta rubia hermosa pero es necesario, no voy a decir que las cosas van a cambiar para bien... ya veremos que se me ocurre, bueno, no siendo más, por favor comenten si les va gustando la historia, acepto tomatazos... cualquier cosa con respecto a ortografía u otras índoles no duden en decirme. CIAO :d
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Wunder der seele
RomanceUn ser que anhela con todas sus fuerzas ser amado, ser protegido, pero ha conseguido ser traicionado, ser olvidado... Entonces ¿qué más le queda? ni Supergirl ni sus personajes me pertenecen...