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el almuerzo terminó sin ningún contratiempo, ambas amigas se fueron para sus respectivas aulas, en el salón de Kara, aun se escuchaban murmullos por la afrenta vivida en la cafetería, la verdad es que Kara amaba y admiraba a su amiga, pero le parecía arriesgada la manera en la que esta solía defenderla a costa de su propia integridad, la rubia decidió que viviría eternamente agradecida con la morena, llegó el momento de salir de clase, hoy no volvería a casa con Sam, puesto que debía ayudar a su madre en la cafetería.

KARA'S POV

Quise caminar un poco alrededor de la escuela, a esta hora los clubes de deportes se reunían para entrenar, deseaba poder pertenecer a alguno, pero nadie me veía como potencial candidata, era bajita, flacucha y muy frágil, la señora Strauss dice que es porque soy una niña prematura, con todo en mi contra, solo me quedaba observar como los demás se abrían paso para las oportunidades, lo único que jugaba a mi favor, era mi inteligencia, ruego para que eso me ayude en algo.

- ¡hey mocosa! – dice una voz masculina cerca de mi

- que haces aquí, ¿no deberías estar entrenando? – digo medio asustada, pero con valentía

- resulta que he quedado muy enojado por lo que me dijo tu amiguita, así que tendré que desahogarme contigo – James tiene una risa maliciosa mientras se acerca más a mi

- que vas a hacerme – retrocedo hasta caer al suelo

- solo darte una pequeña lección – extiende la mano hacia uno de sus amigos, quien le da un bate de béisbol – ablandaré un poco tu carne – dicho esto el primer golpe va hacia mi flanco izquierdo, el dolor es tan fuerte que las lágrimas empiezan a caer, luego otro, y otro golpe, escucho las risas de James y su grupo antes de caer en la inconciencia.

Despierto tiempo después, el sol se está ocultando en el horizonte, intento levantarme, pero un fuerte dolor en mis costados me lo impide, tomo respiraciones poco profundas y hago un enorme esfuerzo para incorporarme, no sin antes soltar un aullido de dolor, sentarme fue relativamente fácil, el levantarme por completo requirió más de tiempo, y de dolor, camine lentamente el trayecto de la escuela a casa, rogando a quien sea que por favor mi tortura terminara.

Abro la puerta de "mi hogar", siendo recibida por un balón que impactó directo a mi rostro, lo bueno es que el balón era de goma flexible, y que había sido un tiro sin malicia, los niños más pequeños estaban jugando

- ¡lo sentimos Kari! – dice la pequeña Ana

- no te preocupes linda – respondo para tranquilizarle, incliné un poco para revolver su cabello, y dicha acción mandó un coletazo de molestia a mis costados

- ¿Dónde has estado? – la señora Strauss me miraba desde la entrada de la cocina, y al juzgar por las líneas que se marcaban en su entrecejo estaba muy molesta

- lo siento, estaba en la escuela – intenté excusarme

- ¡nada de eso!, la escuela terminó hace mucho, así que me dirás con quien estabas y que hacías –

- en verdad estaba en la escuela, es solo que me distraje un poco ¡no volverá a suceder! – prometí

FIN POV

- hoy no vas a cenar, y te quedarás en el hueco – la mujer zanjó el tema volviendo en la cocina, Kara se puso pálida, pues tantos años sufriendo lo mismo había hecho que desarrollara claustrofobia, se puso a temblar al pensar en lo que le esperaba esta noche


AL DÍA SIGUIENTE

La pequeña rubia caminaba rumbo a la escuela, sus ojos estaban enrojecidos e hinchados, su noche había sido terrible, andaba cabizbaja y sus puños estaban apretados dentro de los bolsillos de sus pantalones

Wunder der seeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora