durante la semana, Kara estuvo encerrada en el hueco, recibiendo una paliza diaria y una minúscula ración de comida cada dos días, su cuerpo estaba cansado y sus heridas dolían terriblemente.
- Kara ¿estás bien? – pregunta uno de sus "hermanos"
- si Winn, pero es mejor que te alejes, o te castigarán también – dijo la rubia preocupada
- no me importa, es injusto lo que te hacen – el muchacho estaba muy enfadado – mira, te he traído un poco de pollo – empezó a despedazar la presa para meterla por la ranura de la puerta, Kara se acercó lo más rápido que podía para poder agarrar los pedacitos del alimento, mientras comía lloraba, ese muchachito era lo único bueno que tenía dentro del orfanato
- muchas gracias Winn, te quiero – le dijo la rubia
- también te quiero Kara – dijo el joven de vuelta
- ¡qué haces ahí mocoso! – la estruendosa voz de la señora Strauss alerto a los dos jóvenes, Winn se levantó rápidamente del sitio
- ¡nada! – dijo el chico, Kara escucho sus pasos apresurándose
- ¡mocosa!, acércate, voy a sacarte – la mujer abrió la puerta y sacó a Kara, la joven caminó forzosamente hacia la planta alta de la casa, solo quería acostarse y descansar.
Llegó el día lunes, y Kara hizo su rutina para ir al instituto, era necesario apurarse para hablar con Lena, el estado de su cuerpo no era muy bueno, pero ya se inventaría una excusa.
Salió de su casa y en el punto de siempre solo encontró a Sam, quien la esperaba
- ¡rubia! – se acercó la joven para abrazarla, Kara se quejó por el dolor - ¿Qué te han hecho? – preguntó escandalizada una vez terminado el abrazo
- lo de siempre Sammy – le respondió la rubia, cuya vista se hacía borrosa por las lagrimas
- Kari, por favor, déjame ayudarte – suplicó
- no puedes hacer nada, nadie puede – dijo resignada
- Kara... -
- no Sammy, tú ya tienes muchos problemas, ¡déjame lidiar con los míos! – y caminó cojeando, alejándose de su mejor amiga. Sam le dio rápido alcance, pero no se atrevió a hablar
Ambas llegaron a la escuela, se despidieron y cada una fue a sus clases, las horas pasaron y llegó la hora del receso, la rubia se sentó junto a su grupo de amigos, Kara paseó su mirada por las mesas, buscando a su novia, y la encontró, Lena estaba sentada en la mesa de los deportistas, junto a James, bajó la mirada rápidamente, dolida con el escenario, se dispuso a comer sin escuchar a nadie.
Del otro lado, Lena la vio entrando a la cafetería, su amor estaba herida, cojeaba y se veía más delgada que de costumbre, quiso acercarse, pero su orgullo pudo más, así que solo optó por ignorarla, más tarde hablaría con ella, se esforzó por escuchar a los idiotas que estaban interactuando con ella.
El receso termino y todos volvieron a sus actividades, Kara paso el resto de la tarde distraída, faltaba poco para la graduación y era más que seguro que no iría al baile, aun cuando eso no importaba, había perdido la oportunidad de estudiar en la universidad... y su trabajo ya no existía, lo había perdido por haber faltado toda la semana, un suspiro escapó de sus labios mientras salía del instituto, caminaba con la cabeza gacha y no se dio cuenta que había alguien observándola en el rejado del lugar
- ¡Kara! – la llamaron, la joven solo ignoró a la persona y siguió su camino
- ¡KARA! – otra vez, no tenía intención de hablar con nadie, y menos con la dueña de esa voz, ¡que siguiera con sus amigotes!, apresuró el paso con la esperanza de desaparecer, una mano se cerró sobre su antebrazo y jadeó de dolor - ¡lo siento! – dijo al escuchar la queja de la rubia
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Wunder der seele
RomanceUn ser que anhela con todas sus fuerzas ser amado, ser protegido, pero ha conseguido ser traicionado, ser olvidado... Entonces ¿qué más le queda? ni Supergirl ni sus personajes me pertenecen...