"El Dragón"

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Viserys llegó a sus aposentos encontrando a Lya sentada ante el fuego.Se acercó lentamente a ella.
-Es hermoso verdad-Dijo Viserys, en referencia al fuego.
-Será mas hermoso cuando vea al Usurpador arder en él-respondió arrastrando las palabras.
-Y arderá, querida, volveremos a casa, con un ejército de dotrakis y mataremos a todo el que se oponga a nosotros.-Lyessh escuchó atenta sus palabras,sabiendo que eso nunca pasaría si él dirigía el ejército.
-Lo conquistaremos todo,a base de fuego y sangre.-Las palabras salieron de su boca sin que las pensara, y una mueca siniestra se instaló en su rostro.Viserys se sorprendió por los pansamientos de su prometida,pero eso le complació,  e hizo que la deseara aún más.
-Así es Lya, con fuego y Sangre
-Ojalá aún existieran los dragones, seríamos imparables y poderosos.
-Ya somos imparables,querida-A Viserys le molestó que cuestionaran su grandeza.Pero Lya sabía que no eran imparables para nada, eran débiles, no tenían ejército, el único arma que tenían era una espada, pero Viserys no lo quería admitir, y ese es el fallo que cometen todos los necios, no acatar la realidad.

Daenerys y Lya contemplaban atónitas los huevos,aún que las dos estaban asustadas,pues era el día la boda de ambas.
Pero esos huevos les alegraron un poco.Se sentía como un pedacito de su hogar, como estar en casa por unos segundos.Sentían un inmenso cariño hacia los huevos,ellos le aportaban seguridad.
Pero por mucho que miraban los huevos y se agarraban de las manos, dándose ánimos,no podían olvidar el miedo.
Así la boda fué pasando, tomaron votos,al menos Viserys y Lyessh, pues al parecer los dotrakis lo hacían de otras formas.
Lyessh vió partir a Danny con el Khal , en su maravillosa yegua, con el pelaje tan limpio y puro como la plata.
Obviamente, Viserys no montaría en caballo, ni pasaría la noche de bodas en una montaña, sino que la llevaría a sus aposentos.
Viserys le tomó de la mano y la guió por todo el castillo, mientras que Lyessh , temblorosa y asustada, caminaba torpemente detrás de él.
-Al fin-dijo Viserys cuando llegaron a sus aposentos, tomando a Lya por la cintura-no sabes cuanto llevo esperando esto-Lya no pudo reprimir una mueca horrorizada, y al verla , Viserys comentó-tranquila, no te haré mucho daño-paró a pensar, la epujó hacia la cama y colocándose encima de ella le susurró al oído-O sí, dependede tí.

Fuego y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora