iv. Eira

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EIRA

Sus ojos se abrieron lentamente mientras soltaba un largo bostezo

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Sus ojos se abrieron lentamente mientras soltaba un largo bostezo. Lo primero que advirtió fue una oscuridad apacible y serena que se extendía más allá de lo que alcanzaba su vista. Pronto sintió el tacto suave de las láminas verdes que componían la hierba del derruido templo bajo sus dedos al hacer fuerza para incorporarse y quedar completamente sentado. Debía de haberse movido bastante mientras dormía para acabar tumbado sobre la tierra. Sacudió sus ropajes para liberarlos de los restos de polvo y suelo que pudiesen haber quedado tras levantarse. Luego echó un vistazo a su alrededor, sobresaltándose al ver que, a su lado, la muchacha estaba sentada. Se había deshecho del abrigo, mostrando una camiseta de manga corta del color de los helechos salvajes con pequeños detalles blancos en las mangas y unos guantes nuez. Observaba a los lados y al frente aturdida, como si no supiera lo que estaba pasando. Al parecer aún no se había percatado de la presencia de Link. Sin embargo, no tardó en hacerlo y dar un bote, sobresaltada e igual de sorprendida que él.

Se quedó observando al rubio durante varios segundos, con los ojos bien abiertos, dejando al hyliano cautivarse con el azul brillante de éstos, manchados de pequeñas motitas color verde. Sus labios estaban entreabiertos y entre sus dedos el abrigo era arrugado con nerviosismo. Link no medió palabra, mientras veía como la castaña iba tranquilizándose poco a poco. Cuando lo hizo, un ligero rubor cubrió sus mejillas e hizo que unas pequeñas pecas se notaran sobre las mismas.

—Mmm... —Parecía dudar de algo antes de hablar con el rubio—. Yo... ¿P-podrías decirme dónde estamos? —El rubor en sus mejillas aumentó mientras agachaba la cabeza y se mordía el labio inferior.

Link no pudo evitar pensar que era adorable. Tardó un poco en contestar, debido a que se le levantó antes de hacerlo. Ayudó a la joven a hacer lo mismo, tendiéndole la mano con la comisura izquierda elevada.

—Estamos en la Meseta de los Albores —La chica asintió, aunque aún estaba confundida—. ¿Cuál es tú nombre?

—¿E-eh? —Abrió mucho los ojos, volviendo a sonrojarse—. Soy... Eira, creo...

—¿Crees?

—Sí, yo... No recuerdo... nada —dijo apenada, soltando un suspiro al acabar—. Llevo un rato intentando recordar algo, pero esa palabra es la única que se me viene a la cabeza —murmuró—. Supongo que es mi nombre.

Link asintió, comprendiendo. Él tan solo sabía su nombre y lo que le habían contado.

—¿Por casualidad sabrías cómo he llegado aquí? —preguntó Eira, algo tímida, aunque está vez mirando al joven a su lado.

Link asintió.

—Yo te traje —Se quedó callado durante unos segundos, intentando encontrar la mejor forma para decirle el porqué—. Te encontré... congelada... y te llevé conmigo.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2020 ⏰

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