𝒟𝑜𝓃'𝓉 𝐿𝑒𝒶𝓋𝑒 𝑀𝑒 {kookmin}

#10. Soledad del corazón.

Sentado en el sofá del living, acariciando su vientre, faltaba un mes para que su pequeño llegara al mundo.
Lo que más anhelaba era tenerlo ya entre sus brazos, cuidarlo y mimarlo mucho.

Su matrimonio era todo un fracaso, Jungkook se había encargado de hacerlo un infierno.

Pocas veces llegaba a dormir a su casa y cuando llegaba sólo podía ignorarlo o decirle lo inútil que era. El corazón de Jimin cada vez sangraba más, ya no quería estar solo, deseaba con todo el lastimado corazón que su bebé llegara pronto.

Había subido de peso, su rostro se notaba realmente cansado y los antojos lo habían castigado los últimos días, pues toda la comida que veía se le antojaba y quería comerla.

Lo que más le gustaba de su embarazo era sentir con claridad los movimientos de su bebé, las pataditas, todo le encantaba.

Jin le ayudó a pintar y decorar el dormitorio del bebé, organizó el baby shower al que Jungkook no asistió desde luego.

Su corazón se sentía vacío, desolado, como si en vez de corazón fuera un desierto.

Se levantó del sofá con un poco de dificultad púes el gran vientre ya no permitía que se moviera demasiado.
Estaba cansado todo lo tenia que hacer él, Jungkook se había reusado a contratar a una mucama y aun chofer. Últimamente ya no manejaba, a donde iba abordaba un taxi, le aterraba que fuera a tener un accidente y perder a su bebé.

Tomó sus cosas y salió de casa, les daría una visita a sus padres hace mucho que no los veía y eso lo deprimía.

En la acera detuvo un taxi abordándolo enseguida.

– podría llevarme a esta dirección por favor – tendió un papel a la dirección del conductor.

– Claro joven – el auto avanzó, Jimin se hundió en sus pensamientos tristes.

En todo su embarazo el azabache jamás le regaló una caricia a su pequeño, aunque se movía cada que escuchaba la voz del pelinegro.

Se preguntaba muchas veces ¿si era mejor dejar a Jungkook?, así sería feliz sin tener que cargar con él.

– Listo joven, llegamos – enderezándose en su lugar miró a su alrededor, no había sentido el trayecto.

– Oh!, gracias, aquí tiene – pago la cantidad adecuada y bajó del auto, suspirando subió las gradas de la entrada de la gran mansión Park.

Tocó el timbre y escuchó el gran grito de la mucama.

– ¡Joven Jimin!, que alegría verlo...

– La alegría es mía, ¿están mis padres? – cuestionó entrando a la casa.

– Si joven, ¿Los llamo?

– Si eres tan amable – la mujer asintió y desapareció por una de las puertas.

Hacia ya mucho tiempo que no visitaba su hogar, tomó asiento en uno de los grandes sofás.

– ¡Jimin!, cariño que bueno que nos visitas – su madre corrió abrazarlo.

– Pues como ustedes no lo hacen yo vine a verlos; hola papá...

– Hola mi niño ojos de gato...– Jimin sonrió por el apodo – ¿Cómo estás?

– supongo que bien...

– ¿Supones?, ¿no te has sentido bien?, ¿Ya fuiste a ver a Jin? – Si-Eun lo bombardeo con tantas preguntas.

– Cariño todavía ni te responde la primera y ya le haces más preguntas – la mujer rió apenada.

– Lo siento...

– No te preocupes mamá, no es nada que tenga que ver con el bebé, este hermoso esta creciendo bien y pienso que sera futbolista – habló brindando suaves caricias a su muy hinchado vientre.

– ¿Entonces tiene que ver con Jungkook verdad? – Seo-joon era muy consciente de lo que pasaba aunque su pequeño hijo no se lo contase, y se arrepentía tanto de haberlo casado con ese hombre tan maldito.

– No, Jungkook es bueno y muy atento conmigo – eso ni él mismo se lo creía.

– No estas diciéndome la verdad Minnie –

– Papá no quiero discutir – y vamos de nuevo  ocultando la verdad.

– Bien, ¿ya comiste algo? –

– Sí, pero se me antoja unas fresas con crema y un pan con cajeta y...

– ya entendí cariño, yo lo prepararé, regresó en seguida – su madre se levantó y caminó a la cocina.

Un silencio incomodo se instaló entre su padre y él.

– Jimin no me gusta verte de esa manera, cuentame lo que pasa hijo...

– No pasa nada no te preocupes por mi, estoy  bien...– el teléfono de la casa comenzó a sonar, llamando la atención de hombre mayor.

Contestando el teléfono tuvo que continuar con la llamada. Jimin lo dejó solo y se encaminó al jardín, el lugar donde vivió muchas travesuras.

– Hijo mío, aquí está lo que me pediste – su madre traía una charola con lo que pidió y muchos aperitivos, su boca se le hizo agua la boca al ver todo eso.

– Gracias mamá – comenzó por las fresas con crema, después el pan con cajeta, el flan, el helado, los dulces, ay! Quedó satisfecho, su madre se retiró contenta.

Jimin se sentó en el columpio bajo el gran árbol, sacó su célula
De su polera y marcó el numero de Jin.

– Hola, ¿tienes tiempo?–

– Claro Jiminnie, ¿dónde estás? –

– En casa de mis papás, ¿Puedes venir?

– en diez minutos estoy ahí – cortó la llamada, junto a Jin era feliz, era su Omma y lo quería mucho.

Mirando al horizonte, sobaba su vientre una lágrima rebelde dejó su ojo derecho. Ya no sabia si de verdad seguía amando a Jeon, cuando lo veía sólo quería escapar, correr lejos del azabache, irse y nunca regresar, esconder a su angelito de su padre, tenia miedo de que Jeon lo despreciara.

Todas las noches lloraba y se lamentaba de amar a una persona tan desconsiderada.

– ¿¡Jimin te sientes bien!? – sí, Jin había llegado.

– Estoy bien...

– ¿Por qué lloras?... – se hincó a su lado.

– Y-Ya no quiero sufrir...

– ¿Te lastimó Jungkook?...– el pelinegro negó.

– Anoche d-dijo que ya no quería vivir conmigo q-que se iba a ir de casa y que...que no durmiera con él, porque no lo dejo descansar ...

– Ese maldito perro mal nacido, no llores ya, no vale la pena...– el dolor que sentía en su corazón era indescriptible.

La tarde la pasó junto a Jin, en el columpio, hablando de cualquier otra cosa.

Jin fue a dejarlo a su casa  cerciorándose que todo se quedara en orden.

Hooooolaaaa!!!, me extrañaron ?, yo sí... Dije ya vasta Itslivi, ya hiciste mucho sufrir a tus amadas lectoras ... Y porque las amo tanto x eso decidí volver.

Esto se va a poner bueno y porque ustedes lo han pedido el carma pronto caerá sobre Jungkook...
Esperenlo. Beshos 😘😘😘

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proximamente...