Cap 7

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. Un hijo para Rukia .

De: Priss

Capítulo VII: Aquel que cumpla su deseo.

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Los besos se habían vuelto más apasionados y profundos cada vez. Y las caricias, que al principio fueron suaves y sutiles, ahora eran desesperadas y hasta atrevidas.

Ichigo despertaba por las mañanas preguntándose: ¿hasta dónde llegaría esta vez con su bella esposa?.

La última vez dejó que sus ansiosas manos se alojasen bajo la falda de la pelinegra, haciendo a un lado las pequeñas bragas para acariciar la suave intimidad de la mujer, quien suspiró agradada al sentir uno de los dedos de Ichigo hundirse dentro suyo, entrando y saliendo con tranquila suavidad.

~ Ichigo, oh Ichigo !!.

Kurosaki hubiese mentido si negase que el escuchar su nombre, en medio de la agitación y jadeos de Rukia, no lo incitara a hacerla suya de una vez por todas. Más solo correspondió a los gemidos de su compañera, besándola con profunda pasión mientras deslizaba su dedo con mayor rapidez.

La sintió temblar entre sus brazos, fue la primera vez que el joven de cabello naranja le provocaba un orgasmo a su bella compañera. Ichigo quería más, pero esa ocasión fue lo más lejos que llegaron.

Pero esta noche. . . las cosas iban bien. . . bastante bien. . . besos ardientes y apasionados que les robaban el aliento; suaves pero ansiosas caricias que los hacían estremecer.

El pelinaranja estaba maravillado, por fin tenía el cuerpo de Rukia, desnuda entre sus brazos. . . fina y delicada, así la veía y así la sentía.

Su piel suave, blanca cómo la leche que, pegada a su cuerpo, le estaba regalando un exquisito calor.

Y su aroma, ahhh que embriagador y agradable le resultaba.

Si hubiese sabido lo bella y encantadoramente sexy que era su enana bajo todas esas ropas, el pelinaranja la hubiese hecho suya desde hacía ya mucho tiempo.

Ichigo oprimió suavemente los pechos de la mujer, haciéndola gemir y besarlo más apasionadamente.

No hubo palabras, solo jadeos y suspiros. Tal vez porque sus bocas estaban muy ocupadas compartiendo cuantos besos podían o más bien porque preferían evitar la difícil situación de hablar de esto.

Llegó el momento en que Ichigo no pudo esperar más y, presuroso, separó las piernas de la joven, dispuesto a penetrarla.

Un beso y caricias que moldearon la perfecta figura de la pelinegra, desatarían lo que tanto temían pero que igual deseaban con todo su ser. . .

Más un sonido los hizo esperar.

~ I-Ichigo. . . está sonando el timbre, tal vez. . .

~ ¡ Qué se vaya al diablo !, sea quien sea. Tú y yo estamos ocupados.

Un tenue color carmín cruzó el rostro de Kuchiki, quien al escuchar las palabras de su esposo, estaba dispuesta a llegar con él hasta el final, pero. . . el maldito timbre seguía sonando insistente.

Rukia terminó por desesperarse y abandonar la cama, dejando a un hombre que la miraba frustrado y suplicante. . . no podía hacerle esto, él la necesitaba, ¡ la necesitaba ya !

La hermosa pelinegra salió de la habitación, ignorando a Kurosaki, la verdad es que tenía miedo de las locuras que estaba cometiendo; lo lejos que estaba llegando con el pelinaranja y, por ahora, sentía que había sido salvada por la campana.

Un hijo para Rukia (versión Bleach)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora