2. Sexo Matutino

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El aniversario Min&Jung había terminado y no podían estar más agradecidos con ello. Fue uno de los mejores días para la pareja, la cual salió y se divirtió como nunca en honor a otro año más acompañándose.

Recibieron regalos por parte de sus amigos y familiares, los que orgullosos les auguraban buenos tiempos para su relación.

Ahora, en la mañana posterior, yacía HoSeok vislumbrando los pequeños rayos de sol que se colaban en medio de la pulcra cortina que cubría la ventana. Sonrió para sus adentros al sentirse descansado y fielmente acompañado por su esposo, quien aún dormía a pierna suelta, relajado.

HoSeok se levantó hacia la ducha. En la tarde regresaría a su trabajo y debía aprovechar para ocuparse de su hogar y de él mismo.

Una vez estuvo bajo la lluvia artificial permitió que el agua corriera por toda la extensión de su cuerpo, empapando hasta la última hebra de cabello y refrescándole en aquella mañana soleada. Luego de eso tendría que preparar el desayuno y llamar a su hermana a ver si podrían salir a comprar unas camisas que le encantaron y, por qué no, traer al regreso unas brochetas de cordero para YoonGi.

Salió del baño apenas terminó de asearse y se colocó una toalla de cuerpo completo mientras buscaba su atuendo para el día; sin embargo, su pareja se removió incómodo sobre la cama, cosa que llamó la atención de HoSeok, el cual se aproximó al lecho para verificar que nada malo ocurriese.

La cara de Jung se tornó roja al visualizar la erección de su aún dormido esposo. El prominente bulto le indicaba que no solo él estaba despierto a esa hora y que quizá su marido estaba teniendo un sueño muy grato que no lograba satisfacerle con totalidad.

HoSeok sonrió con picardía y desprendió la sábana del cuerpo de Min, quien ni se inmutaba en lo que hacía el menor pues estaba más entregado a los brazos de Morfeo que a lo que realizaban las manos ajenas sobre su pecho desnudo.

La piel en extremo blanca y suave de YoonGi ardía bajo el tacto de un HoSeok ensimismado y cada vez más excitado ante la posibilidad de hacer el amor en esa mañana con el hombre que más ama, al que suministraba caricias en el cuello, rostro y torso; fascinado por los  diminutos quejidos proferidos por los labios del de rasgos felinos.

El de hoyuelos estuvo tentado en llamar a su bello durmiente, despertarlo y así ayudarle inmediatamente con la erección aún contenida en los pantalones de pijama con caritas de Kumamon; no obstante, las sorpresas tienden a ser buenas cuando conllevan fines positivos, y este era uno de esos casos, por lo que con la mayor coquetería del mundo, Hope se colocó sobre el mayor con sus piernas una a cada lado y sin presionar todo su peso sobre el que todavía dormitaba.

Con sumo cuidado se quitó la toalla que le envolvía, quedando desnudo y vulnerable ante cualquier acto de su esposo.

Sobre la piel trigueña de HoSeok aún escurrían gotas de agua, haciéndole lucir más provocativo al ojo de cualquiera; por otro lado, sus manos firmemente apoyadas en el colchón le brindaban el soporte para admirar el rostro felino que tanto adoraba mientras que su lengua pasaba por su labio inferior.

—Yoonie~

Aquello fue casi que un susurro, totalmente extasiado con la vista que gozaba desde arriba.

Llevó sus falanges hacia el bulto de su esposo, que pedía atención. La erección vibró contra su tacto, el pene aún contenido de forma dolorosa dentro de la prenda, por lo que fue bajando el pantalón con cuidado de no despertar al mayor.

Cuando por fin tuvo el miembro izado cual bandera y húmedo gracias al líquido preseminal, HoSeok no se abstuvo de empezar a masajearlo, centrando sus caricias en el hinchado y rojizo glande. La concentración de Jung era tanta que no se percataba de los leves quejidos que salían de la boca de Min, quien estando todavía en su estado dormitado, juraba que estaba teniendo el mejor sueño de su vida.

Una semana para probar [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora