Let's begin

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El día era cálido para Jung HoSeok.

El aroma del café en la mañana le relajaba en función de afrontar el extenuante día que le esperaba. No era fácil ser un maestro de baile en una academia llena de chiquitines desbordantes de energía.

Unos brazos fríos le rodearon por la cintura y un húmedo beso fue dejado en la curvatura de su cuello. Min YoonGi, su pareja, yacía entregándole los primeros mimos de la mañana, haciéndole sentir amado contra la tibieza de su cuerpo.

- ¿Qué tal has dormido, Yoonie? - Preguntó el menor conectando sus miradas.

- Excelente, pero me hubiese encantando despertar y ver tu rostro como primer paisaje.

- No quería despertarte. Lo siento. - Ho depositó un pequeño beso sobre los labios ajenos.

- Te levantas muy temprano.

- O tú duermes demasiado.

Ambos rieron. Amaban compartir aquellas sencillas pero íntimas charlas donde sólo los dos lo valían, donde sólo ellos contaban, sin interrupción alguna.

- Se acerca nuestro aniversario número tres. - Anunció YoonGi, enseñando sus encías a través de su característica sonrisa.

- Lo sé. Espero que me regales esos tenis de color rojo que vimos en el centro comercial.

- Yo también he pensado en un regalo que anhelo obtener.

- ¿Ah sí? - Jung se distrajo sacando los platos que utilizaría para el desayuno; sin embargo, su esposo le arrinconó contra el mesón. - ¿Yoon?

- Escucha muy bien mi pedido, Hope; más te vale tomarlo al pie de la letra.

A pesar de su baja estatura, Min YoonGi gozaba de suficiente porte como para intimidar a una persona con un único gesto. Jung HoSeok lo sabía plenamente.

El de rasgos felinos tenía una proposición muy interesante para su lindo esposo, a quien imaginaba aceptando su idea sin rechistar.

― Seokie. ¿Harías lo que fuera por mí?

― Por supuesto, hyung.

― ¿Estás seguro? ¿No te arrepentirías?

― Para nada. Estoy a tu disposición.

― Siete días. ― Soltó con una expresión seria, a lo que el menor ladeo su cabeza en busca de comprender lo dicho por el contrario.

― No entiendo, Yoonie.

― Quiero que hagamos el amor durante siete días de seguido, con nuevas posiciones y diferentes ambientes; tener sexo sin control.

HoSeok sintió su rostro quemar, y la erección del mayor frotándose contra su cintura le indicó que la cosa iba muy en serio; tanto así que temió no poder bailar durante un tiempo.

Una semana para probar [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora