7. Doggystyle

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El plan de Min YoonGi para ese día era dormir hasta la una de la tarde, almorzar, componer hasta las nueve de la noche, cenar y, por último, ir a la cama con su esposo para ver una película y quizá después hacer el amor; sin embargo, fue todo lo contrario, pues HoSeok lo levantó temprano bajo la idea de que uno de sus mejores amigos, Kim NamJoon, había llamado.

—¿Por qué avisa hasta ahora?— el mayor protestó con un mohín. Su pareja le daba espalda, ya que revolvía una salsa bechamel.

—De pronto se levantó y extrañó a su casi hermano, así que decidió llamar a decir que deseaba venir a almorzar.

—Pero si nos vimos hace poco.

—Hace dos meses.

—Por eso.

—Ya deja de refutar y mejor vete a bañar en lo que yo termino esto— ordenó el menor sin dirigirle la mirada.

YoonGi quiso llevarle la contraria, pero un HoSeok enojado a tempranas horas del día no era algo apetecible, por lo que a pasos perezosos se fue a cumplir con lo pedido. Mientras tanto, Jung se dedicó a cocinar confiando en que su pareja le había hecho caso. O más le valía hacerlo, pues no lo pensaría dos veces en ponerse aterrador.

El menor sonrió en su puesto al recordar aquellas veces en las que Gi le decía que daba miedo enojado, que se transformaba en una persona totalmente diferente. Él no lo consideraba así pero si su esposo lo describía de esa forma era por algo.

Sumido en sus pensamientos a veces jocosos y otros referentes a su rutina diaria, dejó pasar los minutos en medio de cavilaciones y la cocina.

Cuando el pollo ya estuvo en el horno y la ensalada en la nevera, HoSeok lavó sus manos y se dirigió a su cuarto no sin antes mirar el reloj de manecillas en la sala. Faltaban veinte minutos para que NamJoon llegara. Justo lo que necesitaba para bañarse y arreglarse.

—Yoonie, espero que ya estés list... ¡Min YoonGi!

Jung descubrió a su marido acostado en la cama, arropado hasta el cuello y viendo televisión aún con la pijama encima, todavía sin bañarse. Incluso se atrevió a mirarle sin vergüenza alguna por haber desacatado la orden.

—No seas tan ruidoso, Hoba. El programa está muy bueno.

HoSeok respiró lento con el propósito de no arrancarle la cobija a su esposo y posteriormente darle una patada que lo mandase directo al baño. Se limitó a adoptar una expresión seria y, acto seguido, sentarse en el bordo de la cama, dándole la espalda al pálido.

—YoonGi, Nam casi no viene de visita. Tiene una agenda tan ocupada que lo tiene de aquí a allá en medio de viajes, al punto que apenas ve a su mamá. Y ahora que cuenta con un par de días y desea estar con sus amigos tú te pones pesado.

—¿Qué tiene de malo recibirlo en pijama?— manifestó Min sin despegar su vista de la pantalla.

—Yoon...

HoSeok por fin volteó su rostro, enseñando una mueca de tristeza, sus ojos llorosos y sus mejillas levemente enrojecidas.

—Yoonie, se supone que es por cordialidad, para darle a entender que los esperamos con ansias.

La voz de Jung sonó frágil.

—¡Oh, no! No me vas a engatusar con ese tonito de perrito apaleado. Aléjate, Jung HoSeok.

El aludido soportó las ganas de soltar carcajadas y en cambio gateó sobre la cama, manteniendo la dirección hacia su esposo, quien, indignado, sabía que si el menor seguía con ese comportamiento terminaría por convencerlo.

Una semana para probar [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora