5. Sexo por Skype

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El día había llegado a su fin y HoSeok se encontraba sumido en la soledad de su hogar. A YoonGi le había tocado salir desde temprano a Daegu y no volvería sino hasta el día siguiente, por lo que ahora el menor yacía acostado en la cama matrimonial mientras revisaba sus redes sociales.

Eran las 11 de la noche. Ya había tomado un baño revitalizador, había realizado su rutina para cuidado de la piel y ahora nada más cubría su desnudez con una fina bata para después de la ducha. Sus pies se sentían ligeros gracias al masaje que se hizo con una crema especial con aroma a coco, y podía afirmar que estaba cerca de caer rendido.

—Espero que YoonGi llegue temprano mañana. Necesito encomendarle el mercado del mes— habló para sí mismo mientras dejaba su celular sobre la mesa de noche, ya dispuesto a dormir.

HoSeok se colocó la pijama, apagó la luz de la lámpara, se cubrió hasta los hombros con la cobija y se volteó hacia el lado contrario del celular, totalmente convencido de por fin caer en el sueño; sin embargo, tan pronto cerró los ojos su teléfono comenzó a sonar con el característico timbre que identificaba a su esposo como el que llamaba.

Jung consideró ignorarlo y al siguiente día disculparse bajo la excusa de que ya estaba dormido en ese entonces; no obstante, sabía cuán insistente era su pareja cuando quería charlar con él luego de rato de no hacerlo, así que tomó el aparato y abrió la llamada cuando ya estaba a punto de caerse.

—¿Hoba?— se escuchó al otro lado de la línea. La voz de YoonGi también se oía agotada.

—Hola, Yoonie.

—¿Te he despertado?

—Si hubieses llamado unos quince minutos después de seguro lo hubieras hecho.

El pálido río y el menor casi se pudo imaginar la característica sonrisa gomosa de su esposo.

—Lo siento. No quería irme a la cama sin antes oír tu voz.

HoSeok estalló en carcajadas ante lo cursi que aquello había sonado. Inmediatamente se lo hizo saber al contrario.

—Oye, Min Suga, pareces un adolescente enamorado cuando dices esa clase de cosas.

—Pues sí hay algo de cierto en eso y es que estoy enamorado de ti, a pesar de que a veces seas un dolor en el culo.

—¿Ah sí?— la voz de Jung salió divertida.— Entonces es una lástima que pienses eso, porque este "dolor en el culo" te va a dejar sin sexo durante un buen rato.

YoonGi abrió sus ojos en sobremanera, provocando que emitiera una expresión de ahogo chistosa al parecer de Ho, quien comenzó a reír por la reacción producida al contrario. A pesar de ser estruendosa, la risotada del menor sonaba melodiosa a los oídos del mayor, el cual ideaba la imagen de su esposo.

—No es necesario irse a medidas extremas, bebé. Solo bromeaba— Min empleó un tono arrepentido en son de paz.

—Primera palabra es la que cuenta.

—¿De verdad me vas a torturar así, bebé?

—Puede ser; sabes que soy capaz.

—Te creo, y por eso mismo te suplico que tengas piedad y no me prives de tu cuerpo.

—Muy tarde, Min. Ahora, voy a colgar— amenazó el menor ya despegando el celular de su oreja.

—¡Espera!— Ho volvió a acercar el aparato.— ¿No has pensado en eso?

De repente, la voz del mayor cambió su tono, yendo a uno más perezoso pero aún así sugerente. Ho bostezó de manera sonora y cuestionó a su marido.

Una semana para probar [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora