🌙🌗 Día 06: Bokura, por Luck Life

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    «Buscamos pelear...
                      ...y convertirnos en nuevos seres...»

Jinko, ¿por qué peleas?

Para demostrar que merezco vivir.

Son diferentes y, al mismo tiempo, iguales. Olvidados por la buena fortuna y condenados a la agonía eterna vagando por el mundo como perros callejeros.

Han peleado batallas similares y obtuvieron resultados distintos.

Uno encontró la luz.

El otro se hundió en la oscuridad.

La naturaleza de la vida les ordenó odiarse porque la luz siempre fue enemiga de la oscuridad, no toleraron verse ni en pintura ni compartir el mismo espacio. Se buscaron para matarse, por rencor y envidia, por justicia e ira, para vengar sus propios ideales.

Su reconocimiento.

Y el derecho a vivir.

Pero, ¿valía la pena?

         «Mis palmas vacías...
                                              ...toman tu mano...»

Qué trágico final auguran estos huérfanos. No pueden temer, no pueden sentir, porque los únicos niños con derecho a llorar son aquellos con padres, los mocosos abandonados por sus padres no pueden llorar.

Sin embargo, en seis meses, en seis meses todo terminará.

¿Quién se coronará como vencedor?

Las manos impuras por la sangre acendrada tienen prohibido derramarla a cambio de la vida de la bestia bajo la luna.

¿Podrá resistir la tentación?

La oscuridad quiere devorar todo a su paso, destruir, asesinar, generar terror y angustia en aquellos que alguna vez lo vieron por encima del hombro, suplicando piedad, y siguieron andando.

—No puedo, no puedo, no puedo. Ya no puedo más.

—¿Recuerdas lo que me dijiste en Moby Dick? —cuestiona sujetando sus manos— "las palabras que te han estado atormentando ya no tienen que ver con quién eres ahora".

—¿A qué quieres llegar, Jinko?

—Hace tres meses dejaste de matar, el nuevo Akutagawa, ¿no puede lidiar con tres meses más?

Arruga el ceño, le da la espalda deshaciendo el agarre de sus manos y se marcha en silencio. Ignora la cálida sensación que rodea a sus dedos.

La oscuridad, ¿merece estar en contacto con la luz?

«Hacia el camino...
          ...que debo seguir según dicta mi corazón».

—El plazo terminó, Jinko.

Después de pronunciar, seguido de una tos ligera, lo mató.

Mató sus miedos, sus tormentos, sus tristezas y sus confusiones.

En el mismo callejón que los declaró enemigos, en la oscuridad, devoró a la luz.

En un roce débil, con sus labios.

—Sí, se acabó, Akutagawa.

Vuelve a sostener sus manos, libres de pecado, acerca sus nudillos y deposita un tierno beso. Le sonríe y coge sus pómulos para acariciar, mimar, querer.

Él ya no está detrás de ti, ¿verdad, Atsushi?

Y él, ya te entregó su aprobación, ¿verdad, Akutagawa?

Porque ya no son solo luz y oscuridad.

Son la noche.

El perro silencioso viste de negro igual al firmamento nocturno, es apagado y melancólico hasta que la luna crece en lo alto, revelando al tigre blanco, y con su resplandor alcanza a iluminar toda la ciudad.

Con su brillo guía a los olvidados, los niños huérfanos, los niños de la calle y los perros callejeros que vagan en las alcantarillas.

Y ahí nacen las estrellas.

En la sonrisa de felicidad que dibuja Ryūnosuke y la risa cantarina de Atsushi. Ahí, donde el corazón les dicta, su deber de estar juntos.

 Ahí, donde el corazón les dicta, su deber de estar juntos

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