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"Desde que estamos solos,
puedes mostrarme tu corazón,
si lo pones todo en mis manos
te prometo
no lo voy a romper.
Desde que estamos solos,
muéstrame todo lo que eres,
y si te pierdes en la luz,
está bien, puedo ver en la oscuridad".

Habían pasado dos días desde nuestro pequeño escape, dos días desde que muchas cosas habían pasado en un corto período de tiempo y creo que por parte de ambos, nos era difícil comenzar a tomar decisiones o hacer movimientos sin tener miedo a lo que vendría después.

Jungkook por su parte tomaba sus distancias conmigo, no hablábamos mucho a la hora de la comida, al limpiar lo hacíamos en silencio, un ambiente de silencio que me gritaba que no debía pronunciar palabra porque él no lo necesitaba en ese momento.

Por mi parte, no podía dejar de preguntarme todo lo que no sabía de Jungkook aún, porque para ser sincero saber sobre su familia sólo me dejó con más dudas, y el pensar que todo esto puede ser una señal de que está abriéndose conmigo y que me deja saber sobre su vida porque siente cierto grado de interés por mí me tenía exhausto, porque ni siquiera sabía si Jungkook era gay.

Ni siquiera sabía si Jungkook había tenido algún amigo, pareja o ligue antes de que llegara a su vida; y ni siquiera sabía qué era yo para Jungkook, era difícil de leer.

Había una diferencia enorme entre Jungkook y yo hasta ahora, y eso es que yo soy un libro abierto y puedes ver mis pensamientos desde mis ojos y expresión facial, y estoy seguro que Jungkook no podría tener menos señales claras que las que ya tiene.

Durante esos días me dediqué a seguir con mis proyectos para clases futuras, edité muchas fotografías así como también decidí que era buena idea revisar si cerca del edificio en el que vivíamos había buenas lugares para hacer algunas tomas.

Las fotos que le había tomado a Jungkook las había editado una y otra vez, porque me parecía demasiado agregar mucha edición, pero si hacía muy poco no me lo aceptarían en la clase, pero es que las fotos por si solas eran muy buenas, no sé si por mi mano o si había sido el modelo en cuestión quien había hecho de aquel photoshot algo genial.

Jungkook por su parte se dedicaba a hacer su vida como normalmente lo hacía antes de que yo estuviera aquí, y eso me había permitido observar sus rutinas, aunque fuera a la distancia porque no habíamos cruzado palabras para gran cosa.

Como estaba acostumbrado a hacer, esa noche me preparé una taza de té, y fui a mi habitación para seguir trabajando, tenía que entregar un portafolio de trabajo para el día siguiente por lo que probablemente me quedaría despierto un buen rato.

No vi a Jungkook antes de irme.

Entre clicks, paletas de colores, conceptos, tonos, correcciones, el tiempo se pasó realmente rápido, eran aproximadamente las 2 de la mañana y yo estaba totalmente cansado; con el trabajo terminado y el cansancio acumulado, me dispuse a ir a lavar en la cocina la taza que había utilizado para mi té.

Al llegar a la cocina, noté que Kook estaba acostado en el sillón de la sala, pero no quise hacer comentarios, lavé mi taza, la sequé y me giré para observarlo, estaba de espaldas a mí pero por el patrón de su respiración podía saber que estaba despierto. Me preguntaba porqué, no había rastro de sus materiales o algo que me diera a entender que estaba terminando alguna tarea o trabajo.

Me acerqué un poco, habiendo decidido que tenía que preguntar qué sucedía o si estaba bien.

—Kookie, ¿está todo bien? —recibí un suspiro como respuesta, por lo que volví a preguntar—, Jungkook, no quiero molestarte pero tampoco puedo irme a dormir si no sé si estás bien, ¿está todo bien?

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