10.

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Desperté de sobresalto aparentemente sin razón, seguía estando oscuro afuera y la habitación también, tomé mi celular para darme cuenta de que apenas había dormido una hora desde que pude conciliar el sueño y ahora eran las 4:30 am.

Traté de cerrar los ojos para volver a dormir, pero tenía la sensación de no poder hacerlo porque dejaba algo pendiente, algo que seguro estaba por hacer pero que había olvidado; repasé en mi mente las posibilidades, y ninguna resultaba demasiado importante, había apagado la estufa, había cerrado el grifo de la cocina, había desconectado mi cargador en la sala y había cerrado con seguro en la puerta principal. No había nada que me mantuviese despierto.

Decidí colocarme los audífonos y escuchar algo de música tranquila para intentar dormir de nuevo, pero justo antes de hacerlo escuché como Jungkook respiraba más rápido, como si estuviese asustado mientras soltaba pequeños jadeos, como si algo le doliera, rápidamente eso me puso en alerta, no sabía cómo actuar y mucho menos sabría hacerlo si estaba lidiando con Jungkook dormido; algo en mí decía que sólo se trataba de una pesadilla, todo el mundo las tiene, pero otra parte de mi mente pensaba en que eso podía causarle una sobrecarga emocional si despertaba por el susto. Estaba en un dilema en el que no sabía cómo debía actuar.

Me puse de rodillas en la cama hasta alcanzar el borde para observar a Jungkook que dormía mientras hacía ruiditos y tenía el entrecejo fruncido, como si estuviera teniendo un mal sueño, efectivamente; pero esos ruiditos se hicieron más estruendosos y se notaba que estaba muy asustado por lo que sea que estuviese pasando en su mente.

Mi primer pensamiento fue despertarlo, no sabía cómo haría eso sin asustarlo más, pero mi mente me decía que no había otra opción, por lo que tomé el valor de bajar a su colchón y comenzar a moverlo primero levemente y después siendo un poco más brusco.

—Jungkook —susurré, esperando una reacción—, Jungkook, despierta —seguía obteniendo cero respuestas por su parte, se notaba que el sueño estaba consumiendo todos sus sentidos—. Jungkookie, despierta, no estás sólo, te tengo —susurré un poco más cerca de su oído.

Dejó de hacer ruidos y su respiración se volvió más irregular, creí que su sueño se había vuelto más tranquilo y por eso podía conciliar un sueño con más calma esta vez, hasta que sentí sus brazos rodearme por la cintura al mismo tiempo que ponía su cabeza en mi regazo. Comencé a acariciar su cabeza, susurrándole que todo estaba bien, y tratando de ayudarle a regular su respiración.

Pasó un largo rato hasta que lo sentí calmarse en mis brazos; sentir al Jungkook en este estado, me hizo sentir como si estuviese sosteniendo un pequeño muñequito metido una caja de cristal delgado, y que en cualquier momento con la fuerza de mis dedos, esa cajita podría romperse y dañarlo. No podía ni siquiera pensar en dañar a este chico, no podía concebir en mi mente que alguien alguna vez haya podido lastimarle sin piedad.

—Jungkookie, ¿quieres contarme qué pasaba por tu cabeza? —pregunté bajando mi mirada hacia él aunque no podría ver sus ojos porque mantenía su mirada gacha recibiendo los mimos en su cabeza.

Negó levemente, asentí sabiendo que no podía verme y continué con lo que hacía en la misma posición. Ahora agradecía más que nunca no haber podido conciliar el sueño por razones aparentemente desconocidas.

—Jimin, cuéntame algo —dijo muy bajito, como si fuera una petición absurda.

—Claro, ¿qué quieres escuchar?

—Lo que sea, necesito despejar mi mente —a pesar del volumen de su voz, el tono seguía siendo tan plano como Jungkook siempre lo ha manejado.

—De acuerdo. Hace muchísimo tiempo, conocí a una mujer muy mala y despiadada, tan mala como vanidosa, y tan vanidosa como bonita, esta mujer estaba casada con un hombre muy poderoso y tenía una sola hija, que era igual de hermosa que ella —comencé a contar mi relato—, ella era muy egocéntrica, entonces un día se metió en problemas con las hijas de un hombre muy rico, porque ella aseguraba ser más bonita que ellas, y pues, el hombre muy rico se enojó mucho y pues ordenó que la venganza fuera tomada y...

— ¿De casualidad termina amarrando a su hija en una roca a la orilla del mar como sacrificio y después un joven apuesto la salva y al final ella queda colgada de cabeza en el cielo sentada en una silla? —me pregunta, viéndome por primera vez.

— ¿Tú también la conocías? —le digo lleno de asombro falso como si mi falsa historia no acabase de ser desmantelada.

—No, pero la historia de Casiopea se le parece muchísimo —me comenta encogiéndose de hombros.

Me río en voz baja: —Jungkookie, es que estaba hablando de esa historia, sólo cambié la temporalidad —le explico.

—Ah vaya, sabía que no podía ser tan estúpido como sonaba en mi cabeza —vuelve a ocultar su mirada en mi pierna.

—Vamos a recostarnos, Jungkook, ya es tarde.

—Pero no puedo dormir, Jimin, si lo hago volverá a pasar —me explica con susto en su voz.

—No lo hará si lo dejamos afuera —nos hago espacio en su colchón, y nos cubro con su manta una vez que estamos acomodados—, ¿sabes, Jungkook? Pasamos mucho tiempo dentro de nuestra cabeza, debemos de hacer que sea un lugar bueno para estar.

—Mi mente es un lugar feo, Jimin, parece explotar en colores vibrantes por un segundo y me siento vivo, en tonos pastel al siguiente y me siento en paz, pero... —suelta un suspiro cansado—, luego la paleta se torna oscura, monocromática en grises y negros, y siento terror y soledad. No sé cómo se repara eso.

Lo abrazo con fuerza, porque yo tampoco sé cómo se repara un niño roto que ha vivido años en soledad, que ha lidiado solo con el mundo y consigo mismo mientras recorría un proceso largo de autodescubrimiento, yo tampoco sé cómo se repara a un joven de veinte-y-tantos que no puede continuar con su presente por haberse estancado en heridas del pasado, yo...

—Tampoco sé cómo hacerlo, Jungkookie, pero te prometo que juntos haremos que esa gama de color jamás vuelva a instalarse en tu mente y vuelva a causarte miedo, ¿de acuerdo?

—Confío en ti —se ajustó en una posición que le permitiera dormir, aunque no pareciera exactamente convencido con el resultado final—. Yo... ¿puedo abrazarte para dormir? Es que me siento má...

—No me debes explicaciones —lo abracé nuevamente jalándolo cerca de mí—, sólo haz lo que tu mente te pida.

—Lo que mi mente pida...

—Así es —le respondí mientras colocaba mi mentón en su cabeza ajustándome mejor a la posición en la que estábamos a punto de dormir.

— ¿El corazón puede pedir cosas? —me pregunta de repente.

Algo se atoró en mi garganta, sentía una maraña de mariposas (por más tonto que sonara) en mi estómago, porque por primera vez, podía siquiera la posibilidad de haber removido algo en el corazón de Jungkook y eso me ponía feliz en diferentes maneras, porque nuestra relación estaba yendo más allá de roomies, ahora éramos amigos cercanos, y mi corazón se sentía dichoso de poder acercarse al de este chico que era tan puro y estaba tan lastimado, pero por otro lado, creo que mi corazón estaba feliz porque se sentía encajar junto al de él, por primera vez en mucho tiempo, encajar en un lugar, se sentía así de bien.

— ¿A qué viene la pregunta?

—Porque mi corazón late con calma cada vez que estás cerca.

— ¿Qué crees que te está diciendo tu corazón ahora, Jungkook?

Raison d'être —responde con calma en otro idioma.

— ¿Tengo que investigarlo o me vas a decir que significa? —río para camuflar mis nervios que están a flor de piel, mi mente trata de asimilar todo lo que ha pasado esta madrugada y simplemente parece irreal.

Si me hubiesen dicho esta mañana que en unas horas terminaría de esta manera, tal vez no me hubiese negado pero tampoco me hubiese tragado el cuento tan fácil.

—Razón para existir... —dijo después de una pausa, antes de tomar otro momento para terminar de decir lo que estaba diciendo, como si temiera que fuera demasiado, como si temiese que fuera incorrecto o como si estuviera teniendo piedad de mi pobre corazón—, creo que mi corazón dice que eres parte de ella ahora.

Con esto, Jungkook se dispuso a dormir plácidamente el resto de la noche.

Y por primera vez, pensé que tal vez la gente tiene razón al decir que dos almas no se encuentran en esta vida por obra de un accidente.

Hi, I'm aspie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora