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Jungkook bajó la mirada demasiado ansioso para pensar de manera correcta.

—Nadie va a robarte, ¿sabes?

Se enfocó en la cara de Taehyung cuando lo escuchó. El castaño le miraba las manos, a la mochila que apretaba fuertemente entre sus dedos. Entonces, recordó lo que tenía ahí dentro y la razón por la que estaba en la casa del contrario.

No solo pasaba por ahí como había dicho.

—¿Aún te gustan las rosas? —preguntó sacando unas cuantas envueltas de manera preciosa—. Traje algunas para ti.

Las extendió frente al castaño de manera distraída, esperando ver algo más que esa expresión confundida.

—¿Rosas? —Taehyung las sostuvo. Se quedó muy quieto, analizándolas en silencio, y después al rostro expectante del pelinegro—. ¿Por qué?

—Porque te gustan —respondió Jeon como si lo explicara todo—. Ya sabes.

—También me gustan los Ferrari —bromeó—, ¿me traerás uno igual?

Jungkook medio sonrió. Le encantaba oír a Taehyung bromear con él, como antes.

Pero no eran los de antes.

—Si me das unos cuantos años, lo haré.

Asintiendo, Taehyung las dejó a un lado y exhaló de manera profunda. Sus ojos buscaron los del pelinegro antes de preguntar:

—¿Qué traes en mente, Jungkook? —Bajo la voz, por un instante no supo si debía seguir. ¿Sería capaz de escuchar una respuesta sea cual sea? Carraspeó—: ¿No estás aquí de casualidad, cierto?

—Bueno...

—O, ¿siempre traes rosas contigo?

—Sabes que no —murmuró el pelinegro sin verlo. Estaba atento a las rosas y a las manos que las sostenían—. No soy de hacer estas cosas.

A menos que estuviera de conquista. La idea perturbó a Taehyung.

—¿Qué pretendes ahora, Jungkook? ¿Puedes  decirme?

Había llegado el momento. Debía ser así, puesto que Taehyung estaba frente él, siendo esa misma persona que amó incluso antes de saberlo. Jungkook jamás fue bueno con las palabras; sin embargo, Taehyung no necesitaba que dijera mucho.

—No estoy en mi mejor momento, Tae —empezó, una mueca nerviosa acompañaba sus palabras—. Y todavía tengo tantas cosas que trabajar. ¡Pero antes de eso! No quiero que pienses que decidí ir a terapia para que me perdones o algo así, yo...

—No pienso de esa manera —Taehyung detuvo la cascada de palabras, se mordió el labio volteando la cabeza hacia otro lado unos instantes—. Estoy orgulloso de que lo hayas decidido. No debe ser fácil, ¿cierto?

Jungkook lo pensó unos minutos, quizás dos, antes de responder:

—No. No lo es.

—Pero va bien, ¿verdad?

—Va bien. —Tragó un nudo que apareció de repente en su garganta. Jungkook se atrevió, por fin, a levantar la mirada y enfrentar esos ojos brillantes que había extrañado tanto—. Tan así que entiendo completamente que puedo vivir sin ti.

Taehyung parpadeo confundido. Finalmente sonrió de manera brillante.

—Claro que puedes.

—Y aún así. —Trago, volvió a tragar y se obligó a no desviar la mirada—. Aún así, me encantaría que fueras parte de mi vida, Tae.

More than friends. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora