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Cuando uno es joven y conoce el amor cree que será el primero y único, pero a veces la vida te tiene preparado muchos obstáculos que debes superar.

El segundo año de secundaria transcurría con tranquilidad, Diane comenzó a salir con un amigo de Meliodas de nombre Harlequin, ambos se veían felices juntos.

Al igual que Elaine comenzó a salir con otro amigo de Meliodas llamado Ban, un chico alto de cabellos plateados, siempre era muy buscapleitos y rebelde, muy opuesto a como era Elaine, quizá por eso se atrajeron.

En medio del año escolar debían elegir a la presidenta estudiantil ganando Elizabeth, ella escogió a su consejo estudiantil, eran conformados por Diane, Elaine Meliodas y Harlequin.

Ese equipo fue uno de los más populares ya que mantuvieron a los estudiantes conformes.



Pero no todo era felicidad, en vísperas de Navidad el padre de Elizabeth recibió una noticia buena para el, lo habían ascendido a gerente pero tenía que salir del país.

El sabía que era una oportunidad buena así que acepto sin dudar.

En la cena de Navidad con toda su familia reunida el anunció la noticia.

Todos estaban felices a excepto de Elizabeth, ella estaba en su mejor momento en la secundaria, tenía Excelentes calificaciones, era la presidenta del consejo estudiantil y tenía al mejor chico a su lado.

Ella contrario a su familia se puso de pie, y se alejó de todos ellos. Sabía que Meliodas no podía ir a verla pero se verian en un par de días,y así podia contarle lo que sucedería.

La madre de Elizabeth notó la tristeza en su hija, la siguió hacia el balcón donde ella estaba sola, pensando.

-¿Ellie cariño?-

La llamó dulcemente mientras se acercaba a ella.

Elizabeth miro hacia atrás y solo le dedicó una triste mirada a su madre.

-Mama, ¿Porque? Estoy feliz por papá, pero, yo...-

-Entiendo que tú tengas tu vida solucionada, pero somos una familia y debemos apoyar a tu padre.-

Elizabeth asintió, en el fondo de su corazón apoyaba a su padre, pero el sólo pensar que debería alejarse de Meliodas y de sus amigos la llenaba de profunda tristeza.


Abrazó a su madre y algunas lágrimas cayeron sobre su hombro.

Cuando logró calmarse entró de nuevo con su madre a seguir en su cena con su familia.



Dos días después Elizabeth se encontraba con Meliodas en una plaza cercana a su escuela.

Lo primero que hizo fue abrazarlo fuertemente y soltar algunas lágrimas.

-¿Que sucedió Elizabeth? ¿Porqué lloras?-

Elizabeth logró calmarse y le contó lo sucedido con respecto al trabajo de su padre.

Meliodas la escuchó atentamente, sabía el porqué de su tristeza claramente, el se encontraba triste también. Pero Elizabeth no podía quedarse, debería seguir a su padre y a su familia.

Tomaba su mano fuertemente, no quería soltarla.

-No se puede cambiar eso Elizabeth, me temo que deberás irte.-

Ella no creía que el le dijera algo tan simple, soltó su mano algo molesta y triste. Se puso de pie y le dio la espalda.

-¡Eso es lo único que dirás! ¡Creí que me dirías alguna otra cosa! Debo irme Meliodas.-

El rubio quiso detenerla, pero ella corrió rápido alejándose de él.

Estaba indignada, creyó que su rubio le diría alguna solución para que ella pueda quedarse, pero al contrario le dijo que debería irse.

Las cosas se complicaban para ellos ahora.


El padre de Elizabeth propuso que ella terminará su segundo año de secundaria y en las vacaciones ella y su madre lo alcanzarían en Los Ángeles para iniciar su nueva vida.

Las vacaciones de Navidad terminaron y con ello regresaban todos a clases.

La tensión en la relación de Meliodas y Elizabeth era muy notoria, sus amigos ya sabían que ella se iría.

Pero tenían razón en algo. Ella no podía quedarse sola, sus padres no se lo permitirían.

Meliodas intentaba pasar el máximo tiempo posible con ella, cada día era un día más cercano a su partida.

San Valentín

En la escuela era común en ese día darse chocolates entre las personas que se querían o gustaban.

Elizabeth tenía preparado uno para Meliodas, caminaba nerviosa por los pasillos buscándolo. No demoró en encontrarlo en uno de los patios traseros, estaba con Zaneli, ella le daba una caja de chocolates, el intentaban rechazarlo.

Ella en un rápido movimiento lo abrazo fuerte y se colgó a su cuello besándolo.

Elizabeth sintió su sangre arder de coraje y celos.

Camino valiente hacia ellos y con una increíble fuerza apartó a la pelirroja de él y le dio una fuerte bofetada.

La pelirroja cayó sentada por el golpe al césped.

-¡No vuelvas a besar a mi novio!-

Le gritó enfurecida mientras abrazaba a Meliodas y lo alejaba de ella.

El rubio solo se dejó llevar, Elizabeth estaba hechando chispas del coraje. Cuando estuvieron bastante lejos de la pelirroja ella comenzó a calmarse y soltó su brazo.

Comenzó a darse cuenta de lo que hizo a la pelirroja ahora se sentía avergonzada y arrepentida. Como líder estudiantil debía poner ejemplo de disciplina y buen comportamiento, en cambio había golpeado a una chica.

-¿Estás mejor ahora?-
Preguntó su rubio un poco preocupado.


-¡Lo lamento, no debí reaccionar así!-

Se disculpaba ahora muy sonrojada de la vergüenza.

Meliodas la abrazó y le dio un tierno beso en los labios.

-Te amo, nada hará que deje de amarte Elizabeth, por ti soy feliz.-

Elizabeth correspondió su beso y le entregó el chocolate.

Abrazados caminaron hacia adentro de la escuela para continuar con sus labores.




Marzo

La primavera llegaba y con ella los juegos interescolares, entre varias secundarias, todos se esforzaban entrenando para ser mejores atletas y dar buena competencia.

La secundaria de Elizabeth obtuvo el primer lugar en fútbol gracias al gol ganador que Meliodas metió.

El corrió hasta su novia y la alzó al aire en sus brazos dándole vueltas emocionado por ganar.

En el periódico escolar salió la foto en primera plana de la pareja abrazándose feliz por ganar.

Zaneli veía enojada aquella foto y doblo el periódico para luego tirarlo a la basura


-¡Esa maldita! Al menos muy pronto se iría de aquí, dejara a Meliodas y yo aprovecharé eso para tenerlo.-

Sus ojos brillaban de maldad. Estaba decidida a destruir ese bello amor que se tenian.



* El cielo en tu Mirada *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora