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Las sospechas de Merlín resultaron ciertas, los humanos ahora despreciaban y temían a todo aquel diferente a ellos, hadas y gigantes se ocultaron completamente del mundo humano, ya que estos habían comenzado a tenerles tanto que habían matado a miembros de su clan.

Elizabeth se sentía muy frustrada, después de que ella y Meliodas habían luchado tanto por mantener la paz y armonía, ahora todo estába mal.

Debieron incluso quitar a los caballeros santos de Liones y Camelot su magia. Ya que no era bien visto ahora por el resto de los humanos.

Elizabeth emitió una orden en su clan, ningun arcángel o ángel debía bajar al mundo humano.

Meliodas por su parte emitió la misma orden, estaba prohibido bajar al mundo humano.

La armonia se había roto completamente, ahora tenían que vivir apartados del mundo.

Con el tiempo los humanos comenzaron a olvidarse de que existían otros seres diferentes a ellos, cada clan vivía en sus territorios sin involucrarse con otros.

Elizabeth comenzaba a sentir una baja en sus territorios, al no poder bajar por suficiente comida como acostumbraban parte de sus arcángeles fueron muriendo ante la baja energía mágica y otras consecuencias.

Los alados por su parte igual comenzaron a morir, cuando Solada su líder cayó también , Elatte se convirtió en la única sobreviviente.

Elizabeth realmente se sentía mal, lloraba cada noche porque sentía que no estaba siendo buena Deidad, todo se derrumbaba.

Esa noche salió de sus territorios y voló tan rápido como sus alas pudieron, se topó con Meliodas en su camino y lo abrazó tan fuerte, que pronto sus lágrimas caían a mares.

-Nose que hacer Meliodas, la baja energía mágica es cada vez peor, muchos de mis arcángeles han muerto, de verdad me siento tan mal.-

Meliodas solo se dedicaba a abrazarla y consolarla.
Cuando Elizabeth se calmó Meliodas le tomo la mano y depósito un suave beso.

-¿Has pensado en quitarles a todos su magia y volverlos humanos?-

Elizabeth quedó asombrada.

-¿Se puede hacer eso?-

Preguntó aún sorprendida.

-Claro, yo eso quizá haga, no puedo dejar que todos mueran,-

Elizabeth medito un poco, si los volvía humanos ella se quedaría sola en sus territorios y ellos podrían vivir como humanos sin problemas.

Gracias a la idea de Meliodas estuvo pensando de que manera podría lograr eso.

Uso a Sariel quien fue el primero en prestarse como conejillo de indias. Elizabeth pronunció algunas palabras exclusivas de su clan y al poco tiempo éste desapareció, quedando solamente un círculo blanco, que era el alma de Sariel. Lo envío a la tierra depositandolo en una humana, espero un poco y a los meses éste nació nuevamente pero ahora era un humano común y corriente.

Ahora ya sabía que su experimento funcionó, realizó lo mismo con Ryuodoshiel y Mael. Naciendo nuevamente como hermanos.

Elatte fue la última en irse, no quería dejar sola a la Deidad.

-Tranquila, estare bien, debes vivir, no quiero que sufras más.-

Elatte consideraba a Elizabeth más una amiga que una gobernante.

Y aún a pesar de que no quería irse Elizabeth la hizo renacer en el mundo humano, y a los años ella se reencontró con Solada, y así su amor volvió a nacer.


Pasaron tantos años que Elizabeth perdió la cuenta de cuántos, se encontraba sola en territorios celestiales, sentía cada vez que se debilitaba.

Meliodas y ella continuaban encontrándose y amándose. Era su único consuelo mutuo.

Ambos Decidieron abandonar sus territorios, volaban juntos por los cielos sin ningun temor, sabían que las hadas vivían tranquilas ya que a diferencia de diosas y demonios ellos se alimentaban de frutas y plantas.

Los gigantes al igual que las diosas se extinguieron, Diane renació en una humana según habían oído rumores de Merlín.

Zeldris y Gelda vivían aún, como demonios eran los únicos aparte de ellos dos que tenían magia.

Cierto día se cansaron de volar sin sentido, de vivir su día y dia, y decidieron que era mejor dejar de existir.

Elizabeth pidió ayuda a Merlín para que sus almas puedan renacer.

Sellaron su poder mágico en dos piedras sagradas, y después de eso se despidieron con un beso deseando encontrarse nuevamente en otra vida.


Así la vida de la Deidad suprema y el Rey Demonio terminaba para comenzar otra nueva, en la que esperaban reencontrarse y poder amarse una vez más.

* El cielo en tu Mirada *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora