capítulo 3

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Su reacción fue de lo más graciosa, ya que corrí para que no me pusieran eso, con lo vergonzosa que era Emery, no quería que nadie la viese así, pero sus amigas igual mente la obligaron, lo cual no le quedó más remedio.
Y ahí estaba Emery, con sus mejillas sonrojadas, esperando a poder quitarse todo aquello.
Caminando hacia su clase. Todos aquellos que la conocían incluso alguno que otro que no, la felicitaban, ella no podía más, con el espectáculo que estaba dando.
  -¿me puedo quitar ya esto?- pregunto, con esperanzas.
  -¡no! Ni lo pienses-. Contesto Carla.
  -como te lo quites nos enfadaremos-. Dijo Miriam.
  -vale, vale- anunció Emery a la vez que rodaba los ojos.
Cuando miro a las chica, se dio cuenta de que estaban mirando detrás de ella, con una expresión algo rara, al darse la vuelta ahí venían los chicos más guapos de todo el Instituto, Sam, Jason, Ian, Matt y Daniel que eran un año más grande que ellas, menos de Carla que tenía la misma edad que ellos , Emery no sabía dónde meterse, no quería que la vieran así. Hasta que se dio por vencida y pensó que le importa una mierda, lo que pienses de ella esos creidos, porque sí los chicos podían ser muy guapos, pero lo que tenían de guapos lo tenían de creidos.
  -felicidades- dijo Jason al pasar por su lado y todos se le quedaron mirando, la verdad que con los chicos Emery, no era muy simpática.
  -gracias- y puso una sonrisa de lo más falsa que quito cuando la dejaron de mirar.
  -¡pero eres tonta!- me dijo Lucy nada más darse cuenta de lo que pasó.
  -no ¿por qué?-
  -porque te acaba de hablar Jason, y fuiste de los más simpática del mundo- dijo Miriam en tono de sarcasmo.
  -pero tu los has visto bien son unos creidos y van por ahí como si fueran reyes- comenzó a decir Emery, pero se dio cuenta que, Sam el hermano gemelo de Jason, se acercaba a ella, dejo de hablar en cuanto se dio cuenta de que el había escuchado, su conversación con sus amigas.
  -te equivocas, princesa- reprochó, el chico con una sonrisa pícara.
  -yo nunca me equivoco- le respondió, ella con cara de pocos amigos.

Sólo Emery piensa que el amor, sólo existe en las novelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora