PRIMER ACTO (PARTE IV)

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EN LA PLAZA

Ninguno puede seguir sumergido en sus pensamientos, pronto escuchan el estruendo de los tambores.

-Señor sargento, señor sargento, le requieren sus compañeros. - grita Maggie.

-Estoy aquí. ¿Qué sucede? ¿Por qué tanta prisa? Habla el sargento.

-Hace dos minutos que en una carreta ha llegado un correo para usted. - el soldado le entrega una carta.

- ¡El Capitán... ah! ¡Todo va bien! ¡Vamos, camaradas: debemos partir! - terminando de leer la misiva.

- ¡Partir!... ¿Y cuándo? - Maggie pregunta.

-Mañana al alba. - menciona el sargento.

- ¡Oh, cielos! ¡Tan pronto! -

-Lena está afligida. - piensa Kara con tristeza.

-Expresa es la orden. No sé qué hacer. - habla James.

- ¡Maldito oficio! ¡Cambiar a menudo de guarnición! ¡El deber nos hace a los amantes abandonar! - gritan los pueblerinos

- ¡Querida! ¿Oíste? ¡Mañana, adiós! al menos recuerda mi amor. - le habla el sargento a Lena

-Sí, sí, mañana oirás algo nuevo. - se burla Kara susurrando bajito.

-De mi constancia una prueba te daré, recordaré mi promesa- jura la terrateniente al sargento.

-Sí, sí, mañana te la repetiré. -piensa la campesina muy segura.

-Si a mantenerla estas dispuesta, ¿Por qué no anticiparla? ¿Qué te cuesta? ¿Por qué no casarnos hoy mismo? - propone James emocionado.

- ¿Hoy mismo? - se asusta la campesina.

-Parece perturbada. - piensa Lena mientras mira a Kara. -Está bien: ¡hoy mismo! - dice mientras voltea a ver a James.

- ¡Hoy mismo! ¡Oh, Lena! ¿Hoy mismo, dices? - se levanta Kara de un brinco para encararla.

- ¿Y por qué no? - se cruza de brazos.

-Espera al menos hasta mañana- le ruega.

- ¿Y tú por qué te metes? ¿Qué te importa? - Olsen encaró a la campesina.

-Lena, créeme, te lo ruego...No puedes casarte... te lo aseguro...Espera tan solo... un día, un breve día... yo sé por qué. Mañana, querida, te arrepentirías y lo sentirás igual que yo- ignoró las preguntas del soldado.

- ¡Da gracias al cielo, babuina, que, o estás loca, o presa del alcohol! Te estrangularía, te haría mil pedazos- si estuvieras en tus cabales, pero aprovecha que hoy estoy de buenas... ¡Vete! ¡Desaparece de mi vista! -se estaba enfureciendo por meterse en su conversación con Lena.

-Compadécela, tan sólo es una muchacha imprudente y medio loca, se ha empeñado que debo amarla, porque por mí delira de amor- tranquilizó la bella mujer. -Voy a vengarme, voy a atormentarla, hasta que arrepentida caiga a mis pies- pensó malévola.

- ¡Miren a esa ingenua! - se burló Maggie. -Tiene la osada presunción de buscárselas con un sargento, a un hombre de mundo, sin par, ¡Oh, sí, por Baco, la bella Lena es un bocado demasiado bueno para ti! - siguió diciendo entre risas, risas que siguieron los otros aldeanos.

- ¡Vamos James, vayamos a buscar al notario! - la terrateniente tomo el brazo de James y lo guió decidida.

- ¡Doctor, doctor! ¡Socorro! ¡Ayuda! - decía Kara entre lagrimas

-Está loca de verdad. - se mofó Maggie. 

- ¡Doctor, doctor! - exclamaba Kara desesperada.

-Me las pagarás. - pensaba Lena resentida. - ¡A un banquete festivo, amigos los invito! - en voz alta mencionó.

- ¡Maggie, muchachas, espero que hoy bailen! - james alegre se lo dice a las campesinas.

- ¡Un baile! ¡Un banquete! ¿Cómo podríamos rechazarlo? - dice la chica coqueta.

-Entre alegría y armonía, queridos amigos, vayamos contentos a pasar la jornada. Presente en la fiesta el Amor estará. -

-Ella pierde la cabeza: me hace reír. - sonríe cansina mientras mira a Kara.

-El sargento me desprecia, se burla de mí la muy ingrata, soy el hazmerreír de toda la aldea, mi corazón oprimido no tiene ya esperanzas. ¡Doctor, socorro! ¡Piedad! - Kara empieza a buscar al doctor, mientras Lena toma la mano de James, no lo soporta más y corre desesperada para alejarse de la mujer que tanto daño le hace.




Me dió mucha tristeza Kara... amando tanto a Lena y ella haciéndola sufrir...

en fin, comenten si les está gustando esta adaptación, y muchas gracias por leer (por estar haciendo esto deje que la ropa se mojara con la lluvia). :(

EL ELIXIR DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora