SEGUNDO ACTO (PARTE IV)

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-De todas las personas del pueblo, ella imagina que debe ser cortejada, Pero esta joven será, lo juro, un hueso duro de roer. - Maggie susurra para sí misma mientras piensa en que debe hacer para conquistar a Kara, obviamente, antes debe alejarla de Lena.

Kara se aleja de Lena con una aldeana a cada brazo

- ¡Que contenta se va! - exclama la joven dama ofendida.

-El mérito es todo mío. – Mon El se hace notar.

- ¿suyo, doctor? – confundida.

-Sí, todo. la alegría está bajo mi mando, yo destilo el placer y el amor como agua de rosas; y ahora es eso lo hace maravillas en aquel jovencito, él es todo un portento de mi gran invención. – dice Mon El muy seguro.

- ¡Locuras! – dice Lena.

- ¿Locuras, dices? ¡Incrédula! ¡Locuras! ¿Conoces el poder de la alquimia? ¿El gran valor del elixir de amor de la Reina Isolda?

- ¿Isolda? – pregunta extrañada.

-Isolda. Lo tengo en todas las mezclas y sabores. - responde el doctor.

- ¿Qué oigo? – piensa Lena. - ¿Y le has vendido el elixir a Kara? - le pregunta a Mon El.

- ella me lo pidió para obtener el afecto de una cruel mujer. -

- ¿Y aún la ama? – teme la respuesta

-Languidecía y suspiraba sin una luz de esperanza; por beber una gota del fármaco encantado, vendió la libertad alistándose como soldado. – respondió el pillo doctor.

- ¡Cuánto amor! ¡Y yo, cruel, atormento a tan noble corazón! – piensa arrepentida.

-Ella también se ha enamorado; necesita urgentemente el licor-piensa en cuanto dinero le puede sacar a la millonaria mujer - ¡Entonces... así pues... Kara ¡es afortunada en el amor! - exclama. -Todo el sexo femenino por la jovencita está enloquecido-

- ¿Y a qué muchacha ama ella? ¿Cuál de entre todas es la preferida? – pregunta Lena celosa.

-Es como el gallo del corral, a todas sigue, a todas galantea. - eso no era lo que quería oír.

- ¡Y yo sola, insensata, rechacé tan noble corazón! – se lamentaba mentalmente.

- ¡Bella Lena! Espera un momento, ven más cerca... levanta la cabeza. Estás confundida, lo sé por ese aire afligido y abatido. ¿Si tú lo deseas? – cuestiona Mon El al ver a Lena tan ida.

- ¿Si deseo qué... qué cosa? -

- ¡Levanta la cabeza, caprichosa! Si lo deseas, tengo la receta, que podrá curar tu mal. – recomienda él.

- ¡Ah, doctor! Sería estupendo, pero para mí no hay virtud que valga. -

- ¿Quieres ver miles de amantes afligidos y lánguidos a tus pies? – propagandea moviendo sus cejas.

-No sabría qué hacer con tantos, mi corazón sólo a una quiere. -

- ¿Deseas poner locas de celos a doncellas, esposas e incluso viudas? -

- No me tienta, no me place, de turbar a otras la paz. -

- ¿Conquistar quieres a un rico? -

-Las riquezas no me preocupan. -

- ¿Un conde? ¿Un marqués? -

- Yo sólo quiero a Kara. -

-Toma, pues, mi receta, que te hará el efecto deseado. -

EL ELIXIR DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora