Capítulo 22: El Siempre Tuvo El Control De Las Cosas.

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Ardía, esa flor incrustada en su pierna le provocaba un ardor sobre humano. Las gotas de sangre no paraban de deslizarse por su pierna hasta llegar al suelo, a medida que pasaban los segundos, el charco de sangre se hacía cada vez más y más grande.

Pero eso no lo iba a detener. No, no iba a detenerse hasta ganar; ya había perdido una vez y no iba a permitir que existiese una segunda vez.

Sí tuviese que desintegrar su pierna para poder ganar. Lo haría.

Si tuviese que matar al chico que tenía enfrente de sus ojos. Lo haría.

En aquellos momentos Doyoung estaba dispuesto a todo con tal de proclamarse el ganar de aquella batalla que tuvo inicios hace muchos años atrás.

Sin más colocó su mano sobre su pierna. Debido al dolor no podía moverse y para poder deshacerse de aquel impedimento, debía despojarse de su pierna para siempre.

Y antes de que pudiese utilizar su poder en su propio ser. Mashiho utilizó su habilidad para atar su manos, él tampoco iba a perder.

-Lo siento, pero aquí el único ganador. Soy yo.-musitó Mashiho con una sonrisa siniestra.

-Debes pensar un poco mejor tus movimientos.-dijo Doyoung con una sonrisa en su rostro.

Y de pronto Haruto hizo acto de presencia. Y Mashiho no se dio cuenta hasta que lo escuchó hablar.

-Me gustaría matarte en estos momentos, pero primero vamos a jugar un poco.

Haruto sin más, hipnotizó el cuerpo del chico. Obteniendo la posibilidad de controlar su cuerpo a gusto.

Mashiho rápidamente se acercó a Doyoung, y con su habilidad de curación curó la herida que él mismo que le había provocado. Luego, Haruto hizo que el muchacho cayese al suelo y se adentrase en su profundo sueño.

-¿Lo mato yo o lo matas tú? -Haruto le dedicó una mirada a Doyoung.

-Deja que yo me encargue de él.-respondió mientras caminaba en dirección al chico que se encontraba en el suelo.

******

La mansión estaba siendo consumida por el caos, aquella infraestructura se había convertido en el campo de una batalla improvisada. Batalla en la que todos intentaban sobrevivir y obtener el titulo de triunfador.

Esto más que ser una batalla por ver quién era el más fuerte, era un juego. En donde el azar era él único protagonista, nadie sabía quién sería el vencedor de dicha disputa.

Los ganadores podrían ser los que creían estar haciendo lo correcto. ¿Quiénes son ellos? Nadie lo sabe, porque nadie conoce el verdadero significado de lo que es bueno y lo que no.

Los que eren parte de Treasure Maker consideraban que todas sus acciones eran llevadas acabos por algo bueno. De cierta forma, los que no compartían aquellos ideales consideraban que los suyos estaban bien.

¿Se entiende?

Por supuesto que no. No es algo fácil de comprender, ni ellos mismos lo entendían.

Él único que parecía entender aquello un poco era Jihoon, aquel chico que fue constantemente marginado por no ser considerado lo suficientemente bueno. Logró ver en cierta forma el verdadero significado de la situación.

Él sabía que no ganaría el más fuerte, ni el más poderoso en cuanto a liderazgo. Ganaría el más audaz y el más inteligente.

Si algo aprendió de la vida, fue el hecho de obtener esas dos cualidades que lo convertirían en el único vencedor de aquella lucha sin fin.

*******

Jihoon era prisionero de una jaula producida por la habilidad de Mashiho. Desde ese lugar, podía disfrutar del plano completo de la situación, podía ver como el bando contrario había traído a un domador de criaturas para controlar a los dos cambia formas que había en aquel lugar.

En un principio aquel acto le parecía interesante, pero con el paso de los segundos, lo que veía comenzaba a volvérsele repetitivo y agotador.

-Me aburrí.-musitó el chico restregándose los ojos.

Sin más, Jihoon se transformó en un conejo. Logrando así salir de la jaula que lo mantuvo confinado por varias horas.

Una vez tocó el suelo volvió a su forma humano y le dedicó una última mirada la mansión que poco a poco estaba siendo destruida.

¿Debía hacer lo que tenía planeado hacer? ¿Debía mantenerse en el margen y dejar que las cosas saliesen como el destino de esos momentos lo tenía planeado? ¿Qué debía hacer realmente? ¿Su aburrimiento era tan grande como para realizar lo que planeó hace mucho?

Jihoon sonrió, no tenía gracia dejar que las cosas como estaban.

-Muy bien, esto se acabó.-musitó Jihoon con una sonrisa en su rostro.

Inmediatamente el muchacho levantó una de sus manos y chasqueó sus dedos deteniendo el tiempo.

Rápidamente todo dejó de moverse, el fuego, las personas. Todo.

El único que podía moverse era el chico que había detenido el tiempo.

-Lo siento, pero él único ganador aquí soy yo.-respondió con una gran sonrisa en su rostro, digna de un verdadero villano.

Y Jihoon siempre fue el ganador de aquella batalla.

Aquel chico era él único que podía utilizar el tiempo a gusto para garantizar su triunfo.

Porque él siempre tuvo el control de la situación. Controlar el tiempo es una arma indestructible. 

FIN

The Skills. [Treasure13]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora