Capítulo 1

13.6K 410 14
                                    

¿Sabes cual es la parte más jodida de despertar a lado de una persona de la cual no recuerdas ni el nombre? No es la resaca, o el lugar, tampoco los recuerdos de la noche anterior que lentamente se abren paso por la mente. No.

Es saber que por más que lo desees, esa persona a tu lado jamás podrá ser quien quieres en realidad. No podrá ser la persona que yo quiero que sea.

El cuerpo cubierto por las sabanas a mi lado se removió con incomodidad buscando una posición mas amena entre las sabanas. Miré el techo unos minutos y volví a cerrar mis ojos intentando dormir, pero los rayos de sol, que ya se colaban por los espacios que dejaban las cortinas entre la ventana, me lo impidieron.

Llevé mis manos hasta mi rostro tratando de sacudir un poco de esa flojera interna de un sábado por la mañana. Me incorporé en la cama dejando mis pechos al descubierto. No hice ningún esfuerzo por cubrirme con nada, no aun cuando me levanté por completo para dirigirme hasta el baño, no sin antes, claro, de tomar mi celular. Eran las once y media de la mañana.

Mierda.

El día de ayer Lou me había dejado bien en claro que si no llegaba hoy antes de la una de la tarde me descansaría del trabajo una semana, y dada mi increíblemente arruinada situación financiera, no me podía permitir ese lujo. El alcohol no se compraba solo.

Me metí al baño y me di una ducha con el agua bien fría, tratando de despertar por completo de mi estado somnoliento. Me toqué el labio, a lo cual sentí un ligero dolor mientras un chorro de sangre caía por el, rápidamente el característico sabor a hierro se hizo presente en mi boca.

Vaya que esa chica besaba apasionadamente.

Salí de la ducha y el único motivo por el cual me envolví en una toalla fue para agilizar el secado. Hacía mucho que el pudor me había abandonado. Eso, o que simplemente me daba igual que la chica que aun duerme en la cama me viera.

Me vestí con las mismas prendas que traía puesta el día de ayer, eso incluía, naturalmente, mi ropa interior. Poco más podía hacer si debía llegar cuanto antes al trabajo y ni siquiera sabía donde me encontraba. Una vez vestida, me sorprendió que ella aún no se hubiese despertado, precisamente porque poco ruido no había hecho.

Tomé mi bolso asegurándome de que todo estuviera ahí. Llaves de un Nissan March, un pequeño espejo, un anillo y algo mas de treinta dolares. perfecto

—Espera —dijo la voz de la chica a mis espaldas, justo antes de que pudiera tocar la perilla para salir de ahí—. ¿Cual es tu nombre?

—Para ti querida, no soy nadie —dije y salí de ahí. De nada le serviría mi nombre a alguien que posiblemente jamás me volvería a ver de nuevo. ¿Quién soy? Bueno, sería menos vergonzoso decir quien solía ser, pero daba igual, esa mujer se esfumó hace ya varios años, y dudaba que algún día regresase.

°°°

Mentiría si no dijera que me costó bastante averiguar como llegar hasta mi trabajo. ¿Cómo terminé tan lejos? Sin embargo, lo había logrado y, ante mi vista, se alzaba el modesto edificio de ladrillos rojos, aún a medio pintar y en donde un gran letrero apuntaba: "Periódico local de Blake Town".

Miré de nuevo la hora, las doce cincuenta y cinco. Perfecto. Una sonrisa se abrió paso entre mis labios. Siempre me salía con la mía, de algún modo, pero lo hacía. ¿Era acaso algo de lo que debería sentirme orgullosa? 

NO ME PIDAS QUE TE AME || LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora