Era encantador, y era un adjetivo penoso para lo que sentía. La música combinada con los siempre suaves labios de Danielle me calmaron. Cerré mis ojos y no sabía bien cuanto tiempo había pasado. Pudieron haber sido días, años o siglos y para mi, pudieron pasar sólo segundos.
¿Efímero? ¿Ni la mitad? ¡No! Danielle era todo menos eso, no era algo efímero, y sin duda era una mujer completa para mi, sin mitades o números de mierda. Era ella y solo ella.
Me aferré más a su cuerpo, aún sin ser muy consciente del tiempo, disfrutando cada momento, hasta que eventualmente la canción se detuvo, y luego... silencio. Me separé de ella para apreciar su rostro. Y ahí, en ese instante, algo se encendió en mi. La llama de la... Su cara colorada, desorientada, pero se veía hermosa y sexy. Necesitaba...
Pero una vez mas tuve que obligarme a ser consciente de la situación cuando Danielle escondió su cara entre mi hombro. Miré a los alrededores y en efecto, todos nos miraban con atención, algunos con morbo y otros con desaprobación.
—¿Podemos irnos? —dijo en un susurro, sin levantar la cara.
Entonces ambas nos dirigimos hacia la salida a paso rápido. ¿Qué le importaba a ellos a quien besaba Danielle o no? Especialmente cuando había más parejas besándose ahí.
Llegamos hasta mi auto y arranque alejándonos de ahí unas cuantas calles. Danielle iba callada, casi aturdida. Quizá no había sido buena idea todo aquello... quizá...
—Eso fue... liberador —dijo emocionada—. Fue como... una venganza contra la vida ¿Sabes? ¿A quien le importa que me gusta? Exacto, a nadie...
—¿Segura...? Es decir, eran tus compañeros y... aun los verás en clases.
—Igual no hablaba con ninguno. Solo me importa Grace, mis padres y tú, ¿los demás? Por qué desgastarme...
Y vi en su cara esa determinación que tanto esperaba ver en ella. Quizá solo fuera momentáneo, peor eran los chispazos de su fuerza.
Sin embargo, había algo mas, algo en mi que que crecía a cada segundo a su lado, un calor que conocía muy bien, unas ganas crecientes por tocarla y besarla.
—¿Lorena? La luz está en verde —me notificó cuando me perdí en ella.
—¿Quieres ir a mi casa? —ofrecí haciendo reales mis ganas de estar juntas, con su olor, su piel... ¡Dios! ¿Qué me pasaba? La necesitaba muchísimo.
—¡Claro! Así podré ver en donde vives por fin. Aquella vez no pude ver nada.
—No es la gran cosa —dije tratando de ocultar mi tono excitado. No era un deseo por mero placer, era una explosión de sensaciones en donde reinaba el amor y el cariño, pero las ganas... necesitaba...
Poco después llegamos a mi departamento. Mi respiración se volvía pesada y mi vista no podía apartarse de Danielle ni un segundo. Ese vestido... sus hermosas facciones, ese labial rojo... no podía mas, simplemente no podía, ¡Tenía tanto calor!
Pero ella se veía tan inocente... No podía... ¿O si?... ¡Mierda!
—¿Lorena? ¿Te sientes bien? Hablo en serio, estas toda colorada, parece que tienes fiebre...
—Si... yo... todo bien —dije ocultando una vez mas mis sensaciones y mi tono. Entonces la miré y la duda en su rostro indicaba que no se enteraba de nada, lo cual era bueno... ¿No?
—Subamos —dije para salir al aire que tanto necesitaba. Juraba que no era nada malo, era solo... mi amor contenido de algún modo, toda la tensión sexual acumulada, además, Danielle era condenadamente sexy.
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NO ME PIDAS QUE TE AME || Lesbian
Roman pour AdolescentsLorena y Danielle tenían vidas completamente distintas. No estaban destinadas a mezclarse, pero sucedió. Lorena pasa la mayor parte de su tiempo atormentada por los recuerdos de su pasado. Danielle trata de vivir su día a día con calma y buscando pa...