Ambos Caímos En Nuestra Propia Trampa (BillDip)

Cap 26: Demasiado tarde... el trato está hecho.

Narra Bill:

Muerte: Así que... quieres el alma de Stanford Pines- hizo un movimiento circular con su mano, y luego chasqueó los dedos. Una luz blanca vino desde el pasillo a su derecha y se posó a su lado- y harías lo que fuera por volverlo a la vida, para que un humano te perdone... porque estás enamorado de él- me sonrió con burla.

Rodee los ojos.

Bill: Creo que lo entendiste bastante bien- dije ya harto de que me viera como una broma, yo podría incendiar este lugar si quisiera, pero hay reglas cósmicas a las cuales estoy atado.

Muerte: Qué tal si le preguntamos a Ford qué piensa de todo esto?- la miré sorprendido pero antes de que pudiera decir algo ya había chasqueado los dedos y la luz a su lado tomó forma y Ford estaba parado frente a mi.

Bill: F-Ford... yo- adivinan? Sí, interrumpido.

Ford: Cómo te atreves a meterte con mi sobrino? Crees que si yo vuelvo al reino mortal te permitiré estar con él? Aún sabiendo lo que eres y lo que causaste?- me miró con odio puro en sus ojos, no puedo culparlo.

Bill: No fue intencional, ok?- le di una mirada arrepentida, y él frunció el ceño, es la primera vez que me ve así- sí, al principio quería venganza pero luego me enamoré, puedes culparme por eso? Ya no quería que nada le pasara a él, y para eso ya no podía lastimarlos- se formó un nudo en mi garganta al recordar a Pino con lágrimas en sus ojos.- se me fue de las manos, sí, algo salió mal y ahora tu estás aquí, pero quiero arreglar las cosas, por eso yo estoy aquí.

Ford me miraba desconfiado, no me creía, eso es seguro. Pero aún quería su aprobación para estar con Pino, quería que todos estemos en paz cuando volvamos -aunque aún no sabía que me iba a pedir Muerte-. Con un movimiento de cabeza muy leve para que la peliblanca no se diera cuenta, ya que nos miraba a ambos fijamente, le transmití a Ford todos mis pensamientos por Dipper, cada que me sonreía, o me besaba, y hasta cuando lo vi destrozado por culpa mía. Cuando volvió a abrir los ojos ya no me miraba con odio, solo con algo de desconfianza... pero de esas que un padre le da al novio de su hija para asustarlo. Sonreí.

Ford: Aún me caes mal- me dijo serio. Sin quitar mi sonrisa, asentí- y si Dipper vuelve a llorar, te haré pagar- me señaló con un dedo. Volviendo mi sonrisa más grande asentí varias veces.

Muerte: Que conmovedor! Ahora se creen familia! Yupi- dijo con claro sarcasmo. Se levantó de su silla y se paró al lado de Ford tomándolo por los hombros- pero aún no dije si él va a volver al reino de los mortales- me miró con un puchero fingido.

Bill: Ya bruja, qué es lo que quieres- usé el viejo apodo entre amigos que tenía para ella, a ver si con eso se ablanda un poco.

Me equivoqué.

Muerte: Tú- me sonrió.

Bill: Qué?

Muerte: Creo que es un trato justo- aún con una mano en el hombro de Ford, quien me miraba algo confundido, se enderezó y miró sus uñas- yo rompo las reglas de los mortales, el chico recupera a su tío, y tu te quedas en servicio al inframundo- me explicó con desinterés, pero yo la miraba consternado.

Ford: Bill... no lo hagas- interrumpió. Lo miré sin entender. Esto es para salvarlo a él, qué está diciendo?- Dipper ya me perdió a mi, no dejes que te pierda a ti.

Bill: Pero si tu no vuelves, Pino no querrá volver a verme a la cara...- dije con clara resignación.

No queda de otra.

Bill: Trato- en mi mano aparecieron las típicas llamas azules para cerrar un trato. Muerte se me acercó con una sonrisa.

Muerte: Mira, para que veas que soy buena, una vez que él regrese al mundo de los vivos y le explique todo a tu noviecito, puedes ir a despedirte- me sonrió cínica y estrechó mi mano.