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«Manos arrugadas por jabón». El maldito humano le había causado jodidas manos arrugadas. Jimin echaba humo mientras colocaba el último plato en el escurridor. ¿Quién demonios no tenía un lavaplatos en estos días de todos modos? Gruñó. Él ya debía estar desnudo, no escuchando los sonidos tenues de una película que se reproducía en el dormitorio de Taehyung. «El bastardo».

Había envuelto el plato que contenía la fruta y lo puso en la nevera antes de comenzar con el lavado de platos. Lavar sus platos y tazas no había tomado mucho tiempo, pero sin la infusión de sexo que necesitaba para conservar sus fuerzas esta mañana estaba cansado. Se arrastró hacia el dormitorio.

—Ya terminé —exclamó.

—Increíble. Entra —contestó Taehyung.

Jimin abrió la puerta blanca parcialmente cerrada. La escena que lo recibió hizo pensar a Jimin que los veinte minutos que pasó sumergido en espuma y agua habían valido la pena por completo. Taehyung había abandonado sus bóxers y descansaba en la parte superior de su edredón de felpa azul oscuro desnudo. Exudaba una cómoda y relajada vitalidad que casi parecía tener una expresión adormilada. Ojos entrecerrados se encontraron con los suyos y el cuerpo de Jimin le sorprendió al endurecerse. Su habitual control no estaba a la vista como es usual ante la presencia del cantante. Nunca se acostumbraría a su reacción frente a Taehyung.

—Pensé que sería más fácil para ti tocarme si estaba desnudo —Taehyung facilitó, haciendo un gesto hacia su cuerpo.

«Señor del infierno, que cuerpo». Jimin sólo había imaginado cómo se vería el cuerpo de Taehyung cubierto de sudor y duro como una roca sin una prenda de ropa encima. La noche anterior le había dado una provocadora vista. Se lamió los labios para no babear.

—Bueno, ¿qué estás esperando? El aceite está en la cómoda.

Jimin parpadeó. ¿Qué pasaba con este humano? Se sentía como si fuera un ser intoxicado por su presencia y no al revés. ¿Aceite? ¿Quería que lo follara?

—Pensé que eras más del tipo de arriba que uno de abajo —bromeó para ocultar su confusión. Taehyung se rio.

—Para el masaje, tonto. —Se dio la vuelta sobre su estómago presentando su espalda a Jimin. —Tu castigo, ¿recuerdas?

Jimin suspiró e hizo lo que había ofrecido.

Las manos de Jimin untaron el cuerpo de Taehyung hacia abajo poniendo la piel de gallina a su paso. Jimin sabía que el lento deslizamiento de su toque provocaría una respuesta puramente sexual. Podría haber presionado por más, pero estaba satisfecho con sólo sacar la tensión de los músculos tensos de Taehyung. Ni siquiera le importó que estuviera dolorosamente excitado y sus instintos clamaran por sexo. Estaba disfrutando del simple acto de tocar a este hombre. Era una experiencia única para él. Estaba dando placer sin recibir ninguno y eso lo hacía extrañamente... feliz.

Su propio demonio estaba acercándose al punto de estar salvajemente hambriento, su piel se erizaba y su cuerpo se estremecía con la necesidad de alimentarse de la lujuria de Taehyung. Él era muy similar a una persona hipoglucémica de muchas maneras, necesitaba su versión de 'alimento' con bastante frecuencia. Si Taehyung no actuaba pronto Jimin se vería obligado a ir a buscar alguna forma alternativa de sustento. La idea le hizo sentir muy incómodo por alguna razón.

Taehyung dejó escapar un gemido de satisfacción cuando Jimin alcanzó una particular zona de nudos musculares por debajo de su hombro derecho. Jimin se mordió el labio para que su gemido no resonara. En todo lo que podía pensar era en moler su polla cubierta por una toalla contra el culo desnudo a pocos centímetros de sus dedos.

Pacto - VMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora