5. Simón, lo siento mucho. (1/3)

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— Oh, Matteo.

— Sí. Ahora tengo que averiguar si aun quiero formar parte de la vida de Luna.

— Wow. Esa es una gran decisión.- Ámbar dijo uniformemente.

— ¿Algun consejo?.- Preguntó con una sonrisa torcida.- Porque no tengo idea de qué hacer.

Ámbar frunció el ceño.- ¿Mi opinión?, No lo pienses esta noche. Solo tómalo todo, siente todo el dolor, la decepción y la ira. Entonces mañana puedes dejarlo salir, e ir a ver a Luna más tranquilo y hablar con ella.

Matteo dejó escapar un largo suspiro.- Tienes razón.- Dijo, sacudiendo la cabeza.- Eres muy inteligente.- Una sonrisa cruzó por su cara, y atrajo una sonrisa a la de ella.- Ámbar, te necesito conmigo.

— ¿Ah, sí?.- Ámbar soltó una risa nerviosa, la cual Matteo pudo notar, provocando que ambos rieran.

Por primera vez desde que llegó, el realmente la miró. Llevaba una camiseta sin mangas blanca con tiras finas y diminutos pantalones cortos de algodón. Muy pequeños.

En medio de su risa, Matteo se lanzó hacia Ámbar, la agarró por el cuello y se tiró sobre ella. Puso su mano detrás de su cabeza. Su cara estaba a una pulgada de la de ella, ambos estában respirando pesadamente con el esfuerzo. Inclinó su cabeza hacia abajo y apoyé ligeramente sus labios contra los de ella.

Las chispas volaron entre ambos. Los dos estaban hambrientos del otro. Él la tomó de una mano y trazó un camino lentamente desde su cadera, sobre su pecho, su cuello, y se detuvo al llegar hasta su barbilla. Levantó su barbilla ligeramente y rompió el beso.

— Te amo.- Murmuró, antes de rozar ligeramente sus labios contra los de ella.- Te amo mucho.

Arrastró la mano en su barbilla por su mejilla, a través de su cabello. Su boca descendió suavemente hacia la de ella otra vez. Ámbar gimió suavemente en su boca, sus brazos se envolvieron alrededor de él, agarrando su camisa.

— Matteo.- Ella susurró mientras acariciaba su suave y cálido cuello. Su olor lo estaba volviendo loco.- Yo también te amo.

Puso su mano en su rodilla, deslizándola lentamente hasta el borde de sus pantalones cortos. Ella hizo un pequeño jadeo cuando sus dedos rozaron la parte inferior de su trasero.

— Ven a la habitación conmigo.

Ámbar se sonrojó.- Bien, solo iré para asegurarme de que no caigas por las escaleras, aún estás muy ebrio.

— ¿Es solo por eso? ¿o puedo ver eso como un signo de tu interés?.- Preguntó, volviendo su boca a su cuello.

— Tal vez.- Ella se burló.- Tal vez me gustes un poco.

Le mordió el cuello.- Bueno, tu a mi me gustas mucho.-Le susurró al oído.- Eres hermosa. En serio.

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#NoALosLectoresFantasma.):

Hermosas Consecuencias [𝐌𝐀𝐌𝐁𝐀𝐑 𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐃𝐀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora