Hermosas Consecuencias [𝐌𝐀𝐌𝐁𝐀𝐑 𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐃𝐀]

13. ¿Es hora de presentarte a tu padre?.

—Bien, clase.- El profesor continuó, abriendo un nuevo conjunto de diapositivas en el proyector.- Eso termina nuestro capítulo sobre señales celulares y transducción. Comenzaremos nuestro capítulo sobre reproducción y desarrollo ahora.

El interés llegó a su punto máximo, Ámbar giró y miró hacia el frente, alzando las cejas. Esto le pareció un capítulo bastante bueno. No la entiendas mal. Odiaba la biología con pasión, y no sabía por qué había dejado que Emilia la convenciera de que tomara la maldita clase con todos ellos, pero suponía que con su embarazo y todo eso, podría ser bueno saber lo que estaba sucediendo. su cuerpo. Y entonces ella no tendría que hacer tantas preguntas cuando visitara a la doctora.

—Ramiro, ¿tienes un bolígrafo extra?.- preguntó, abriendo el cuaderno de biología que no había tocado desde el primer día de clases.- Quiero tomar algunas notas.

Las cejas de Ramiro se levantaron en shock, y se giró sobre su hombro.- Chicos, creo que es la primera vez que veo a Ámbar tomar notas en esta clase. ¿Por qué este capítulo?.

—E-eso es porque ella es seria acerca de la escuela.- Emilia entró en pánico y se levantó incómodamente.

—¿Dónde están aplicando?.- Preguntó Delfi, renunciando a tomar notas con sus amigos hablando tanto. Además, la nueva revelación era mucho más interesante que el monótono acento de su maestro.

—Todavía estoy dudosa acerca del trabajo. Tengo mucho de qué preocuparme ahora.

Estoy teniendo un niño. No hay manera en el infierno de tomar un empleo ahora.

—Eso es muy malo..

—¡Señorita Mansfield!. ¿Necesita salir de esta clase?.- El profesor regañó, girándose y observando a Emilia con una mirada fulminante. Ramiro, Delfi y Ámbar giraron rápidamente y se voltearon al frente, fingiendo tomar notas y sofocando sus risas mordiéndose los labios.

— No señor.- Emilia chilló, deslizándose más abajo en su silla.- Lo siento.

—Entonces harías bien en mantener la boca cerrada por el resto de esta clase.

Regresó a su enseñanza, y los hombros de Ámbar y Ramiro se sacudieron por la risa oculta. Emilia arrojó gomas de borrar a ambos lados de la espalda, resoplando con indignación. Delfi negó con la cabeza, claramente exasperado por la incapacidad de sus amigos para no hablar en clase.

— Oye.- Ramiro le dio un codazo a Ámbar después de unos momentos de tomar notas en silencio.- ¿Vas a ir al baile de bienvenida el viernes?.

Ella lo miró de lado, antes de mirar hacia atrás. Honestamente, no estaba de humor para divertirse con un montón de idiotas. Además, todos los años, los chicos encarede las bebidas solo llevarían bebidas alcohólicas, y como no había nada más que beber en este evento, Ámbar no quería pasar la noche sedienta.

—No lo creo.

—¿Por qué no? Es el último año. Tienes que vivirlo.- Él sonrió como un niño.

— No me interesa. Tendría que encontrar un vestido y comprar unos zapatos, arreglarme el cabello y el maquillaje.- Ella gimió por lo bajo.- Encontrar una maldita cita.

—Bueno, al menos puedes marcar una cosa de tu lista.

—¿Eh?.- Ella lo miró confundida.

¿De qué demonios esta hablando?.

Él sonrió.- Yo seré tu cita.

— De todas las chicas dispuestas a preguntar, ¿quieres ir conmigo?.