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-¿Tu debes ser Rusia? ¿No?-México sonrió acercándole su mano con el fin de saludar al Ruso-.

El primer día en que nos conocimos fue el mejor, recuerdo, tu formalidad con migo, accesibilidad, confianza, amistad y realmente, manera de hacer me reír.
Todos quieren tenerte, me alegra ser tu mejor a migo. Hace tantos años que nos vimos desde la primera ves fue increíble, eras igual de pequeño que yo, aun que no de cierta manera, tu eras mayor que yo, sólo que más bajo.

Yo, aun siendo un niño, sigues a mi lado, no puedo entender lo. Mis amigos desaparecen mientras que contigo, puedo contar al final sin arrepentirme.

¿Soy un mal amigo?
-Tomas decisiones equivocadas-

¿Por que mis amigos se alejan de mí?
-No eres tolerante, solo debes de saber, que esos son los gustos de ellos, no puedes cambiar los-

¿Soy un estúpido?
- En ocasiones, cariño-

¿Eres gay?
-...

¿Eso es malo?
-No lo es-

¿Me amas?
-Te amo-

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Tus palabras siempre fueron sinceras, sentía que podía confiar en ti, pero, no podía. Ahora que sabia que solo eras un maldito loco no quería acercarme a ti, no quiero.. Te amo.. ¡Alejate! !Fuera de aquí maldito maricón!

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-Hello, Mexico-.

Abrí la puerta de mi hogar, y era claramente ese maldito estado unidense a tocarme los huevos.

-Vete a chingar a tu madre, ¡Me vale madre tu google cabron!-Lo primero que se le vino a la mente fue cerrar la puerta y así lo fue-.

Tome el puente de mi nariz, al entrar a la sala, me senté en el sillón, con el fin de terminar mi novela, era extraña, pero el la trama comenzaban a abrazar me.

El toqué de la puerta volvería a sonar, seguro era ese maldito gringo queriendo me chingar co mi relación próxima con china.

-Oye, espera, ¿El Huawey es mio?-

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Te extraño, Rusia, no puedo seguir ignorando esto, dejame verte, te necesitó viejo amigo.

Mi homophobia por tí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora