+VII

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Especial: Ámame como soy y no tendré rencor.

Pequeña nota de México:

Recuerdo el frío de Rusia repegarse contra mis delicadas y piernas tricolor, era tan dulce el ardor que siempre me esforzaba en pensar más detenidamente como las naciones pueden odiar el frío.
El danzar en la fría nieve de la mañana era lo mejor, juraba que una reluciente melodía resonaba entre mi cabeza, sosteniendo aquel seguimiento hasta que la danza terminaba eran movimientos artísticos muy distintivos, ahora, sólo para terminar tendría que seguir moviéndome de una lado a otro en continuaciones.

Mis ojos siempre estaban cerrados, alzando mis manos hacia la derecha con libertad sin ninguna tensión en mis músculos, estaba con el fin de doblar mi pierna izquierda hacía arriba una sola vez en la danza, sentía el frío del lugar en forma de escalofríos justo en todo mi cuerpo, esa tan envidiable brisa de invierno me encantaba.

Allí fue donde te conocí, un 1945 en el siglo de la sangre. Fue en ese momento donde tu eras un hermoso niño, seguro no lo recuerdas, pero me llamaste la atención desde ése instante. Me encantaba tu peluche, un osito de felpa que jamás dejabas de lado, seguro aun lo concervas.
Mi traje de piloto era cómodo, ¿Verdad? Después de todo un día dormí contigo cuando nadie más lo hizo.

La segunda vez que nos encontramos fue en tu bosque de una gran nevada, recuerdo que prácticaba una danza típica de otro país, quería desahogar me de tanta tensión y fue lo mejor que para mi aun que también lo mejor para ti.

Al caer por el dolor de las quemaduras, solo recuerdo un despertar cómodo y acalorado, eras tu, un alto chico de idioma cirílico que me fue imposible entender, era complicado.
Tomaste mis mejillas con tus largos dedos, pasándolos por todo mi rostro, tus hermosos ojos azules se replacaban en los mios, tu gran esencia me volvía loco, sólo en pensar que eras aquel niño tan pequeño que una vez vi hace décadas ahora estaba frente a mis ojos en la mejor forma posible.

DATO: Todo estará en español por que ahora mismo tengo desbastó de traductor google.

Habla conmigo, dirigirme la mirada sin molestia, aceptame como soy, ten en cuenta ¡QUE UNA MALDITA VEZ ME AMASTE!

México!- Elevó el tono el cantinero, dando me una botella de tequila, hoy era justo el día en que ansiaba beber tanto que no pudiera despertar.

A la puta madre! ¿Qué pedo wey? Estaba echado, ¿Qué no vez?- Un tono típico de un ebrio, estaba bastante desconfiado, después de todo, hoy era el peor día, cual quiera podría imaginarse uno lleno de rosas, pero muchos saben que no soy una nación que es dichosa por los finales felices, aun así estar sólo no era tan malo.

Tome la parte central de la botella, giré la tapa varías veces hasta ver como un sonido vacío resonaba en el frío suelo del bar acausa de la tapa de fierro que golpeó el suelo, que más podía pedir, era tequila.
Dos de mis dedos pasaron por la boquilla de cristal, estaba muy metido en mis pensamiento, ahora, lo único que quería era perder la cordura y evitar este inició del día por completo, después de todo eran las 2:34 AM.

Comencé a beber, cada gota y chorro que pasaba por mi garganta me hacia perder las penas, olvidar lo ocurrido, olvidar lo a él, era hora de dar un nuevo paso, ya no iba a quedarme sentado hasta que aquél cambiará, jamas va hacerlo, no tendré más fe en el, era hora de hace mi nueva vida.

Mi homophobia por tí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora