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—Oigan ¿Qué opinan sobre el nuevo chico?— preguntó Ilias mientras tomaba un sorbo a su café. 

—¿Hablas de Gateguard o el chico de cabello esponjado que está encima de Shion y Manigoldo?— Hakurei le contestó mientras pretendía que no le importaba aquél chico de piel morena y cabello plateado, aunque realmente todos sabían que en cuanto lo vió, se le caía la baba por él. 

—Ni me lo menciones...— El cangrejo menos solamente se escudó tras su bebida sin decir nada de su nuevo jefe. —Se la pasa revoloteando de un lado a otro, de verdad es un fastidio.

—Pues a mí me agradan... 

—Shion, a tí te agrada todo el mundo.— Manigoldo se burló de su primo mientras que los demás sonreían ante la burla. 

—Ahhh ¿usted qué opina, señor Krest?— preguntó Mystoria girándose para ver a su jefe quien tenía la mirada perdida en su café. 

—Señor Krest...? ¿Se encuentra bien? 

Pero Krest ni siquiera se había tomado la molestia en escuchar la trivial conversación de sus compañeros de trabajo, de hecho, su mente no pensaba en otra cosa que en el tono tan frío y opaco con el que Zaphiri le habló hace dos días (en los cuales, por supuesto, no había hablado con él). Pensó en la vez que ambos salieron a pasear sin rumbo fijo y en lo bien que se la pasó con el chico, pensó en que lo libre que se sintió al bailar como nunca antes lo había hecho y le hizo sentir que realmente merecía divertirse. 

Pero luego, a su mente vinieron aquellos comentarios de repudia de aquellas mujeres y sintió una horrible opresión en el pecho, además de que ese fue el detonante para abandonar la salida con su nuevo amigo. Si es que lo podría considerar así porque, bueno, llevaban sin hablar alrededor de nueve días en los cuales Krest no sabía como disculparse o tan siquiera que decir o explicar su huida. Estaba asustado que no sabía qué decir o hacer y le llenaba más de frustración y culpa ver como los minutos pasaban sin detenerse. 

El ruido de la puerta del local abriéndose llamó su atención, ya que le precedió unos  cuantos murmullos por parte de los clientes: al girar su cabeza no pensó que al hacerlo se encontraría con el causante de sus pesares vestido completamente de negro con una chaqueta de mezclilla, unas botas brillantes negras y los típicos lentes de sol que siempre portaba, siempre se burló de su forma tan boba de pasar desapercibido y lo molestaba diciéndole que Clark Kent ya había tenido la idea antes. Sin embargo, el chico no iba solo, ya que un chico pelirrojo vestido con unos pantalones de color lila, al igual que su camisa la cual llevaba un moño suelto en el cuello, unos zapatos blancos con negro que brillaban tanto como las botas de Zaphiri, acompañado con un saco gris también llevaba diversos anillos en sus manos y una especie de diadema dorada con diferentes patrones de hojas de árbol. Parecía un modelo de diseñador de esos que salen en revistas de temporada, todo un muñequito de porcelana. 

Krest giró rápidamente la cabeza para no ser visto por el par de celebridades que apenas habían entrado a la cafetería, fueron los focos de atención. 

—Ilias, cierra la boca que se te está cayendo la baba. 

Hakurei se burló de su compañero mientras la mesa estallaba a carcajadas y en ese preciso momento, Krest quiso matar a cada uno de sus compinches ya que toda, absolutamente toda la cafetería dejó de ver a aquellos dos chicos para girarse a ver a la mesa escandalosa. Y sí. 

Eso incluía que Zaphiri había girado su cabeza. 

Por el rabillo del ojo pudo ver como las dos siluetas de la caja se acercaban poco a poco hasta que tuvo una casi a lado de él. 

Stage (Zaphiri x Krest)Where stories live. Discover now