El tenue sonido de la tarde atravesaba las ventanas de su apartamento, provocandole una agradable sensación de comodidad y aunque aún sentía una ligera incertidumbre al pensar en el chico de cabello azabache, sabía que las cosas mejorarían si le hacía ver que de verdad quería ser su amigo.
"Por lo menos ya no me contesta los mensajes con emojis" pensó Krest mientras echaba una mirada a su teléfono para revisar si el cantante ya había contestado su pequeña invitación. Se sintió terriblemente mal por haberle dejado en aquel café así que le propuso ir a cenar como una recompensa, claro, le dijo que él pagaría esta vez por la grosería que le había hecho, sin embargo, el chico aún no daba señales de vida por lo que el estómago de Krest estaba hecho un nudo de emociones que trataba de ignorar con su pequeño libro que sostenía en sus manos.
—Agh, maldito idiota.— bajó el texto y se quitó los lentes de lectura que descansaban en el puente de su fina nariz; miró por la ventana observando el azul del cielo y lo despejado que estaba. Se sintió un poco tonto por esperar con tanta esperanza la respuesta del chico pero supuso que era lo que se merecía por haberle hecho pasar un mal rato.
—Debo despabilarme un poco.
Se levantó en dirección a la cocina y tomó un vaso de agua, revisó la lavadora e hizo un par de lagartijas para despejar su mente. Sin embargo, al escuchar la tenue vibración de su teléfono, casi corrió a ver si Zaphiri ya había contestado, y en efecto ya lo había hecho:
"Ok, paso por tí a las 7:30"
Miró el reloj que marcaban las 5:48
"Será mejor irme preparando" y cuando estaba a punto de entrar al baño para organizar sus cosas para tomar un baño, el timbre de la puerta sonó. Un poco confundido se dirigió al intercomunicador y apretó el botón del micrófono, "debe ser el libro que encargué hace un mes".
—¿Sí, diga?
—Hola Krest.
En el momento que esa voz se hizo presente, su cerebro se desconectó, su respiración se aceleró y su corazón comenzó a palpitarle tan fuerte que hasta el mismo pudo escuchar el sonido.
No.
No otra vez.
—¿Krest? ¿Vas a dejarme aquí afuera?— reunió todo el valor que tenía dentro de él y con su típico tono de indiferencia, respondió:
—Espera un segundo.
Abrió la puerta del edificio y en menos de 5 minutos la mujer del aparato estaba tocando su puerta, porque bien podría ser un indiferente de mierda pero no era tan grosero como para dejar a alguien esperando en su puerta. ¿Qué demonios quería? ¿Por qué se empeñaba en restregarle su pasado en la cara? ¿Venía a burlarse otra vez de él? Abrió la puerta con toda una tormenta en su cabeza.
—Buenas tardes...Garnet.
Tragó grueso ante la vista de aquella mujer, a simple vista era toda una diosa, cabello negro largo y rizado que contrastaba muy bien con su piel blanca y suave, sus largas piernas resaltaban gracias al vestido rojo ceñido que llevaba puesto, con un montón de alajas en las manos y un collar de zafiro que descansaba en el hueco de la clavícula; su cara era toda una escultura, con esos labios finos y carnosos de color rubí que hacían juego con sus ojos castaños casi rojizos que poseía, además de esas cejas bien definidas y su nariz finamente respingada.
Sí, sin duda Garnet era todo un manjar.
Lastima que estuviera tan podrida por dentro.
—Hola Krest ¿puedo pasar?— lo dijo mientras caminaba al salón de estar.
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Stage (Zaphiri x Krest)
FanfikceTODOS LOS DERECHOS RESERVADOS LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE MASAMI KURUMADA Y SHIORI TESHIROGI HISTORIA DE MI PROPIA AUTORIA Y SIN FINES DE LUCRO