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—Su cambio es de 19 con treinta ¿desea redondear los centavos?— la mujer que atendía en aquella caja parecía estar más aburrida que el propio Krest desde hace tres largos y aburridos días. 

—Claro.— respondió casi automáticamente. 

Es cierto que la tarde posterior a su altercado en el hospital, se dirigió como si nada a trabajar, sin embargo, al parecer el chismoso de Zaphiri fue a contarle todo lo que había pasado a Itia quien cinco minutos después de haberse enterado que estaba en la oficina, lo corrió directamente a su casa. Itia podía ser fastidiosamente odioso pero al fin y al cabo, era su amigo así que siempre ponía a sus amigos por encima de cualquier trabajo. 

Imbécil. 

Recogió la bolsa y salió del supermercado con tanta flojera que la señora que pasó a su lado se contagió de su vibra tan pastosa. Esos días definitivamente eran una jodida tortura. 

Odiaba estar en su casa. Principalmente porque su mente se ponía a pensar de más si se lo permitía y no había muchas cosas en las que pudiera mantenerse ocupado más que limpiando, leyendo o incluso googleando cosas estúpidas incluso se atrevió a buscar cosas estúpidas sin pensar como tutoriales de como ser un vampiro. Se llevó una gran sorpresa al ver que WikiHow tenía toda una serie de pasos para ello. Demasiado internet por un día. 

Buscó las llaves de la puerta del edificio mientras pensaba en lo que iba a cenar (probablemente, nada, de nuevo) entró y verificó que no hubiera correo para el en esa tarde, no supo con exactitud cuanto tiempo iba a durar sin trabajar porque Itia solamente lo echó diciendo que se tomara unos días y no contestaba sus mensajes cuando preguntaba cuantos días exactamente. 

Suspiró derrotado antes de tomar las escaleras para subir; prefería matar el tiempo de manera sana y poder hacer algo de ejercicio... además el estúpido elevador aún seguía averiado.

Iba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta que había alguien sentado en la puerta de su departamento hasta que se topó con unas peculiares botas negras, elevando su mirada para corroborar quien pensaba. 

—Hola.— el chico de cabello negro le saludo como si no hubiera pasado ni cinco minutos de haberlo visto, cuando estaba claro que habían pasado casi cuatro días de no haberlo visto. Maldito idiota. 

—¿Qué haces aquí?— la expresión aburrida de su cara removió algo en el interior de Zaphiri el cual no le tomó mucha importancia a esta reacción y se limitó a responder. 

—Vine a visitarte, pareces algo aburrido.

—No estaría aburrido si estuviera trabajando.— la mirada de recelo se le encajó a Zaphiri como una filosa hoja de alguna katana. Dioses, ese chico era de temer. 

—Lo siento, yo solamente intentaba ayudart...

—Entiendo. ¿Podrías levantarte? Quiero entrar a mi casa. 

Zaphiri abrió la boca un par de veces algo aturdido y con algo de torpeza logró pararse, no dijo nada más para no incomodar a Krest quien parecía estar más indiferente que nunca. 

—Bueno, entiendo tu preocupación por venir a verme, pero no me siento con ánimos de hablar con alguien así que...— Krest sabía que estaba comportándose como un verdadero idiota, pero de verdad estaba enojado con el azabache por sacar conclusiones sin saber un carajo de la situación.

—Espera...— Zaphiri le interrumpió antes de que pudiera cerrarle la puerta en las narices —Yo... quiero... disculparme por lo que te dije aquél día en el hospital, pensé que esa persona estaba contigo y... 

Stage (Zaphiri x Krest)Where stories live. Discover now