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Era una tarde cualquiera como todas desde que llegue a este pueblo por órdenes de mi padre, también no es como si me molestara, hace milenios no salía de la tierra debajo de lo bajo, así que aprovecho el poder hacer mis travesuras nocturnas y así romper con la aburrida rutina que seguía en aquel aburrido mundo.

Ya necesitaba y extrañaba aquellos días de lujuria en mi rutina, necesito el volver a tener la grata sensación de una mujer a mi merced, mientras disfruto de un buen trago aunque no logren aturdirme como deseo, aquellos licores del mundo medio serán los más ricos y refinados que podrán existir pero no se comparan a las dulces pero fuertes bebidas que solo los demonios de clase alta o media tienen derecho a disfrutar, el secreto? La dulce alma de los mortales, contienen un sabor único que solo los expertos saben sacar, mientras otros la arrebatan directo del "envase" perdiendo el néctar de esta.

Explicare un poco el cómo es que trabajo en el mundo medio, yo como un demonio sexual o "incubo" como nos han clasificado en todos los libros que hasta ahora existen, el alma es solo uno de mis tantos deseos a satisfacer entre ellos también esta, el tener una mujer de buen cuerpo, o que al menos tenga un gran deseo y/o urgencia sexual, aun que mayormente deseo en las que son jóvenes o casi adultas, ya sean casadas, viudas, solteras, divorciadas, o comprometidas, cuando selecciono a una me acerco fingiendo amistad, para de apoco saber más de ella, gustos, familia etc. Todo esto con el fin de que una de muchas noches entre en sus pensamientos, inicialmente provocando una parálisis de sueño que la dejan indefensa por si despierta, después sigo mi plan haciéndola tener sueños húmedos, me fortalezco gracias a ellos, cuando la mente de la víctima ha sido rota y no diferencia la realidad de la fantasía es cuando entro en acción profanándola , saciándome y marchitándola para que al final muera, aunque en ocasiones esto resulta en que la mujer se embarace no me importa, el feto no dura mucho tiempo vivo; por lo general dura de 2 a 3 meses y después la chica sufre un aborto o si es que llega a nacer el bebé este solo vive un día o dos como máximo, así que el tener una familia no está en mis planes de vida, simplemente podría si un demonio como yo se juntara conmigo, pero siendo honesto eso es imposible, la mayoría de las súcubos solo sienten atracción sexual por los íncubos, y aun que igual nosotros podemos procrear aun sea hombre y hombre o mujer y mujer no me interesa nada de eso, las "hembras" suelen ser celosas con sus parejas de por vida, mientras los "machos" en ocasiones solo nos toman como ganado de procrear más y más...solo hablar de esto me incomoda.

Pude detectar un aroma algo podrido mientras caminos por las calles del pueblo, pero no le doy la mayor importancia, total por lo que se este lugar ha estado a nada de quedar como un pueblo fantasma, así que naturalmente algunos alimentos olvidados o algunas cosas ya han entrado en estado de descomposición, puedo observar a lo lejos un campanario, debe ser el hogar de los exorcistas, pensé que ya no existían...

-me eh equivocado por lo que parece...-seguí caminando acercándome más al lugar. –Más vale que alerte a Lilith* para que no deje salir a los nuevos antes de tiempo...o esto se va al carajo-.

A lo lejos eh podido divisar una posible presa, se ve distraída leyendo en el césped, agudizo mi vista para ver el título de lo que está leyendo, con mi seguridad al 100 me acerco para estar frente a ella y llamar su atención.

-estás leyendo el amorío de Eloísa y Abelardo?-

Me responde, aunque su voz es algo grave para alguien como ella, me senté a un lado regresándole la sonrisa,- me sorprende que una chica se interese por la lectura, por lo general solo les interesa el cómo verse bien, o bueno...solo las que eh conocido-

Nerviosa, insegura, dudosa...perfecta, aquellos ojos redondos mostraban la mueca de tristeza sin sentirla realmente, tenía pestañas un tanto largas que adornaban estos, incluso al parpadear se veían hermosas, mientras esta me da la razón de lo dicho diciéndome lo vanidosas que son las mujeres, no podía dejar de mirar disimuladamente sus facciones en aquel angelical rostro, desde sus labios sonrosados y delgados hasta aquella piel blanca que me recordaba a la porcelana, al presentarme me llevo la sorpresa de que es un chico... se ve incómodo y cerro su libro de golpe, lo detengo, no quiero que se vaya, aun puede serme útil, si con su rostro ha podido hacerme fantasear despierto, no debo ni quiero tardar en averiguar lo que su cuerpo puede hacerme experimentar.

ExorcismWhere stories live. Discover now