El vaho que salía de los labios del hombre frente a él chocaba contra su rostro produciéndole arcadas, el pestilente olor a alcohol se le colaba por su pequeña nariz haciéndole llenarse de una incómoda sensación a asco. El hombre de cabellos negros le sonrió con sorna y besó sus labios a la fuerza, mordiendo y succionando sus belfos con saña.
Jimin simplemente cerró sus ojos pesadamente, dejándose hacer como siempre: dócil y quieto. Las manos del otro hombre barrían por encima de sus muslos en caricias descuidadas y poco amables, pero aún así no puso resistencia aún cuando no tenía ganas de ser follado por su novio, de todos modos solo tendría que aguantar el proceso para dejarlo complacido y se libraría de él por varias horas.
Como siempre.
Pero, ¿desde cuando se convirtió en el "como siempre"?
Mientras las manos ajenas recorrían con lujuria su cuerpo, su mente comenzó a divagar entre sus recuerdos de varios años atrás. Cuando esa relación tan insana, a la cual se aferraba tanto, era preciosa.
Una diminuta sonrisa se plantó en sus labios ante el recuerdo de aquella lejana felicidad y no se quejó cuando fue despojado de sus ropas, demasiado ocupado en tratar de revivir aquel dulce romance de su adolescencia.
Ah, todavía podía rememorar con nostalgia el sentimiento que le embargó cuando vió por primera vez al chico apuesto de quien se enamoró y que ahora le hacia pasar un infierno en carne propia.
El joven de cabellos teñidos de naranja reía en voz alta, sus ojos achicándose y sus redondas mejillas alzándose totalmente rojas por las carcajadas. A su lado, su mejor amigo se ocupaba de decir idioteces mientras trataba de agudizar su ronca voz en un fallido intento por imitar a su profesora de Literatura. Ambos caminaban por la acera de la calle y Jimin se sintió algo avergonzado cuando la mirada de algunas personas se posaron sobre ellos dos gracias al escándalo que estaban montando con su ruidosa pero melódica risa.
"¡Yah! ¡Tae, basta!" rogó, algo colorado por la atención que recibía de parte de las otras personas.
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everything has changed | jikook
Fiksi PenggemarDicen que el amor todo lo puede, todo lo sufre, todo lo perdona. Dicen que, mientras haya amor, incluso las peores traiciones pueden tener solución. Jimin creía eso. Lo creía con todo su corazón. No importaba los años que había pasado sufriendo a...