十八・18

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Jimin masajeaba con ahínco y con una mueca adolorida sus talones

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Jimin masajeaba con ahínco y con una mueca adolorida sus talones. A decir verdad, el chico se hallaba harto de la ciudad parisina. Desfiles y pasarelas; trabajo por aquí, por allá. No le daban el tiempo suficiente para respirar.

Intentaba ver un programa en la TV que había estado grabando para disfrutarlo en la comodidad de sus días libres. Intentaba, mucho, puesto que desde minutos atrás podía escuchar los murmullos provenientes de la puerta de entrada, murmullos y sonidos para nada inocentes.

«¡Aquí vamos de nuevo!»

—¡Jimin! Te tengo dos súper noticias.

El ahora rubio platinado se volteó un poco, siguiendo con el masaje en su talón izquierdo.

«No volveré a usar esos zapatos, así me hagan unas piernas de maravilla» pensó justo antes de conectar su mirada con su mayor. Soo Yu llegó agitada a su lado, con una euforia que al menor se le hizo de lo más extraña.

—Adivina~ la primera tiene que ver con Shin y yo.

Jimin entecerró sus ojos, dándole un aspecto infantil y curioso.

—¿Comieron en el famoso restaurante del cual no dejabas de hablar?

La chica negó.

—Bueno, sí, pero no es eso.

Jimin odiaba ese tipo de juegos, por más que intentara adivinar, jamás lograba descubrir nada.

—¿Están embarazados?—intentó ya hastiado, no quería volver a perder minutos de su serie.

Soo Yu rió bajo, muy tímidamente, antes de negar con lentitud.

—Que cosas dices ¡Es mucho mejor que eso!

Jimin parpadeó repetidamente.

La expresión confundida de Jimin hizo que Soo Yu bufara y se levantara tan rápido como había llegado. Jimin se alzó de hombros y siguió observando el dramático momento de su serie donde los enamorados se sumergían en una crisis.

«¡¿Pero qué hiciste Jon Snow?!»

Pudo haber terminado de quejarse mentalmente pero alguien se interpuso en frente del pantalla plana.

Shin era cruelmente retenido por los hombros, por nada más y nada menos que su novia, quien mantenía una amplia sonrisa. Cruzándose de brazos y desviando la mirada a otra cosa que no fuera su primo, Park Shinyeol aclaró su garganta y susurró:

—Nos hemos comprometido.

«Oh» el silencio instalado solo era quebrantado por las voces provenientes de la TV.

—¿De nuevo? —preguntó temeroso de la reacción del pelinegro, quien se sonrojó y frunció su ceño asintiendo. —Felicidades Hyung, espero que esta sea la definitiva para ambos.

—¡Dile lo otro!

Shin mordió su labio inferior.

—Volveremos a Corea, necesito decirle a sus padres.—Dijo señalando a Soo Yu tras él.

Jimin se levantó de improvisto, la sorpresa marcada en su rostro se fue borrando, dando pasó a una sonrisa de aquellas que hacían que sus ojos se convirtieran en medias lunas.

—¡Felicidades! ¡Estoy muy contento por ustedes!

Los mayores se sorprendieron ante el efusivo abrazo del minutos antes seco Park Jimin.

—Te lo dije, él se alegraría.

Shin le restó importancia. Después de todo, habían pasado cinco meses lejos de casa.

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25/01/20

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¿Piedras?

06/10/20

Unperfect love「Yoonmin」OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora