«Perfección»
Jimin había vivido la mitad de su vida presionado por aquellas simples letras; encarcelándolo en una fantasía en la mirada de los demás.
Y al final, quizás nunca fuera a darse cuenta, pero ante sus ojos; él era aquello que llamaba «perf...
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Taehyung bostezó por quién sabe qué vez en lo que iba del día, debido a eso, la libreta que sostenía cayó estrepitosamente al suelo. Trabajar luego de una gran fiesta era algo que no estaba en su manual de funcionamiento. Su celular sonó en medio de la silenciosa sala de estar de su casa, siendo la distracción perfecta que quería desde temprano.
Tarareó emocionado, agradeciendo a su salvador. Sin embargo, a medida que leía una y otra vez aquel nombre, aquella tonta sonrisa que había formado se borró con rapidez...
—¿Idiota Shin? ¿Shin? ¡Shin!—leyó una y otra vez.
Como si estuviera quemando sus manos, Taehyung soltó el aparato dejándolo caer en el sofá, alejándose lo más posible de él. ¿Cómo diablos había caído en la desgracia de ser llamado por ese malvado Shin? O estaba ebrio, cosa que dudaba o era sobre...
—Diablos—siseó tomando su celular con cuidado, esperaba que no fuera algo sobre Jimin. En medio de quejidos, Taehyung contestó a la quinta vez que aquel incesante tono ruidoso invadió la paz y quietud de su sala.
—Como siempre tu siendo un tonto que no responde a tiempo ¿Qué diablos te tomó tanto para responder? —el rubio estuvo a escasos segundos de contestar su fea pregunta—Olvídalo, no me importa—pero el contrario interrumpió dejando salir un suspiro al otro lado de la línea.
— ¿Qué se te ofrece Hyung? Creí que habías dicho que ojalá nunca volvieras a cruzar palabras conmigo.— El alfa le echó un vistazo a sus uñas, sin caer en las provocaciones del beta.—...Pero vienes y me llamas.
—No estoy de humor para tus juegos Kim, dime que Jimin está contigo, y no me vayas a decir que tu nuevo mocoso lo está molestando.
El rubio volteó a mirar a las habitaciones, donde Jungkook estaba durmiendo y apretó su puño alrededor de su celular, ignorando algunas palabras hirientes del mayor ¿Cómo podía Jimin soportar a ese ser?
Jimin, sentado en uno de los sillones que decoraban la sala de estar de su hogar le miró con reproche.
— ¡No le digas así Taehyung!Shines una buena persona—Taehyung abrió su boca varias veces y golpeó la mesa donde segundos antes había estado escribiendo alguna nota sin sentido en su libreta de trabajo.
— ¿Buena persona? ¡Por la madre luna Jimin! Ese diabólico ser devolvió todos y cada uno de los arreglos florales que te he enviado desde que te conocí, si Soo Yu no me hubiera dicho, tú y yo no seríamos novios ahora.
Jiminbufó de indignación.
—No sería capaz.
— ¿Cómo lo soportas? —Jimin se encogió de hombros.
—Es mi primo.
Taehyung suspiró.
—Jimin no está conmigo ¿Acaso lo has...?— Taehyung recordó haber escuchado a NamJoon hablar de Jimin en su fiesta, en algún punto de la noche. Entonces ¿Jimin no había vuelto? Interesante... — ¿Sabes qué? Mejor ve a molestar a otro, Señor Manager correcto, no te diré nada.
— ¡Espera! Dime lo que sea que sabes ¡Por lo que más quieras!
— ¡Adiós!
La llamada fue cortada, haciendo a Taehyung suspirar más relajado mientras se lanzaba en su sofá. La venganza era dulce.
Pero... ¿Dónde podría estar su bolita de arroz?
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