D O C E

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Estuve horas en mi habitación. Viendo Netflix ¿Pueden creerlo?
Netflix en el infierno. Eso ya le quitaba lo de el infierno, un poquito. Después le preguntaré a Lucita porque hay Netflix.

Lo más asombroso es que ya todas las series estaban terminadas, incluso habían series nuevas y ya tenía todas las temporadas. Esto si que era un mini-paraíso.

Al rato, me fui a bañar. Por muy impresionante que suene, había una gran cantidad de cosas para el baño, e incluso había un montón de maquillaje, había sombra de ojos en spray!!! Dios, me sentía como Marty Mcfly.

Cuando salí de bañarme me puse un sport-bra y una camisa grande por encima, obviamente me puse mis bragas. Como estaba a la comodidad de mi cuarto no hacía falta que me pusiera pantalón. Cuando termine de vestirme me quedé buscando algo con la mirada y lo encontré, la cámara. Maldito desgraciado hijo de su diabólica madre. Pronto me vengaría de él.

*********
Eran las 12 de la medianoche y estaba viendo Netflix. Créanme o no, estaba adicta a una serie muy larga, llamada Supernatural o algo asi. Dios mío, ya casi terminaba la primera temporada.

Salí al pasillo que para mi sorpresa estaba más alumbrado que la casa de mi vecina en las navidades ¿Cómo es que todos seguían despiertos? Luego, recordé que estaba en el infierno por eso nadie descansaba y se me pasó.

Sin importarme mis fachas, o debería decir, sin acordarme de mis fachas, caminé por el pasillo y en la puerta en frente de mi vi a una señora, le iba a preguntar para donde era la cocina, hasta que me Di cuenta que era a la mucama que le había roto el cuello y dejado desnuda. Casi me echo a correr, hasta que me Di cuenta que me había quedado mirándola más de lo normal. Salí de mi trance y sonreí algo incómoda.

Mucama: La cocina está en el piso 44.- dijo ella de lo más normal, mientras que Yo me quedé en shock.

<<¿Cuantos pisos tendría está casa?>>

Mucama: 88

Mía: ¿Ah?

Mucama: tiene 88 pisos. La casa.

Mia: Eh, si... a...adiós, gracias.

No pude evitar salir de ahí corriendo, no podía evitar mirar su cuello, que aunque estaba intacto, me recordaba la forma en que tronó cuando se lo rompí.

Corrí hacia la cocina al estilo naruto. Me causó un poco de gracia. ¿No hay elevador? Esto si es el infierno

Empecé a subir escaleras y escaleras y escaleras, lo sentía infinito, hasta que llegué al piso 44, estaba la gigantesca cocina, si el comedor era grande, esto era un prado infernal. Seguí subiendo, después de todo sólo estaba buscando una excusa para ver a Lucita y partirle el trasero con una patada. Iba por el piso 74, faltaba demasiado. Me detuve para descansar unos segundos y escuche una voz, la voz de un chico que al parecer era británico, jamás había escuchado un acento tan ardiente como ese. Cada vez escuchaba la voz y los pasos más cerca. Algo curioso de la mansión infernal es que no había luz, todo era oscuro así que me escondo en el rincón de las paredes, porque si subía me iba a ver de frente y se bajaba me iba a ver bajando, y con estas fachas no quiero ni que un gato me vea. Puse mis rodillas contra mi pecho y las cubrí con mi camisa, la estiraría, pero no me iba a ver. Sentí a sus pasos cerca, muy cerca, hasta que paró en el descanso de la escalera, justo donde Yo estaba.

Xxx: Mia Lincoln. La peliverde, Mia Lincoln.- dijo burlándose de mi. Que les pasaba a todos, hoy todos se burlaban de mi. Ya no tenía caso esconderme asi que con la poca dignidad que me quedaba me pare, con mi cara como tomate al notar que mi camisa no me llegaba ni a la mitad de mis muslos.- Wow! Que buena primera impresión,- dijo restregando su mirada por mi cuerpo, se sentía, asqueroso.

Mia: Mis ojos están acá- dije de mala gana- Tu nombre.

Xxx: Cameron...- todo se quedó en un silencio muy incómodo.

Cam >>no vas a ir, no vas a huir.<<

Mia >>de que hablas?<<

C: Yo...ahhh, no sabía que podias hacer eso- dijo mirando al suelo. Aproveche y salí corriendo escaleras arriba.

Corrí y corrí, cuanto deseaba estar en el piso 88. No se como paso, pero mágicamente aparecí en el piso 88. Dios que rápido, lo que había al final de las escaleras era una puerta así que la toqué, me imaginaba que ahí vivía Lucita, si no no sería tan >>extra<<.

Toque la puerta con rapidez, no sabía que podía hacer ese Cameron, y cuando Lucita abrió, casi brinco encima de el. Corrí dentro y cerré la puerta empujandola con mi espalda.

Froy: ¿Que haces aqui?

Mia: Te estaba buscando.

Froy: y que te pasa, estas muy acelerada. Hasta aquí escucho un corazón que no sabía que tenías.

Iba a hablar pero empezaron a tocar la puerta, pude ver a través de ella y era Cameron.

Mia: Eso pasa. - dije susurrando.

Froy abrió un poco la puerta, para ver a Cameron, pero no lo suficiente para que entrara. Miré a Cameron a través de la puerta y su vista se fijó en mi. No olvidaré jamás su extraña y perversa sonrisa y sus hermosos ojos color marrón en los míos. Dios que belleza. Su vista se fijó en Lucita y la mía también.

-Deja de molestar a mus huéspedes -dijo molesto y con tono de cansancio. - aléjate de ella, es mía.-gruñó y yo me enoje. Quien se cree el.

- Algo me dice que no es como las demás "huéspedes" que has tenido y yo la quiero - dijo mirándolo mal. Retiro lo dicho, QUIENES se creen ellos. Me teletransporté a mi habitación y me meti a la ducha a bañarme. Bañarme me relaja. Empecé a escuchar Trap era eso o canciones suicidas. Que canciones tan explícitas. Aunque tienen un mensaje cierto. Los hombres nunca van a ser de una mujer. Tienen una que los ama y la engañan con una interesada, ella le dice que solo quiere dinero y ahí ellos dicen que nosotras somos iguales. Algo demasiado sexista. No entiendo como eso salió de mi cabeza. Jamás he sido sexista. Yo soy TeamIgualdad no TeamFeminazi.

+•Lucifer•+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora